Desde ayer se puede comer en el interior de los bares, un servicio que estuvo prohibido hasta el domingo, cuando la provincia de Sevilla se encontraba en la fase 1 de la desescalada. Con el inicio de una nueva fase los clientes podrán desayunar, almorzar o tomar café a mesa y mantel, siempre que se cumplan, eso sí, una serie de normas, como no superar el 40% del aforo y mantener una distancia de seguridad de dos metros entre las mesas. Pese a esta posibilidad, un paso más hacia la llamada nueva normalidad, los sevillanos prefieren hacer uso de las terrazas.

El clima veraniego que se disfruta en la ciudad estos días invita a ello, y en los bares donde se pueda estar en un velador, a la sombra, es la opción más elegida por los clientes, antes que la de sentarse en una mesa en el interior. Especialmente para el desayuno o el tapeo, momentos culinarios bastante asociados en los hábitos sevillanos al servicio de barra, del que no se podrá disfrutar hasta la fase 3, esto es, hasta el 8 de junio. Los establecimientos que no cuentan con veladores en la calle reabrieron ayer tras una semana de preparación y después de ajustar todo el mobiliario interior a la normativa que rige en esta fase 2.

Para ello, tanto la asociación de hosteleros como el Ayuntamiento hispalense les han hecho llegar un documento en el que se recogen los requisitos para prestar este servicio. Mesas separadas e itinerarios En la mayoría de los establecimientos estas directrices se cumplen a rajatabla. Dispensadores en la puerta, itinerario de entrada de los clientes y mesas distribuidas en el interior manteniendo la separación para evitar cualquier posibilidad de contagio. Los clientes, desde la puerta, miran si hay alguna mesa libre antes de entrar. En el suelo hay pegatinas donde se controla el acceso y que sirven también para trazar un recorrido dentro del local, con la intención de evitar alguna aglomeración.

En aquellos negocios que cuentan con doble servicio -interior y terraza- se opta, a la hora del desayuno, cuando las temperaturas aún son benévolas, por el velador, donde hay quienes toman café hasta pasadas las doce del mediodía. Es, quizás, el síntoma que más nos aproxima a la ansiada normalidad de una ciudad que perdió su actividad habitual a mediados de marzo. Los bares dan vida, en este primer lunes de la fase 2, a las calles de una Sevilla que intenta resarcirse de la primavera perdida. Las altas temperaturas de la última semana han incitado también a muchos sevillanos a disfrutar de las terrazas de los bares.

El calor se ha convertido en un aliado de los hosteleros, especialmente, al anochecer, cuando empieza a refrescar. Por tal motivo, desde la asociación que representa al sector no se entienden "ciertas actuaciones policiales" durante el pasado fin de semana. Así lo explica el presidente de esta patronal, Antonio Luque, quien detalla que algunos agentes han cerrado terrazas de bares que cumplían la normativa antes de lo que estipula la ordenanza municipal. "A la calle Betis, por ejemplo, acudieron cuatro veces la noche del sábado. Aquello es una zona saturada y los fines de semana pueden retirar los veladores a las doce de la noche. Pues bien, a las once y media obligaron a algunos locales a quitarlos sin que hubiera ninguna infracción", recuerda Luque, quien pide al alcalde, Juan Espadas, cumplir con lo pactado el pasado viernes entre el Ayuntamiento y la asociación de hosteleros.

A este respecto, fuentes municipales aseguraron a Diario de Sevilla que se han repartido actas y distintivos en todos los negocios para que los dueños sepan la normativa que deben cumplir. "Todo se hace por el bien del sector, pues las inspecciones policiales persiguen que se otorgue seguridad a los clientes y se garantice el cumplimiento de las medidas en esta fase, para que dentro de 15 días podamos tener menos restricciones", asegura uno de los responsables del área de Gobernación. Según fuentes del sector hostelero, en la jornada de ayer reabrieron sus puertas 1.200 negocios en la capital andaluza, que se suman a los 800 que ya lo hicieron en la fase 1. En toda la provincia son unos 3.000. En la ciudad hispalense aún quedan unos 2.500 por hacerlo. Se espera que retomen su actividad la próxima semana o en la fase 3, cuando las medidas de seguridad sean ya mucho más leves.

"Aunque, claro, también habrá locales que echarán el cierre definitivo si no se materializan los acuerdos con el gobierno municipal cuanto antes", advierte Antonio Luque. Piden la movilidad entre las provincias Desde la patronal -que hoy celebrará una asamblea para explicar el acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento- se pide también al Gobierno central que permita cuanto antes la movilidad entre las provincias. "Es importante que los hosteleros andaluces nos ayudemos unos a otros. Que los sevillanos puedan ir a disfrutar de los bares de Cádiz, Huelva o Córdoba y que los de estas ciudades puedan hacer lo mismo en la nuestra", incide Luque, quien explica que esta medida ayudará a reactivar un sector profundamente "herido" por la crisis del Covid-19. Mientras esto se produce, lo cierto es que ver restaurantes y bares con clientes comiendo en su interior es una de las mejores maneras de reencontrarse con el ambiente de una ciudad eclipsada a mediados de marzo. La hostelería recobra el pulso.