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Sevilla

La falta de datos fiables sobre las canalizaciones retrasa las obras

  • La situación afecta a las grandes construcciones de la ciudad, como el Metro, los pasos subterráneos -Palmera y Tamarguillo- y aparcamientos · Urbanismo no coordina a suministradoras y constructoras

Las obras subterráneas de Sevilla se han convertido en una verdadera pesadilla para las constructoras adjudicatarias por la escasez de datos fiables para afrontar el obligado desvío de canalizaciones y cables (telefonía, luz, gas, agua y fibra óptica). Los llamados "servicios afectados" fueron el mayor dolor de cabeza en los trabajos iniciales de los túneles de la primera línea del Metro de Sevilla tanto para las constructoras como para la administración. En la línea 1, la aparición de "nuevos servicios afectados en la fase de construcción" provocó importantes retrasos en los plazos y un sobrecoste de 15,2 millones de euros sobre los 658 millones que finalmente costó la línea.

Años después los problemas se están repitiendo en la obra de los dos pasos subterráneos de la Palmera (avenida Bueno Monreal) y ronda del Tamarguillo, cuyas obras se adjudicaron en verano de 2009 para ocho meses de plazo y de las que esta semana se anunció que la demora se extenderá a 2011. El paso de la Palmera ya se ha encarecido en más de 600.000 euros por este motivo y por la aparición de bolsas de lodo supuestamente inesperadas. En el paso del Tamarguillo un escape de gas por la acción de una excavadora obligó el mes pasado a desalojar a los vecinos de Los Pajaritos. Las constructoras alegaron que la tubería de gas apareció a una menor profundidad de lo previsto en los datos de la suministradora: a 70 centímetros en lugar de a 1,20 metros. La compañía, sin embargo, se defiende y sostiene que los datos que dieron son correctos y que no son responsables de los problemas que surgen.

En el subterráneo que salvará la Palmera, el director general del grupo Tecysu se quejó esta semana de que las suministradoras no actualizan los planos y ofrecen información que no sirve para localizar todas las conducciones.

Los aparcamientos subterráneos y la sede de la Policía Local en La Ranilla (Tamarguillo) se suman a las obras con problemas. El edificio policial, en ejecución, se ha encarecido en 3,3 millones por el hallazgo de cimentaciones ocultas y diversas soluciones aplicadas a la aparición de agua en el subsuelo.

Según profesionales del sector consultados por este periódico, en no pocos casos las dificultades para desviar las canalizaciones y cableados se deben a la falta de datos fiables sobre la localización exacta de tales conducciones. Cada vez que se inicia una obra, las constructoras adjudicatarias recaban esta información por separado en cada una de las empresas suministradoras (Emasesa, Endesa, Gas Natural, Telefónica...).

Lo lógico sería facilitar a las constructoras un plano general que incluya todas y cada una de las canalizaciones y cables de la zona de actuación, pero la realidad es que esa opción no se da en la práctica. El Ayuntamiento de Sevilla no ejerce labor alguna de coordinación en esta materia. En suma, que no se facilita un plano general del subsuelo de la ciudad.

El Consistorio, a través de la Gerencia de Urbanismo, dispone teóricamente de la información sobre todas las infraestructuras que atraviesan la ciudad (el PGOU, plan general urbanístico, ofrece algunos detalles) por ser la administración que da licencia y autoriza todas las obras. Sin embargo, hasta la fecha prefiere dejar la cuestión de los servicios afectados a la negociación particular de constructoras y compañías suministradoras. Así pues, la intervención municipal en esta materia se reduce a establecer los cortes de tráfico oportunos durante el periodo que duren los trabajos.

Expertos vinculados a la obra del Metro de Sevilla, que obligó a desviar la mayor cantidad de kilómetros de servicios afectados de la historia de la capital, aseguran que en la línea 1 el problema fue que las suministradoras "daban información parca y somera al empezar la obra y luego mandaban un técnico" y que "los planos con información de las canalizaciones no siempre estaban actualizados y eran fiables". Opinan que "unos servicios afectados mal datados se pueden convertir en elementos críticos de una obra porque alargan demasiado los plazos y condicionan el ritmo del resto de actividades".

Expertos en prevención de riesgos laborales que visitan el desarrollo de las obras confirman que a menudo se retrasan por "la labor de investigación" previa que hay que hacer para localizar exactamente los cables y canalizaciones, y proponen la construcción de "prismas" que los concentren todos para su fácil localización y manipulación posterior. Añaden que las empresas suministradoras más serias tienen planos más detallados, y que hay cables y canalizaciones enterrados sin registrar. Agregan otro problema: la tardanza de las suministradoras en desviar sus infraestructuras una vez que las constructoras han hecho el trabajo previo de localización y construcción de las arquetas que las acogerán.

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