Sevilla

La ciudad de los 13.000 veladores

  • Se han incrementado casi un 40% desde 2011. Hay un velador por cada 52 vecinos. La Gerencia de Urbanismo ingresa 870.000 euros por las terrazas.

Calle Mateos Gago. Dos de la tarde de un día cualquiera. Andar por las aceras se torna en tarea imposible. Hay que hacer uso de la calzada por la que circulan los vehículos ante la imposibilidad de transitar por el sitio adecuado. Los veladores, atestados de turistas, lo ocupan todo. Son los dueños de la calle. La estampa se repite en otras vías del centro y en algunas más alejadas del casco antiguo, como San Jacinto o la Avenida de la Buhaira. Imágenes que constituyen el fiel reflejo de una ciudad que ha encontrado en las terrazas uno de los ingresos principales para que la Gerencia de Urbanismo sobreviva en unos años de pírrica actividad inmobiliaria.

Las cifras constatan esta realidad que se palpa a pie de calle. La ciudad hispalense cuenta con 13.314 veladores, según los datos más actualizados correspondientes a finales de 2014. Cuando concluyó 2011 esta cantidad era de 9.635. En tres años se han incrementado un 38,18%. El crecimiento obedece a dos causas. Por un lado, la ley antitabaco que prohíbe fumar en los establecimientos hosteleros, lo que obliga a sus dueños a solicitar la cesión de parte de la vía pública para colocar sillas y mesas en las que sus clientes puedan beber, comer y fumar. Una situación a la que ha contribuido la política de peatonalización de diversas calles ejercida por gobiernos anteriores. La otra causa es la conversión de los bares en un sector refugio durante la crisis. Muchos sevillanos han apostado por este tipo de negocios al perder el empleo, lo que ha llegado a conformar la denominada "burbuja hostelera".

Tal coyuntura ha provocado que, en función del padrón más reciente, Sevilla cuente actualmente con un velador por cada 52 habitantes, media que la sitúa como una de las ciudades de referencia en el disfrute de las terrazas. Esta proliferación tiene varias consecuencias en el tejido urbano. La de mayor evidencia es la pérdida de espacio para el peatón en determinadas calles y las molestias sonoras que provocan. Los entornos más turísticos son los más afectados por esta masiva presencia, de ahí que el Ayuntamiento aprobara en 2012 una nueva ordenanza que entró en vigor un año después y que regula, con mayor restricción, la instalación de veladores y su uso.

La normativa fija un tope horario. Los hosteleros han de recoger las mesas a la una de la madrugada, cuando hasta entonces la hora límite eran las dos. Dicha restricción resulta más severa para los establecimientos que posean veladores en zonas acústicamente saturadas (ZAS), donde han de recogerse a las 23:00, con la única excepción de los días de Semana Santa, Feria, festivos y vísperas de festivos.

También establece tres tipos de sanciones según la gravedad del incumplimiento. Para las leves, las multas oscilan entre los 600 y 2.999 euros. Las infracciones graves suponen una pena económica de entre 3.000 y 5.999 euros. Las muy graves, de entre 6.000 y 120.000 euros. Aquellos negocios que sumen tres sanciones graves y dos muy graves perderán la licencia por reincidencia. Entre el último tipo de multa se incluyen aquellos veladores en los que no se aprecien las delimitaciones que marcan el espacio. Las sanciones se reducen un 50% si el infractor restituye voluntariamente la orden y paga la multa en un mes o se acoge al procedimiento abreviado.

La otra consecuencia de la proliferación de veladores resulta más positiva, especialmente para la Gerencia de Urbanismo, encargada de dar el visto bueno a su instalación. Las tasas a pagar por la licencia han supuesto en los años del desplome inmobilario una vía económica vital para su mantenimiento. Sólo en 2014 este organismo tramitó 1.661 expedientes, lo que supuso unos ingresos de 871.720 euros, cantidad que se ha ido incrementado en estos cuatro años de mandato. En 2011, por ejemplo, las licencias de veladores aportaban a la Gerencia 463.688 euros. Un año después esta cifra se elevó a los 713.299. En 2013 se alcanzó el pico de este cuatrienio con 937.192 euros.

Dicha inyección supone una quinta parte de lo que la Gerencia ingresa por las licencias de obra. Tal ha sido la actividad en este ámbito que Urbanismo lleva presupuestando desde hace años en un millón de euros el dinero obtenido por los veladores, cantidad que ha duplicado la que se tenía prevista por estos permisos en ejercicios anteriores.

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