El estupor que ayer manifestaban los vecinos y autoridades ante la primera muerte de una mujer a manos de su pareja no es ni mucho menos un hecho aislado. Tal y como ocurrió con Josefa R.Z., sólo una de las doce víctimas de la violencia machista en Andalucía durante 2009 había denunciado previamente a su agresor, con lo que tampoco se habían beneficiado de las medidas de protección que prevé la ley para estos casos.

Dos de esas víctimas eran sevillanas y sus muertes se produjeron hacen menos de un año, después de que 2008 se saldara sin ninguna agresión mortal. La primera de ellas fue la de Cristina Maestre, una chica de 29 años y madre de dos niños pequeños, que murió el 11 de febrero de 2009 en su piso del barrio de Los Pajaritos tras recibir más de doce puñaladas en el pecho, cuello y los brazos de mano de su marido, de 27, al que había denunciado en dos ocasiones, aunque luego se negó a declarar contra él y retiró la petición de orden de alejamiento. Tras permanecer varias horas junto al cadáver, el agresor intentó suicidarse arrojándose por una ventana.

En el mes de julio trascendió la muerte violenta de otra mujer a manos de su pareja, quien intentó además ocultar lo que había hecho. El cadáver de la víctima, de 58 años, apareció en el Canal de los Presos, en el término de Los Palacios, en extrañas circunstancias y coincidió con la denuncia por desaparición que su pareja, de 63, presentó ante la Policía Nacional. Ambos convivían en el barrio nazareno de Los Potros.

A falta de que se analicen los datos a 31 de diciembre, sólo en el primer semestre del año se presentaron en Sevilla 2.645 denuncias por malos tratos, menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando se superaron las 3.300.

Según las últimas estadísticas recogidas por el Poder Judicial, sólo una pequeña parte, el 11,6%, fueron presentadas directamente por mujeres. La mayoría, 64,4%, son fruto de investigaciones abiertas tras atestados policiales y un 23,8% se iniciaron a partir de partes de lesiones tras asistencias en centros sanitarios. Pese a este volumen tan importante de denuncias, seis de cada diez terminan archivadas.

A lo largo de 2009, perdieron la vida de España a manos de sus parejas 55 mujeres, casi un 40% menos que en el año 2008 y un 15% por debajo de la media de los últimos cinco años.