El Hospital de Valme ha triplicado la detección del cáncer de mama en los últimos cuatro años gracias, en gran medida, a los avances en las técnicas de diagnóstico que permiten localizar con mayor precisión tumores cada vez más pequeños, lo cual redunda en la supervivencia de las afectadas. "Hace cuatro años se detectaban en torno a 60 ó 70 cánceres al año; y hoy diagnosticamos alrededor de 220 casos", reseña el director del área de Diagnóstico por Imagen, Rafael Aznar.

Desde el pasado agosto la Unidad de Mama del Valme ocupa nuevos espacios ubicados en el edificio anexo al hospital central donde un equipo multidisciplinar (radiólogos, ginecólogos y cirujanos, que cuentan con la colaboración de oncólogos, medicina nuclear y anatomía patología) decide caso por caso el tratamiento más adecuado para cada mujer, lo que aporta mayor seguridad a las pacientes. Esta unidad cuenta con un amplio abanico de técnicas de diagnóstico entre las que destaca la mamografía digital con contraste, que consiste en localizar los tumores en la mama mediante yodo. "Inyectamos yodo y después realizamos una mamografía normal en la que captamos dos imágenes, que combinadas nos permite detectar los tumores con precisión", añade el radiólogo coordinador de la Unidad de Diagnóstico por Imagen de la Mama, Fausto Rubio. "El yodo se acumula en el cáncer de mama porque el tumor necesita de vasos nuevos para crecer, se trata de vasos anormales", explica el radiólogo responsable.

La mamografía con contraste es un método de diagnóstico que permite localizar lesiones de apenas cuatro milímetros de manera inmediata. Se trata de una técnica que sólo se aplica en otros dos centros en el ámbito estatal, concretamente en el Hospital de Alcalá de Henares y en una consulta privada en Canarias. Desde que comenzó a aplicarse en el Valme en enero de 2013, esta técnica ha permitido diagnosticar 213 tumores en 168 mujeres. "Además de localizar la lesión principal, también es muy sensible para detectar otros menores con gran fiabilidad", añade el doctor Rubio.

El equipo de diagnóstico aplica esta novedosa prueba en casos sospechosos de cáncer de mama, a mujeres que ya han sido operadas para comprobar que no ha reaparecido el tumor, y en aquellas pacientes que presentan un elevado riesgo por tener mamas densas y antecedentes familiares.

Junto a la mamografía con contraste, otra de las novedades incorporadas a este servicio hospitalario es la denominada Mesa Prona, una herramienta para realizar biopsias a las pacientes que permite a las mujeres permanecer en posición horizontal mientras el especialista realiza la extracción de la muestra, lo que aporta más comodidad a las mujeres mientras se someten a las punciones de la mama. La Mesa Prona está equipada con un sistema digital de procesamiento de imágenes que permite la elección del objetivo de forma muy precisa. Esta herramienta facilita la toma de muestras de tejidos mediante un orificio muy pequeño en la mama, lo que evita la cirugía.

Junto a las nuevas técnicas, el equipo de diagnóstico de cáncer de mama en el Valme realiza "todos los procedimientos contrastados existentes en la actualidad", añade el doctor Rubio, quien incide en las ecografías y en las mamografías.

"Contamos con un ecógrafo dedicado exclusivamente a la mama, para realizar las pruebas diagnósticas y también para realizar las biopsias guiadas por ecografía", añade el doctor Aznar, quien destaca el trabajo del equipo humano, "muy sensible con las pacientes".

Los enormes avances en el diagnóstico y en los tratamientos, así como el desarrollo tecnológico han permitido aumentar de manera notable la tasa de supervivencia de las pacientes. En la actualidad el índice de supervivencia es del 80% de los casos a los diez años de la detección de la enfermedad. Hace 35 años, este índice tan sólo alcanzaba al 20% de las afectadas.