Contrataron un servicio discrecional de autobús para evitar conducir con una copa de más, pero el remedio resultó peor que la enfermedad. Ninguna de las 19 personas que viajaban en el vehículo que les transportaba en la celebración de la despedida de soltero sospechaban que el conductor podía pasar, en realidad, como un participante más de la fiesta, a tenor del alcohol que había ingerido. Lo que debía ser una velada agradable terminó a las cuatro y media de la madrugada de ayer, en el kilómetro 13 de la ronda SE-30, a la altura de Tablada.

La Guardia Civil había establecido en esa zona un Punto de Verificación de Alcoholemia y los agentes dieron el alto al autobús ocupado por las personas que procedían de la despedida de soltero. El conductor del vehículo, un vecino de Sevilla de 45 años e identificado como F. M. S. O., no pasó la prueba de alcoholemia a la que fue sometido. Dio un amplio positivo, con una tasa de alcohol por litro de aire espirado de 0,70 gramos, en el primer análisis que se le efectuó, y de 0,73 gramos en el segundo, un nivel que quintuplica el volumen máximo permitido para los profesionales de esta clase de vehículos y que se sitúa en 0,15 gramos de alcohol por litro de aire espirado.

Pero no era la única sorpresa que se llevarían los participantes en la celebración. Porque, además de que la persona en la que habían depositado su confianza mientras se divertían diera positivo en el control de alcoholemia, la Guardia Civil comprobó que el conductor no disponía de carné. El permiso le había sido retirado por un juzgado de lo Penal de Huelva tras haber sido sorprendido con una tasa de alcohol también superior a la autorizada. Su conducta fue más grave aún porque mostró a los agentes un carné de conducir falso.

Todas estas circunstancias, unidas al reciente endurecimiento del Código Penal -que ya castiga con penas de cárcel a los conductores que circulan sin tener el permiso o como en este caso tras haberlo perdido por infracciones previas- desembocaron en la detención del conductor, que ha sido imputado precisamente por delitos contra la seguridad vial y quebrantamiento de condena.

El arresto del conductor del autobús tuvo consecuencias directas para los 19 ocupantes que habían contratado el servicio para no tener que conducir bebidos: tuvieron que completar a pie su regreso a la capital, dado que el vehículo quedó inmovilizado.

El conductor, F. M. S. O., fue trasladado al destacamento de la Guardia Civil de San Juan de Aznalfarache, donde se completó el atestado y se remitió al juez de guardia de Sevilla.

El imputado prestó declaración por la tarde ante la juez y a instancias del fiscal de Seguridad Vial de Sevilla, Luis Carlos Rodríguez León, fue enviado a prisión. El auto del juzgado que decreta su ingreso en prisión preventiva recoge que el conductor "puso en peligro" la vida de los 19 pasajeros que viajaban en el autobús, al conducir con una tasa cinco veces superior a la permitida y haciéndolo además cuando le había sido retirado el carné de conducir.