Festividad de San Clemente

La Sevilla cristiana celebra su 773 cumpleaños

  • La urna del rey San Fernando se abrió y su espada fue portada por el alcalde en una solemne procesión por el interior de la Catedral

José Luis García y Juan Espadas portando los símbolos fernadinos.

José Luis García y Juan Espadas portando los símbolos fernadinos. / Antonio Pizarro

El 23 de noviembre de 1248, tras 14 meses de asedio, las tropas castellanas reconquistaron Sevilla. 773 años después, ese día continúa marcado en el calendario de la ciudad, coincidiendo con la festividad de San Clemente y el nacimiento de Alfonso X, más conocido como El Sabio. A pesar de ser laborable y no constar en la lista de festivos, no es un día más en Sevilla. La Catedral abrió temprano sus puertas, las de San Miguel y de los Palos, para que se visitara al protagonista de la conquista: el rey San Fernando. Con su urna abierta y bajo la Virgen de los Reyes, los fieles fueron pasando por la Capilla Real para rendir tributo al monarca incorrupto y custodiado en todo momento por cinco miembros del Regimiento de Guerra Electrónica Nº 32 (Rewe).

La cruz parroquial flanqueada por dos ciriales abría el cortejo por las naves catedralicias. Representantes de la Casa Castilla, el Cabildo de Alfonso X El Sabio y la Orden de San Clemente y San Fernando precedían a los canónigos que procesionaban cantando y portaban la reliquia clementina. Cerraban la comitiva los concejales del Ayuntamiento y un escuadrón de la Policía Local vestido con sus mejores galas. El alcalde Juan Espadas portaba la Lobera, la espada de San Fernando; y el popular José Luis García hacía lo propio con el pendón de San Fernando, al ser el edil más joven de los presentes.

Miembros de la Rewe haciendo guardia en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. Miembros de la Rewe haciendo guardia en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.

Miembros de la Rewe haciendo guardia en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. / Antonio Pizarro

La fría mañana de otoño no evitó que varios centenares de sevillanos y turistas anduvieran por el interior del templo siguiendo la procesión, que comenzó ante la tumba de Cristóbal Colón y termino ante el retablo mayor para la eucaristía a las diez y media. Un recorrido acompañado por el órgano de la Catedral, a cargo del padre Carlos Navascués. Su tramo final, pasando entre las custodias de la exposición Pange Lingua, fue el más llamativo y concurrido, uniéndose varias decenas de curiosos que paseaban por la Avenida de la Constitución.

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