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Patrimonio

San Bartolomé, 15 años después comienza la recuperación del exterior

  • La Archidiócesis acomete unas obras urgentes para la consolidación de las fachadas y la torre y encarga el proyecto de restauración a Lola Robador.

El 6 de junio del año 2000, el entonces arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, bendecía las obras de restauración interior de la parroquia de San Bartolomé, en plena Judería. Aquella intervención debería haberse solapado con los trabajos en el exterior -fachadas y torres- que, pese a contar con un proyecto, nunca llegó a realizarse por parte de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, quedando el templo nuevo, quizás demasiado por dentro, y con un aspecto ruinoso por fuera. Ahora, 15 años después, el Arzobispado ha dado el primer paso para la recuperación del exterior, que esconde uno de los conjuntos de esgrafiados más importantes de la ciudad.

La pasada semana comenzaron los trabajos de urgencia para la consolidación de la fachada de este templo declarado Bien de Interés Cultural (BIC), unas actuaciones supervisadas por el arquitecto técnico Juan Manuel Macías y financiadas por la Archidiócesis. Paralelamente, el Arzobispado ha encargado la redacción del proyecto para la restauración de la fachada y de la torre a la arquitecta Lola Robador, catedrática de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sevilla. La arquitecta explicó cómo es la decoración del templo: "La Iglesia de San Bartolomé ha jugado sabiamente con los volúmenes y el color. Las fachadas poseen una rica decoración geométrica de esgrafiados y enmarcados en los huecos, con una bella paleta cromática, superposición de los colores característicos del barroco sevillano: tonos almagras, ocres, tierras, calamochas, blancos, azules… que en distintos estratos se superponen con diferentes texturas y luminosidad". El análisis de la superposición de los estratos con diferentes decoraciones y colores aporta una lectura del edificio desde el siglo XVIII hasta la actualidad.

De los elementos a tratar, el que se encuentra peor es la torre, "principalmente por lesiones estructurales prioritariamente producidas por el agua al haber perdido su remate". La intervención según lo que establezca el proyecto, cuyos estudios previos "serán claves para preservar la autenticidad del edificio, la aportación del paso del tiempo y la determinación de los criterios para ver cómo se ha de intervenir en la torre y en las fachadas con lagunas y con tanta superposición de capas de diversos acabados de geometría incisa y monocromáticos de gran belleza de color", sería probablemente por fases en función del presupuesto.

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