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Siniestros de tráfico

A la fuga tras provocar un grave accidente: más de 20 conductores huyen en Sevilla en dos años

Policías locales buscan con la grúa de los Bomberos al sospechoso en su casa, en las Letanías.

Policías locales buscan con la grúa de los Bomberos al sospechoso en su casa, en las Letanías. / Juan Carlos Muñoz

Más de una veintena de conductores se dieron a la fuga tras verse implicados en accidentes graves en Sevilla en los dos últimos años. Tres de esos siniestros acabaron con algún muerto, mientras que en el resto hubo personas heridas de distinta consideración o simplemente daños en vehículos de terceros. Muchos de estos conductores circulaban bajo los efectos del alcohol y las drogas, y casi siempre terminaron siendo detenidos por las fuerzas de seguridad. Luego admitirían su arrepentimiento y alegarían una serie de circunstancias atenuantes que ya de poco servirían para arreglar nada.

El último caso ha sido el del atropello mortal ocurrido la noche del sábado en la Ronda del Tamarguillo. Un hombre de 53 años, cocinero de un bar de la avenida de Hytasa, fue arrollado por un Renault Megane de color gris cuando cruzaba un paso de peatones nada más salir de trabajar. Eran las once y media pasadas de la noche, ya imperaba el toque de queda impuesto por las autoridades para luchar contra la expansión del coronavirus. Había muy poco tráfico y eso permitía circular a más velocidad a los escasos coches que todavía quedaban en la calle. Aunque todavía la Policía Local de Sevilla sigue realizando el atestado y no se ha determinado aún la velocidad exacta a la que iba el vehículo en el momento del impacto, sí se sabe que debía ser bastante elevada. El cuerpo de la víctima fue proyectado a unos 35 metros de distancia desde el paso de peatones. El hombre falleció prácticamente en el acto.

El Renault Megane gris siguió su camino sin detenerse en ningún momento a auxiliar a la víctima, que quedó tendida en el asfalto y agonizando. La Policía Local ha podido reconstruir la secuencia de los hechos tras el impacto. El conductor continuó en dirección norte, sentido en el que se produjo el atropello. Procedía de la zona sur de la ciudad. Una vez que llegó a la siguiente rotonda, la del Bizco Amate, giró a la derecha hacia la avenida San Juan de la Cruz. Allí se detuvo, pero no para regresar ni para llamar a la Policía, sino para retirar los restos del paragolpes y otras piezas del coche que habían resultado dañadas en el accidente y estaban colgando. Después se le pierde la pista hasta que, una hora y cuarto más tarde, la Policía encuentra su coche aparcado en una calle Reina de la Paz, en Las Letanías, frente al centro deportivo del barrio.

Policías en el lugar del accidente. Policías en el lugar del accidente.

Policías en el lugar del accidente. / Emergencias Sevilla

El vehículo fue retirado por la grúa y trasladado al depósito municipal. Será analizado por la Policía Científica para extraer huellas o restos biológicos que puedan confirmar la identidad del conductor. Todo apunta a que el hombre iba al volante es Francisco José P. R., de 30 años, que se entregó el martes en la Jefatura de la Policía Local después de pasar tres días en paradero desconocido. La mañana del domingo se registró su casa, ubicada a escasos metros del lugar donde dejó el coche aparcado. Él no estaba, pero en el interior de la vivienda se encontró una plantación de marihuana. Los policías estuvieron hablando con familiares, que según los agentes estaban preocupados porque pudiera autolesionarse. El juez del caso decretó su ingreso en prisión provisional tras la detención.

Francisco José P. R. tiene antecedentes por delitos contra la seguridad vial y actualmente tiene el carné de conducir retirado. Será difícil, dado el tiempo transcurrido, probar si conducía la noche del sábado bajo los efectos del alcohol y/o las drogas. O si no se detuvo porque llevaba algún material ilícito en el coche.

Además del delito contra la seguridad vial y el homicidio imprudente, se le puede imputar también el delito de abandono del lugar del accidente, un nuevo tipo penal específico que desde el año 2019 amplía el de omisión del deber de socorro. El Gobierno reformó el Código Penal ante la gran cantidad de conductores que se habían dado a la fuga y luego no eran condenados por ello o lo eran con penas ínfimas. Muchos se aprovecharon de un resquicio legal que les permitía eludir este delito. El cargo de omisión del deber de socorro podría cometerlo cualquier persona (es decir, un acompañante que fuera en el coche), mientras que el de abandono del lugar del accidente es sólo para el conductor.

