Rosario García Muñoz. Medalla de Sevilla

"Con 20 años gritaba libertad y con 64 aún no llega la dignidad"

  • Los guetos urbanos de las principales ciudades andaluzas se han unido en una plataforma reivindicativa para no resignarse a la severa pobreza, y han elevado diez propuestas a los partidos que concurren a las elecciones autonómicas. En Sevilla, su principal voz es la de quien lleva media vida luchando por los derechos del Polígono Sur.

SI envían un correo electrónico a la dirección: barriosignorados@ gmail.com, podrán contactar con personas y entidades que ya antes de esta crisis, y de la anterior, y de la antepenúltima, tomaron conciencia de que sus barrios eran convertidos en "cuartos trasteros" de la desigualdad social. El presidente es el cordobés Manuel Díaz, y la portavoz en Sevilla es Rosario García Muñoz, galardonada en 2011 con la Medalla de la Ciudad como significativa activista en el Polígono Sur, cuyas seis barriadas, muy agraviadas por la política municipal, suman 40.000 habitantes.

-¿Cuándo se convirtió en una militante de la política?

-Desde muy joven me he dedicado más a la militancia social que a la política, tuve relación con los movimientos cristianos de base. Milité en el Partido de los Trabajadores de España, el PTE que dirigía Eladio García Castro. Cuando me casé, me destinó a Badajoz. Allí viví los dos años finales del franquismo. Tuve suerte y no estuve en la cárcel.

-¿Desde cuándo vive en el Polígono Sur?

-Nos dieron las llaves del piso el 28 de diciembre de 1982. Conocía la zona desde su inicio, por contactos con vecinos de las casitas bajas.

-¿No se dieron cuenta del gueto que se estaba incubando dentro del Polígono Sur?

-Al principio no lo vimos. Nos dimos cuenta al comenzar la ocupación ilegal de viviendas en la barriada Martínez Montañés. Antes de eso, en 1983-84 formamos una coordinadora de las entidades vecinales de todos los barrios, muchas se remontaban a los tiempos de la clandestinidad, de las parroquias, más los jóvenes que íbamos incorporando para que hubiera mayor variedad sociológica en los movimientos reivindicativos. Planteamos cien medidas de mejora, en salud, educación, seguridad, etcétera. Uno de los fallos más graves fue olvidarse de construir colegios, cuando era masiva la llegada de familias jóvenes con niños pequeños.

-¿Cómo juzga la labor en el Polígono Sur de los primeros ayuntamientos democráticos?

-Lo que se conseguía era por irnos una y otra vez a la puerta del Ayuntamiento para reivindicar. Nunca ha sido porque hayan decidido dialogar con nosotros y preguntarnos. El narcotráfico no interesa quitarlo de aquí, porque como tiene que estar en algún sitio... La democracia yo la entiendo como un sistema en el que no hace faltar echarse a la calle, sino que mi gobierno se tiene que sentar conmigo y planificar qué es lo que tenemos que hacer. Pero la democracia que hemos conseguido no es esa, sino una en la que podemos estar hablando sin miedo a que nos vayan a dar tortas.

-¿Por qué en toda Sevilla se diluyó en los años ochenta la actividad del movimiento vecinal?

-Desde el poder comenzaron a reunirse con las entidades vecinales por separado, y resolverles alguna de sus demandas. Así se unían menos por temas de gran calado. Nuestra coordinadora se disolvió. Además, se acercaba la fecha de la Expo 92 y había instrucciones para ocultar la cara oscura del Polígono Sur en la ciudad que acogía una Muestra Universal.

-¿De esa frustración emana la creación de la plataforma Nosotros También Somos Sevilla?

-Sí, comenzamos en 1997, empezamos desde cuatro entidades y ya hay casi veinte. Pero seamos realistas, el movimiento asociativo es endeble porque mucha gente ya no tiene la ilusión de los años de la coordinadora. Cuando creíamos que con cien propuestas íbamos a cambiar el mundo, y la lucha no se vio recompensada con logros. Se extendió la resignación. Pero algunos no vamos a tirar la toalla para que estemos integrados en la Sevilla que todos queremos.

-¿Cuándo surge la idea de unirse con otros barrios agraviados de ciudades andaluzas?

-El 14 de febrero de 2009. Representantes de la zona norte de Granada capital convocaron, y acudimos de Sevilla, Málaga, Córdoba y Jaén. A partir de esas primeras jornadas, empezamos a profundizar y nos reunimos cada tres meses en Antequera, donde ya decidimos constituirnos como una coordinadora de barrios ignorados.

-¿En qué es común el diagnóstico de lo que sufren?

-Que la única solución ha de llegar a través de la educación. Y que la política falla al atender más la cuestión urbana que la cuestión humana, que es la que está más hecha polvo.

-¿Qué barrios tienen presencia en esta iniciativa?

