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Sevilla

El acusado del crimen del cámara alega que se defendió en una "pelea de romería"

  • Francisco J. Arriaza relata desde al cárcel cómo se originó el altercado de Valme

"Intentó apuñalar a mi hijo con una navaja. Yo le di una patada, cayó hacia atrás y rebotó contra un coche. Él volvió de nuevo a la carga, se acercó al carro otra vez y, como creí que estaba en peligro la vida de mi familia, le di un solo puñetazo en la cabeza, a consecuencia del cual me rompí huesos de la mano y de la muñeca". Así relata Francisco Javier Arriaza Sánchez cómo fue la pelea que acabó con la vida de Jesús Ruiz de Castro, el cámara de Canal Sur Televisión que falleció dos semanas después de recibir una paliza en la romería de Valme de 2010. El acusado del crimen, que continúa en prisión preventiva, ha respondido desde la cárcel de Sevilla I a un cuestionario enviado por este periódico.

En sus respuestas, Arriaza explica que el cámara estaba "borracho" y "muy agresivo" y que fue él quien empezó la reyerta. "Esto fue presenciado por muchos testigos. Es más, la propia Policía Local tuvo que reducirlo porque estaba muy violento cuando los médicos del 061 intentaban atenderle. Si estaba así con los médicos y la Policía, imagínense cómo estaría con mi familia".

El acusado, que estaba ese día cumpliendo una condena por tráfico de drogas aunque estaba ya en tercer grado, detalla que se marchó del lugar de los hechos porque creía que el cámara era "gitano" y que volvería con "el resto de su familia detrás y aquello iba a ser más grave todavía". El acusado niega que consumiera alcohol ni drogas y asegura que sólo iba de romería con su mujer y sus hijos en una carreta. "Él sí iba como una cuba. No quiero decir que fuera mala persona, pero en ese momento no era ningún santo".

Arriaza dice que ni su esposa ni uno de sus hijos participaron en la pelea, pese a que ambos están imputados en el caso junto a un cuñado suyo. "Sólo lo hice yo. La única testigo que cuenta lo contrario es una señora que es conocida de la familia del muerto y que de hecho estuvo en el velatorio". El acusado tampoco cree que se excediera en el uso de la fuerza. "Sí es cierto que soy una persona fuerte y deportista y que, de un solo puñetazo, pude haberle fracturado el parietal. Esta persona murió bastantes días después por complicaciones posteriores, pero no se puede olvidar que sufría bastantes enfermedades propias de los alcohólicos, como es la cirrosis, entre otras".

Sobre el hecho de no llamar a la Policía tras el incidente, explica que cuando él se marchó la víctima se encontraba "aparentemente bien". "En principio no parecía más que una pelea con un individuo borracho, como ocurre en muchas veces en las ferias y en las romerías". El acusado se enteró de la muerte algunos días después. "No me entregué de inmediato porque sabía lo que iba a ocurrir. Él era un cámara de Canal Sur, con todo el poder de ese canal a su disposición. Yo era una persona que estaba con la pulsera, en tercer grado, y a mí no me iba a creer nadie. Cualquiera que no hubiese visto cómo estaba realmente ese hombre, cómo intentó agredir a mi familia con una navaja, pensará que yo soy un demonio y él un santo".

Preguntado sobre si le diría algo a la familia de la víctima, Arriaza dice que lamenta mucho la muerte de Jesús Ruiz de Castro. "Pero ellos deben saber, si realmente convivían con él, que ese hombre tenía un grave problema con la bebida y que cuando estaba borracho podía ser peligroso. No era la primera vez y su historial médico da muchas pistas". Sobre la condena que podría caerle por el homicidio, el acusado admite que no puede ser objetivo consigo mismo. "No sé cuál puede ser una condena justa. Como mucho yo podré haber causado su muerte, sin intención y en defensa de los míos, como hubiera hecho cualquier padre de familia, haya estado antes en la cárcel o no".

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