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Juan ignacio zoido. portavoz del grupo popular en el ayuntamiento

"Hasta ahora no ha habido ideas y sí muchas fotos"

  • El líder de la oposición municipal analiza el primer año de mandato del gobierno socialista y reivindica el mérito de haber saneado el Ayuntamiento.

Un año después de haber dejado la Alcaldía, se presenta como el líder de una oposición constructiva y asegura que no siente que Sevilla haya sido cruel con su gestión.

-¿Cómo ve la ciudad un año después de tener que dejar la Alcaldía?

-Yo la veo en la misma línea que el año anterior, con un continuismo en las políticas que se aplican. Y, sobre todo, veo que se siguen ejecutando unos cien proyectos que dejamos planificados, presupuestados y comenzados a ejecutar. Hasta ahora no ha habido ideas nuevas y sí ha habido muchas mesas que se han constituido, muchas comisiones, muchos observatorios y muchas fotos. La ciudad no ha variado de la que nosotros dejamos hace un año, está igual que la dejé.

-¿Usted se cree el anuncio de Espadas sobre la ampliación del tranvía a Santa Justa en este mandato y el de la remodelación y activación de los terrenos del Puerto?

-Tiempo hay para sacar adelante esos dos proyectos. Lo que tiene que haber es convencimiento y la gestión suficientes para poder llevarlos a cabo. El proyecto del tranvía estaba ya realizado y habíamos avanzado muchísimo con la eliminación de las catenarias. Lo del Puerto lo dejamos suficientemente avanzado también. Ahora hay dos gobiernos socialistas en la Junta y en el Ayuntamiento, por lo que si no se hacen estarán perdiendo una oportunidad histórica para cambiar el modelo productivo de Sevilla.

-¿Ha hecho autocrítica tras su salida de la Alcaldía o prefiere culpar de todo a los recortes de Rajoy?

-Dejé de ser alcalde porque perdimos una serie de apoyos en la ciudad y no fue suficiente ganar por tercera vez unas elecciones. Y quien ha perdido dos elecciones recibió el apoyo de la izquierda, aunque ya no se sabe por qué lo han apoyado, ni quién ha apoyado a quién. Pero no cabe la menor duda de que también he hecho autocrítica y, junto a las circunstancias generales que influyeron en todas y cada una de las capitales, es verdad que hay cosas que se podían haber mejorado.

-Por ejemplo…

-Hoy creo que eso no tiene ya mucha importancia ni trascendencia para el devenir de la ciudad. Pero creo que podíamos haber mejorado mucho en asuntos de coordinación en temas importantes para Sevilla. Yo lamento muchísimo que, además de haber atravesado los peores años de crisis económica y financiera, nos encontráramos con un boicot tan tremendo por parte de la Junta de Andalucía, que nos decía que no a cualquier proyecto. No a la Gavidia y no a una cuestión tan fundamental como el desarrollo del proyecto de Murillo para celebrarlo con la importancia y la relevancia que merecen. Y, sin embargo, el consejero Luciano, que todo el mundo conoce su compromiso con la cultura sevillana… Boicoteó todo. No pudimos ni exponer el Carambolo por el cincuenta aniversario de su descubrimiento, un preciado tesoro que es propiedad de todos los sevillanos. No nos ayudaron en el asunto de la Orquesta Sinfónica ni con el Teatro de la Maestranza. Ni con tantos y tantos proyectos a los que la Junta dio la espalda de una manera ilógica y absurda que ha perjudicado a los sevillanos.

-¿Era la Gerencia de Urbanismo en sus años de alcalde -y sigue siendo ahora- el motor gripado de la ciudad? ¿Por qué cree que cuesta un mundo afrontar cualquier reforma interna para que un organismo autónomo clave sea más eficiente?

-Sin duda. Ayer lo estuvimos hablando. Una de las cosas que hay que mejorar en la ciudad, gobierne quien gobierne, es todo lo relacionado con las licencias, autorizaciones, inspecciones, etcétera. Entre la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente tiene que haber una magnífica coordinación. Hay que conseguir la integración de los dos servicios, lo que nosotros estábamos ya estudiando. Cualquiera que quiera invertir en Sevilla y tenga la ilusión de sacar adelante un proyecto debe encontrar todas las facilidades dentro del cumplimiento de la ley. Hay que ser preactivos y eliminar todas las trabas. Y aquí es verdad que queda mucho por hacer. Nosotros tomamos medidas como la instauración de la licencia exprés o la declaración responsable, que supimos aplicar de forma pionera, pero en otros temas no pudimos avanzar. No hemos tenido otros cuatro años de gobierno para seguir haciendo todo lo que queríamos.

