El cierre de la noria del Muelle de las Delicias, que comenzó a desmantelarse esta semana por los malos resultados que ha dado este negocio para sus promotores, recuerda otros proyectos turísticos que llegaron a plantearse y acabaron fracasando en la capital andaluza. Así sucedió también con la primera noria panorámica que se instaló en 2006 en los jardines del Prado, y con las iniciativas del Museo de las Tradiciones sevillanas -junto a la Torre de la Plata- y del Paseo del Arte a orillas del río, ambas planteadas por el Ayuntamiento del PP de Juan Ignacio Zoido (hoy ministro del Interior) entre 2013 y 2014.

La diferencia, en este caso, es que las dos norias que han durado bien poco llegaron a instalarse y a funcionar durante un tiempo en la ciudad, sobre todo la del Muelle de las Delicias, mientras que el Museo de las Tradiciones sevillanas y el Paseo del Arte se quedaron en el trámite administrativo de redacción de los proyectos, ante las reclamaciones de diferentes colectivos para que se reformaran una y otra vez sobre plano.

Sobre el solar de la calle Santander junto al lienzo de muralla almohade y la Torre de la Plata, conocido como el Corral de las Herrerías, el equipo de Zoido anunció a la prensa en la primavera de 2013 que un grupo de arquitectos había propuesto construir un nuevo edificio destinado a Centro de Exposiciones y Promoción de las tradiciones sevillanas (su nombre oficial era Centro de Exposiciones y Congresos Corral de las Herrerías) cuyas vías de ingresos eran un aparcamiento subterráneo de 70 plazas para residentes, un restaurante, salas de exposiciones y un auditorio exterior.

El proyecto, promovido por la sociedad privada Feria de Abril S.L. y valorado en más de cinco millones de euros, acabó paralizado por el gobierno municipal del PP tras ser cuestionado por tres profesionales (los arquitectos José García-Tapial y Fernando Mendoza y el aparejador José María Cabeza Méndez), que alertaron de la afección de este edificio al patrimonio y al entorno monumental. Los especialistas llamaron la atención sobre las plantas bajo rasante (tres) y sobre rasante (dos) que planteaba el proyecto para acoger todas las instalaciones previstas.

El proyecto del Paseo del Arte en la orilla del río, con un coste superior a los siete millones de euros, también acabó cambiándose una y otra vez para eliminar las piscinas fluvial e interior previstas, y finalmente se paralizó definitivamente. Planteado en el paseo Juan Carlos I, entre el puente de la Barqueta y la pasarela de la Cartuja, se licitó en varias ocasiones y en todas quedó desierto porque la empresa que se presentó no acababa de cumplir con todas las garantías de solvencia económico-financiera, según mantenía entonces el Ayuntamiento.

Las piscinas en el río y fuera de él se descartaron por las reticencias de la Junta de Andalucía y de los remeros al obstáculo que suponían para los más de 60.000 deportistas que usan el río al año. Esas piscinas recordaban el viejo sueño del andalucista Alejandro Rojas Marcos de habilitar una playa en Sevilla que años después copiarían otros candidatos. Así pues, el segundo proyecto del Paseo del Arte que salió a licitación incluía únicamente tres edificios para negocios de restauración, un aparcamiento subterráneo,la reurbanización de una gran plaza-mirador y nuevos accesos desde la calle Torneo.

Dentro de la oferta turística de la ciudad, el acuario del muelle de las Delicias que tanto costó construir es una realidad que funciona y sigue abierta al público, aunque bien es cierto que atraviesa por un momento difícil y no se sabe si superará el bache. Aquagestión Sur S.L., la sociedad encargada de su explotación, ha presentado ante el juzgado de lo Mercantil de Sevilla la solicitud de preconcurso de acreedores para refinanciar su deuda, principalmente la contraída con su mayor acreedor, la Sociedad para la Promoción y Reconversión Económica de Andalucía, S.A.U. (Soprea), dependiente de la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta.

En la lista de proyectos turísticos retrasados que no acaban de ser una realidad pese a los años que han transcurrido desde que se plantearon, hay que citar el de Sevilla Park, el complejo comercial y de ocio previsto junto a los terrenos portuarios que ocupa la compañía logística de hidrocarburos (CLH). Tampoco ha despegado el eje turístico desde la Encarnación a la muralla de la Macarena que el gobierno de Monteseirín anunció en su último mandato. Tampoco hay noticias de las rutas de los conventos de clausura ni de la ruta de la Sevilla mudéjar.