La normalidad volverá a la Universidad de Sevilla (US) el próximo curso. Al menos, ésa es la intención del consejo de gobierno de la institución académica, que se ha reunido este jueves para abordar las condiciones en la que se desarrollará el próximo ejercicio, que comenzará el lunes 20 de septiembre, dos semanas antes que en 2020, cuando dicho inicio se vio condicionado por las adaptaciones acometidas para hacer frente a la pandemia del Covid-19. 

El principal órgano de decisión de la Hispalense ha respaldado el planteamiento adelantado hace varias semanas por el rector Miguel Ángel Castro, que expresó la intención de que la US retomara la máxima normalidad posible en el curso 2021/22. 

Quedan atrás, por tanto, el modelo semipresencial, la educación a distancia y la grabación de las clases. Todo (o casi todo) volverá a ser como antes de marzo de 2020. El único condicionante es que la situación sanitaria lo permita, algo que, a priori, parece que va a cumplirse. No debe olvidarse que para esa fecha ya estará vacunada casi al 100% la comunidad universitaria, lo que permite garantizar que pueda acudirse a las facultades sin las restricciones vigentes hasta ahora. 

No obstante, permanecerá vigente el procotolo sanitario y preventivo diseñado para evitar los contagios de coronavirus, aunque se adaptará a las nuevas circunstancias. La apuesta por la absoluta normalidad hace prever que no resulte necesario guardar la distancia de seguridad entre los estudiantes ni crear grupos reducidos, como los de este curso. Lo que sí puede que siga siendo obligatorio es el uso de la mascarilla, un material del que se podrá prescindir en exteriores a partir del próximo sábado, tras la decisión adoptada por el Gobierno central. 

A diferencia de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), donde se continuará usando el importante instrumental tecnológico instalado este curso para seguir las clases desde los domicilios del alumnado, en la US las cámaras sólo se utilizarán para casos muy concretos, como ha referido su rector, que ha defendido durante este tiempo la máxima presencialidad como condición indispensable para una enseñanza superior de calidad.  

Por tanto, la realidad que se vivirá a partir del 20 de septiembre en las facultades y escuelas técnicas de la Hispalense será muy parecida a la que se contemplaba hasta mediados de marzo del año pasado. Desde entonces todas estas instalaciones han permanecido prácticamente vacías, a excepción de los periodos de exámenes y de la reciente Selectividad.