Trasplantes Un niño y una joven vuelven a nacer gracias a una donación multiorgánica

Los ángeles del Aeropuerto

  • Una donación en el Hospital Infantil da una oportunidad a cuatro enfermos terminales · Los operarios de seis empresas paran una obra en San Pablo para facilitar el traslado

Hospital Infantil, cinco de la tarde. Una familia da el paso más generoso en el momento más difícil: embargados por un profundo dolor, los padres donan los órganos de un hijo que han perdido trágicamente. Un accidente de bicicleta acabó con la vida del pequeño, de tan sólo 14 años. El sufrimiento es inconsolable, pero los padres dicen sí a la donación. En ese momento, toda una cadena de profesionales inicia una carrera a contrarreloj para salvar la vida a otro niño de 14 años y a una joven de 17, que necesitan un órgano para sobrevivir. Sus horas están contadas si no reciben el órgano a tiempo. Con la donación, los dos enfermos terminales tienen una oportunidad. Pero a medida que transcurren las horas, todo se complica.

Entre la tragedia de una familia y las ansias de otras que esperan desesperadamente el órgano que salvará a sus seres queridos, los miembros del Equipo de Trasplantes del Virgen del Rocío no dan crédito cuando la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) les comunican que es imposible realizar los trasplantes. "El Aeropuerto de Sevilla está en obras y los aviones no pueden aterrizar". Son las 21:00 del viernes 31 de julio, en San Pablo los operarios de seis empresas se encuentran trabajando en la pista de rodadura. Los dos equipos de cirujanos de Madrid no pueden aterrizar. Es el día más complicado para un trasplante, durante la noche la pista está en obras. José Pérez Bernal, coordinador de Trasplantes de Sevilla, expresa el drama de esos instantes: "Dos personas entre la vida y la muerte esperan en Madrid. Una familia ha dado un paso muy doloroso en Sevilla por la donación. Y los aviones no pueden aterrizar ni despegar". Sin dudarlo, el responsable en Sevilla y Huelva de Trasplantes se pone en contacto con el director del Aeropuerto, Eugenio Pérez. "Dame dos minutos", comentó el responsable del Aeropuerto a Bernal. Y así fue. Al instante, todos los operarios que en ese momento estaban trabajando en el Aeropuerto despejaron la pista. Las obras se pararon. Y dos aeronaves aterrizaron. "Los trabajadores del Aeropuerto son esenciales en la cadena de los trasplantes. Son auténticos ángeles. Sin su labor habría sido imposible salvar a dos personas", comenta Bernal. En ese momento comenzó otra carrera para los cirujanos. El corazón sólo puede latir cuatro o cinco horas desde que se extrae .

El Pájaro Azul, el vehículo del equipo de trasplantes, corre a toda velocidad desde el Virgen del Rocío hacia el Aeropuerto. "No pocas veces ha puesto en peligro su propia vida el conductor, Kenny, para llevar los órganos a su destino lo antes posible", recuerda Bernal. Al fin, la primera aeronave, con el corazón, despega a las dos de la madrugada. Poco después, lo hace otro equipo con el hígado.

Horas después una joven recibe el corazón en el Hospital Gregorio Marañón; y un niño de 14 años, el hígado en el Hospital 12 de Octubre. En Sevilla, otro joven y otro niño reciben los riñones. Una semana después, los trasplantados se recuperan. Una nueva vida comienza para ellos.

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