El bar donde trabajaba la víctima, cerrado por defunción. El bar donde trabajaba la víctima, cerrado por defunción.

El bar donde trabajaba la víctima, cerrado por defunción. / Juan Carlos Muñoz

Además, en la omisión la víctima tiene que quedar sola o desamparada, cosa que ocurre en pocos supuestos. Tampoco se podría aplicar en caso de defunción inmediata, pues no quedaría nadie a quien socorrer. Existirían, por tanto, muchas dudas en el caso del Tamarguillo, donde la víctima pudo morir en el acto o instantes después del accidente y había además más personas en el lugar de los hechos, testigos que podrían ayudar a la víctima en caso de que hiciera falta. En cambio, el nuevo tipo penal castiga la fuga, independientemente de cómo resulte la víctima. El delito de abandono del lugar del accidente eleva las penas hasta un máximo de cuatro años, mientras que en la omisión el tope es de uno.

Desde esta reforma legal, que entró en vigor a principios de 2019, han sido más de veinte los conductores implicados en accidentes graves que se han dado a la fuga en Sevilla y provincia. Tres de ellos, incluido el del Tamarguillo, huyeron después de provocar accidentes que resultaron mortales. El precedente más cercano ocurrió el 23 de noviembre de 2020 en Castilblanco de los Arroyos, donde un conductor arrolló a Manuela, una bebé de diez meses en un paso de peatones de la localidad. La niña falleció horas después en el Hospital Virgen del Rocío, donde fue trasladada en estado muy grave.

José María V. V., el Varita, trasladado por la Guardia Civil. José María V. V., el Varita, trasladado por la Guardia Civil.

José María V. V., el Varita, trasladado por la Guardia Civil. / Raúl Caro / EFE

La menor estaba en su carro y era empujada por la madre cuando el conductor no respetó el paso de cebra y se la llevó por delante. Huyó y fue detenido poco después por la Guardia Civil. Dio positivo en tres tipos de droga. El juez decretó su ingreso en prisión provisional. Tras su arresto, el conductor, José María V. V., de 25 años y apodado el Varita, alegó que no lo hizo queriendo, sino que le falló el pie del freno. Pidió disculpas a una familia a la que de nada servían ya las muestras de arrepentimiento del conductor.

El otro accidente mortal se produjo en la Carretera de Carmona el 25 de octubre de 2019. Un motorista de 44 años, Juan Francisco Torres, murió arrollado por un conductor que se dio a la fuga en el cruce de la carretera de Carmona con Santa María de Ordás. El conductor del coche se saltó un semáforo e impactó contra el motorista, que quedó malherido en la calzada. La Policía Local detuvo al fugitivo poco después en casa de un familiar, en la barriada de la Corza. José Enrique S. P., alias el Portu, de 34 años y con antecedentes, dio positivo por cocaína y también triplicaba la tasa de alcoholemia permitida.

El conductor detenido tras el atropello de la Carretera de Carmona, José Enrique S. P., Portu. El conductor detenido tras el atropello de la Carretera de Carmona, José Enrique S. P., Portu.

El conductor detenido tras el atropello de la Carretera de Carmona, José Enrique S. P., Portu. / Juan Carlos Muñoz

A estos tres casos con muertes se le une un rosario de incidentes menores, con conductores que huyen tras provocar lesiones o simplemente daños en otros coches. El 27 de marzo, por ejemplo, la Policía Local intervino con un conductor ebrio que se dio a la fuga tras golpear un ciclomotor estacionado en el Prado de San Sebastián. Hubo una persecución y fue detenido en la avenida Diego Martínez Barrio.

El 26 de diciembre, otro conductor sin carné y ebrio protagonizó otra persecución tras darse a la fuga después de provocar dos accidentes y causar daños en cinco vehículos. Quintuplicó la tasa de alcoholemia máxima permitida cuando fue detenido, en la avenida de Torneo. Estos dos sucesos podrían haber acabado también de manera trágica, pero a los conductores les sonrió la fortuna.

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