-¿Qué reforma se le quedó pendiente con respecto a la Policía Local?

-Lo primero que hay que hacer con la Policía Local es aumentar el número de plazas y desarrollar la Policía de Barrio. Sin incrementar el número de agentes resulta ilusorio hablar de la Policía de Barrio, sería pretender engañar. Defiendo un modelo de policía de proximidad, de mucho contacto con vecinos y comerciantes. Para eso tenemos que tener una plantilla suficientemente dotada. Yo escogí un modelo y ahora se está prefiriendo otro. Lo que deseo es que tengan suerte.

-Usted vaticinaba a principios de este mandato que Juan Espadas necesitaría los doce votos del Grupo Popular para sacar adelante proyectos fundamentales para la ciudad en los que no encontraría el apoyo de los socios de investidura: Participa Sevilla e Izquierda Unida, conocidos como la izquierda radical. Ocurre que Espadas se entiende a la perfección con Ciudadanos para, por ejemplo, aprobar los presupuestos generales de la ciudad. ¿Esta alianza inesperada ha dejado descolocado al PP?

-En absoluto. Ahora mismo estarían bloqueados temas muy importantes de la ciudad en caso de no haber estado el Partido Popular para sacarlos adelante, como ha ocurrido en materia de turismo, que es el principal motor de la ciudad. Ha ocurrido en Contursa, de gran importancia y trascendencia. Al final fueron los votos del Partido Popular los que permitieron aprobar las cuentas de Contursa. Entre la ausencia de unos grupos municipales y el desconocimiento de otros, hubo quien se abstuvo, otros votaron en contra y, claro, en esa tesitura no tuvimos más remedio que dar nuestro apoyo. De no haber sido así, se hubiera bloqueado un sector tan importante para la ciudad como es el del turismo de congreso. Por eso no comparto la afirmación de que nosotros nos hayamos quedado descolocados. Al contrario, somos la única referencia en la oposición. Somos una oposición razonable, constructiva y que controla al gobierno, que incluso le tiende un puente cuando se trata del interés general de la ciudad. Nadie como el PP defiende mejor el interés general de los sevillanos.

-Su gobierno embargó la sede de Emvisesa, que acumulaba una buena cantidad de tributos municipales impagados. Ha llegado el gobierno del señor Espadas y ha alcanzado un acuerdo para que esta sociedad se ponga al día con la Hacienda local. El embargo, por tanto, se ha levantado. ¿No fueron ustedes demasiado rígidos con las políticas de Hacienda, que suelen ser las más impopulares?

-Lo que teníamos es que dar ejemplo. Por ser una empresa municipal no podía tener un trato privilegiado en comparación con cualquier otro sevillano. Hacienda no fue rígida. Dio facilidades a todo el mundo sin dar privilegios a nadie. El trato fue igualitario. A todo el mundo se le facilitó pagar los impuestos, incluso con aplazamientos. Eso se hizo con carácter general con todo el mundo, incluso con Emvisesa. Y en Emvisesa fuimos pioneros en una medida que tomamos de forma urgente, de noche, para que no se practicara ningún desahucio por situaciones provocadas por la crisis. Fue una orden mía gracias a la cual no hubo ningún desahucio en cuatro años en ningún piso de Emvisesa. Todo el que acreditó que su situación de impago estaba provocada por la crisis tuvo la oportunidad de quedarse en su casa. Se hicieron estudios individualizados. Hicimos muchas cosas a la carta sin perder nunca el criterio de la igualdad.

-El actual gobierno anuncia 2.300 contratos eventuales. El alcalde triunfa en la gestión de las fiestas mayores desde el punto de vista de la seguridad. Juan Espadas, además, recibe públicos elogios de la Sevilla más sociológicamente conservadora. ¿Qué valoración hace de cuanto le comento?

