Los comerciantes ya se conforman con no perder. Las nefastas consecuencias que está produciendo la crisis en el sector han llevado a que los propietarios de las tiendas y las grandes superficies encaren la nueva temporada de rebajas de verano -que comenzó ayer domingo- con la única expectativa de mantener las cifras del año pasado. Un objetivo que en años de bonanza podría calificarse de demasiado conformista, pero que en las actuales circunstancias es un gran logro, sobre todo si se analiza el comportamiento que han tenido las ventas en la provincia de Sevilla durante el primer semestre del año.

El vicepresidente de la confederación de comercio y servicios de la provincia de Sevilla (Aprocom), Tomás González, señala que hasta julio las compras se han reducido entre un 4% y un 5%, de ahí que el sector afronte las rebajas estivales con el mero objetivo de mantener la cifras. A este respecto, el presidente de Aprocom, José Cañete, ha declarado a Europa Press que las previsiones indican que la facturación durante los dos próximos meses en los que se desarrolle la campaña se "estabilizará", por lo que no se prevé "nada especial, ni mucho mejor ni mucho peor que otros años".

En concreto, la facturación que contempla la Confederación Empresarial de Comercio de Andalucía (CECA) para la provincia es de 54,59 millones de euros y un gasto medio por persona que oscilará entre 60 y 70 euros. Con estos datos, Sevilla se situaría a la cabeza de la comunidad, donde el sector espera conseguir 245 millones, cifra muy similar a la de las rebajas veraniegas de 2011.

De alcanzarse estas cifras, la nueva temporada de descuentos supondría un cierto alivio en las cuentas de los comerciantes, que desde que concluyeron las rebajas de invierno han visto cómo sus ingresos han disminuido respecto al mismo periodo del año pasado. En este sentido, la campaña con la que se inició 2011 sí fue satisfactoria para el sector al comprobar que los resultados habían superado las previsiones iniciales. En aquella ocasión se esperaba que las ventas sólo subieran un 5%, pero finalmente lo hicieron por encima de este porcentaje, hasta superar la facturación los 60 millones de euros.

Ya entonces el vicepresidente de Aprocom aseguraba que "en estos tiempos el hecho de no bajar es una buena noticia". Pues de esta premisa parte el sector para encarar la nueva temporada de rebajas que se inició ayer con descuentos que llegan hasta el 70%, aunque éstos son los menos y lo utilizan principalmente de reclamo las grandes superficies. La mayoría de las tiendas han rebajado el precio de sus artículos entre el 30% y el 50% respecto al que tenían hasta hace pocos días. El vestido y los complementos copan el 85% de los artículos más vendidos en esta temporada. El 15% restante es para equipamiento tecnológico y del hogar.

Al margen de los números, el comercio también afronta estas rebajas con el debate generado hace ya varios años de actualizar la normativa actual -vigente desde 1996- para establecer una serie de limitaciones y sanciones que eviten la "competencia desleal" que se produce, sobre todo, entre las pequeñas tiendas y las grandes superficies. Al hilo de ello, González detalla el caso de algunos centros que en las semanas previas al comienzo de las rebajas han ofertado grandes descuentos o aquéllas que practican "la venta a pérdidas", táctica mediante la cual colocan en el mercado un artículo por debajo de su precio de costo, lo que impide que otros comercios puedan competir con él. "Esto favorece un monopolio que destruye el tejido empresarial, perjudica a los comerciantes y a los compradores, que al final quedan en manos de la voluntad de ciertas firmas", aclara el vicepresidente de Aprocom.

Por todo ello, desde la confederación de comerciantes se exigen multas "ejemplarizantes" para que no impere "la anarquía", de tal manera que el incumplir la norma no le suponga a ciertas empresas ningún beneficio en comparación con la sanción que le imponga la administración competente.

Además, Aprocom también considera oportuno que se acorte el periodo actual de rebajas. Así, tanto en invierno como en verano, creen que la duración idónea es un mes, si se tiene en cuenta que el mayor volumen de ventas se realiza en las dos primeras semanas de cada campaña, por lo que no tiene sentido seguir ampliándolas dos meses. Esta reducción también es defendida por la asociación de consumidores Facua, que al igual que Aprocom, considera que es necesaria una nueva ley comercial. González destaca que lo "idóneo" sería establecer cuatro periodos de descuentos, a los dos actuales que se reducirían, se sumarían otros dos en otoño y primavera, épocas en las que las ventas disminuyen.