-De Sevilla, toda la zona sur: barriadas Martínez Montañés, Murillo, Antonio Machado, Las Letanías, La Oliva y Paz y Amistad. Estamos en contacto con la Plataforma Tres Barrios-Amate, a la que queremos implicar, y con barrios de Dos Hermanas. Metidos de lleno en las reuniones están, de Córdoba, la barriada Guadalquivir, Las Palmeras y Las Moreras. De la zona norte de Granada están Cacería, Montijo, el Polígono La Cartuja, Almanjáyar, La Paz y Molino Nuevo. Y el barrio de La Cañada, del pueblo de Atarfe. En Jaén, el Polígono del Valle. Estamos en contacto con el barrio Arroyo, de Linares. Y están totalmente de acuerdo con la iniciativa los representantes de barrios de Huelva, Cádiz y Málaga que, por dificultades varias, no pueden acudir asiduamente a nuestras reuniones.

-¿Es difícil galvanizar mediante reivindicaciones comunes a quienes en principio representan al vecindario de un solo barrio?

-No es fácil. Entre otras cosas, porque somos pocas personas para tanta tarea que ejercemos con carácter voluntario. Hay momentos en los que se habla con otras personas de Sevilla, y el acaloramiento por los problemas sangrantes hace que se prometa más implicación. Pero después cada cual se va a su barrio y suele ser frecuente que no quieran complicarse más la vida, se limitan a preocuparse de sus árboles, farolas o bancos.

-¿Cuál es su próxima acción?

-En la última jornada de análisis y convivencia, en Córdoba, éramos 140 personas, todos representantes de entidades vecinales. Ahora toca bajar ese caudal de ideas a la calle. El próximo encuentro regional será el 21 de este mes en la Universidad de Jaén, tras haberle presentado nuestras propuestas a los partidos políticos principales. Cuando se constituya el nuevo Gobierno andaluz, le pediremos una entrevista a quien lo presida. En abril, tendremos un encuentro en Sevilla centrado en planes educativos. No solo para los educadores que trabajan en barrios del Polígono Sur sino también para que los padres asimilen cómo participar en esos planes.

-¿Los profesionales de la educación asignados al Polígono Sur tienen un plus de compromiso?

-Algunos son de quitarse el sombrero, porque además están luchando no solamente con las características de los niños que van a la escuela sino que tienen que hacer muchas cosas a pesar de que la Administración no les da el visto bueno. Es magnífico el proyecto educativo que se elaboró en 2010 para el Polígono Sur por profesionales de la enseñanza. Si se aplicase, puede que no se lograra recuperar a los padres conflictivos, pero a sus niños los encarrilaría desde los tres años para que no se estropeen cuando tengas dieciocho.

-A su edad, ¿no está ya quemada ?

-Es muy habitual el comentario de: La gente es que no se implica... Y yo lo que digo es que estamos hartos. Cuando yo tenía 20 años y luchaba y gritaba por las libertades, yo pensaba que al final de mi vida mi participación ciudadana iba a ser de otra manera. Pero mis hijos me dicen: Mamá, si es que estás luchando por lo mismo que hace treinta años. Tengo 64 años y aún no llega la dignidad a estos barrios. Eso es lo que hace que mucha gente se plante y diga: Me quedo en casa, en el sofá y con con la ropa de camilla. Es lo que nos mandaron.

-¿Quién?

-Felipe González, tras ganar las elecciones de 1982 y llegar al Gobierno. Dijo: "Yo voy a gobernar. Ustedes, quédense tranquilos en el sofá, la mesa camilla y viendo la televisión". Esas palabras se me quedaron grabadas. Nunca debió decir eso, sino "Ahora es cuando tenéis que pringaros y luchar por esta democracia para que no se vaya al garete". Como se está yendo ahora.

-En su manifiesto, dicen que el sistema produce población sobrante, y que el desempleo es del 70% en zonas como el Polígono Sur.

-Nos envían a las personas que no quieren en otros sitios. Estamos con las carnes abiertas por el posible envío de las familias del Vacie. La integración no es enviarlos a todos a la misma zona, sino repartirlos por diversos barrios. ¿Por qué no los ubican en Los Remedios?

-¿Cómo subsisten familias normales que no están en el lumpen?

-Muchos se dedican al trapicheo. Y no puedo investigar más porque me encontraría con un marrón encima. Pero haciendo trabajos que no tienen que ver con lo normal. Vendiendo lo que no pueden vender los narcotraficantes.

-Le parece bien dar una renta básica cambio de trabajos sociales?

-Lo de dar a cambio de nada se debe terminar. Todas las personas en riesgo de exclusión que reciban un subsidio deben realizar prestaciones, adaptadas a sus capacidades y a su estado físico.

-¿Qué piensa cuando ve los casos de corrupción que se destapan?

-Que la Justicia no es igual para todos. Yo no me siento una indignada, sino una cabreada. Si se han llevado dinero público, que lo devuelvan. Y después, la condena. Con el dinero rescatado debe promoverse la creación de empleo para los parados.

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