-Espadas ha anunciado contratos y nosotros también celebramos contratos. Nosotros cubrimos dos mil vacantes en cuatro años. A mi no me duelen prendas en reconocer que en la Semana Santa no ha habido ninguna incidencia, lo cual es lo mejor que puede suceder. En mis tres primeras Semanas Santas como alcalde tampoco hubo ninguna incidencia. Sí es verdad que hubo una incidencia muy desagradable en mi último año. De aquella circunstancia se sacaron una serie de conclusiones que este gobierno ha usado para hacer correcciones, tal como hubiéramos hecho nosotros de haber seguido en el gobierno. También es verdad que en la última Semana Santa, según pasaban los días, el gobierno tuvo que ir adaptando las medidas que había tomado al inicio, porque era un poco desolador cómo las cofradías quedaban muy alejadas del público por efecto de las vallas. Los días siguientes ya no había tanta distancia. No tengo ningún inconveniente en aplaudir cuando todo sale bien, ni en decir las cosas cuando salen mal, siempre con espíritu constructivo.

-Usted insiste periódicamente en que seguirá en el Ayuntamiento mientras sea útil a la ciudad. ¿Quién decide cuándo deja usted de ser útil?

-En primer lugar, yo creo que una persona responsable se da cuenta cuándo es o no es útil. Uno es el primero que se da cuenta. Yo espero que nadie me tenga que hacer ninguna indicación o alusión, sino darme cuenta antes y facilitar todo lo que tenga que suceder. Pero en estos momentos me siento útil, sobre todo en los momentos que atraviesa Sevilla y España. No dejaré de estar trabajando por los intereses de esta ciudad, de sus habitantes, ni de España.

-¿Votará usted en la consulta sobre la Feria?

-Pues yo creo que no. Daré mi opinión. Tampoco tendría inconveniente en votar, pero como no sé qué tipo de consulta se va a hacer… En este asunto parece que al final la culpa es de los periodistas. El alcalde primero dijo que era un referéndum, después una consulta, luego otra cosa… Primero iba a tener unas características y después otras. Si se quiere hacer una consulta, que se haga. Pero que sea seria. Yo creo que esto ha sido una ocurrencia y ahora parece ser que no dijo lo que dijo y que la culpa es de los periodistas… Con la que está cayendo y con lo que vemos por la calle, con un modelo de sociedad puesto en cuestión por fuerzas políticas que ya tienen un respaldo importante en las urnas, que el primer referéndum que se vaya a hacer en Sevilla sea sobre la Feria, si empezamos el lunes o el sábado, me parece que no es una decisión acertada.

-¿Cómo ve la Sevilla de los veladores? Usted no fue capaz de parar el tsunami de mesas y sillas. Llevamos un año con otro gobierno y tampoco se ven mejoras notables.

-Es un asunto muy complicado, muy complejo. Es verdad que las circunstancias económicas de ahora no son ya las de hace cuatro años. Gracias a los veladores pudieron subsistir algunos negocios en nuestra etapa, pero es cierto que hay que guardar un orden. Nosotros desarrollamos una ordenanza de veladores. No es un tema pacífico, soy consciente. En la vida hay que ser valientes, no sólo basta con hacerse fotos, también hay que tomar decisiones. Y yo asumo las decisiones que tomamos en su día. Cuando algún vecino se enfadaba por los ruidos, también se enfadaban los restauradores cuando llegaba la inspección y multaba por exceso de veladores o por tenerlos puestos más tiempo del permitido. Así es la vida. Ya digo que no es un tema pacífico. Hay que buscar el término medio donde se hagan compatibles los negocios con el libre tránsito en las calles y el descanso de las personas.

-¿Fue usted víctima de una muy elevada expectación? ¿Se le han exigido imposibles? ¿La ciudad ha sido cruel con usted?

-Ni la ciudad fue conmigo especialmente tolerante cuando nos dio un apoyo ni tampoco ha sido cruel después. Estoy orgulloso de ser de Sevilla, de trabajar por esta ciudad, de haber sido alcalde. Recuerdo de una forma muy agradable mi paso por la judicatura en Sevilla, mi etapa en la Delegación del Gobierno, en la oposición y después como alcalde. Es cierto que como alcalde es cuando peor se pasa por la responsabilidad que se asume. No se disfruta de ninguna fiesta. Uno va haciendo estación de penitencia y va pensando si no está pasando algo en la ciudad. La Feria es totalmente distinta si eres alcalde. Puede ocurrir un apagón en una calle o cualquier incidencia a la que hay que dar una respuesta rápida. La tensión que se tiene como alcalde te impide disfrutar. También tienes la oportunidad de resolverle muchos problemas a mucha gente. Y de hecho hemos resuelto muchos problemas a muchos sevillanos, lo cual te da muchas satisfacciones. Yo estoy muy agradecido a Sevilla y lo estaré eternamente. El resultado electoral es algo coyuntural. Se habían perdido ya, de hecho, dos concejales, pues ya no eran 33 sino 31. Siempre he aceptado y aceptaré las decisiones que han tomado los sevillanos. Nunca se puede culpar a quien vota. Yo solo puedo expresar mi agradecimiento eterno a mi ciudad.

-Le hago una reflexión. Usted creó un modelo de Navidad de éxito, organizó una final de la Davis en tiempo récord y volvió a meter los autobuses municipales hasta el Duque. Pero ni puso sombra en la Avenida, ni sacó adelante los proyectos de revitalización del río o de la Puerta de la Carne, ni ningún aparcamiento nuevo.

-[Silencio] Los proyectos del río, la Puerta de la Carne o los de los aparcamientos eran de iniciativa privada, por lo que se necesitaba que esa iniciativa privada estuviera en condiciones de poder concursar. La crisis provocó que las empresas no tuvieran pulmón económico. Eso causó que nadie viniera a nada en los años más duros de la crisis. En el caso de la Puerta de la Carne ha sido la Comisión de Patrimonio la que ha tenido parado el proyecto a pesar de que ha habido personas interesadas. Los aparcamientos han dejado de ser interesantes para las propias empresas que se dedicaban hasta ahora a su construcción y, al mismo tiempo, no eran los mejores momentos. Yo lamento que la crisis estuviera mucho tiempo negada por Zapatero y que la deuda del Ayuntamiento que se nos cifró en 340 millones fuera al final de 790 millones. Todo ello provocó que no hubiera fondos para hacer todo lo que nos hacía ilusión hacer. Y si además la Junta no contribuía al desbloqueo de proyectos y la Comisión de Patrimonio tampoco… No nos han dejado hacer más cosas, no hemos podido hacer más cosas. Lo que sí estoy convencido es de que hice lo que tenía que hacer: sanear el Ayuntamiento y recuperar el prestigio de una institución que lo tenía por los suelos. Y en ese sentido me encuentro orgulloso, como también lo estoy de haber mantenido el empleo público y de haber saneado las empresas públicas. Se recuperó el buen nombre de Tussam y Lipasam, no hubo escándalos en empresas como Emasesa, donde los patrocinios fueron claros y transparentes. Lo que no se podía es seguir con políticas oscurantistas. Al llegar al gobierno había un déficit de transparencias muy elevado. Recibimos premios que nos reconocieron entre las cinco capitales de España con mayor transparencia. El tiempo irá demostrando que hubo otras cosas que también hicimos muy bien. ¿Qué nos hubieran dicho de haber dejado de otra forma el Ayuntamiento? Nadie ha podido decir nada. Gracias a como dejamos el Ayuntamiento, el actual gobierno puede seguir con los proyectos adelante. Yo no me encontré ningún proyecto en marcha ni que estuviera listo para empezar a ser ejecutado. Sí me encontré con la ampliación de Fibes casi un año paralizada y con todas las placas de aluminio por el suelo cuando fuimos a ver en qué condiciones estaba la obra. Hubo que volver a ponerlo en marcha y terminarlo. El actual gobierno se ha encontrado un Ayuntamiento ordenado y saneado, mientras yo me encontré un auténtico horror en cuanto a la organización y con unas empresas arruinadas o en causa de disolución.

-¿Qué le perjudicó a usted más: la presidencia del PP andaluz o que algunos gerentes o colaboradores no se implicaran más a la hora de sacar adelante sus proyectos?

-Los gerentes y colaboradores que yo he tenido se han implicado muchísimo, no tengo más que palabras de agradecimiento absolutamente para todos. Para los que tenían los cargos más elevados y para el último de los trabajadores del Ayuntamiento. Todos comprendieron la situación tan difícil en la que había que moverse. Y respecto a si me ha perjudicado o no la presidencia regional del PP, tengo claro que es algo que tuve que asumir por responsabilidad. Ni siquiera me he planteado si me pudo perjudicar o no. Desde pequeño me enseñaron a tener claro el concepto de responsabilidad. Si volviera a pasar, volvería a asumir esa responsabilidad. La presidencia regional del PP no me quitó nunca de trabajar por Sevilla y por los sevillanos. Cualquiera que me conozca sabe que sólo me he movido por Sevilla. Tuve que salir en un momento dado a asumir esa responsabilidad porque así me lo pidieron personas que tampoco lo estaban pasando bien después de haber ganado unas elecciones. No voy a valorar en qué me ha podido o no perjudicar. Volvería a hacerlo por responsabilidad.

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