La Policía Local de Sevilla ha interpuesto 109 denuncias a lo largo de la campaña de inspección del transporte escolar del curso que ahora acaba. Los agentes del servicio especial de transporte e intrusismo (SETI), adscritos a la Unidad de Tráfico del cuerpo, han actuado en un total de 89 vehículos desde que comenzaron las clases en los colegios de Infantil y Primaria, a mediados del pasado septiembre.

Las infracciones más comunes en las que han incurrido las distintas empresas denunciadas son muy variadas. En los nueve meses en los que ha estado activa la iniciativa, los agentes han encontrado vehículos sin la autorización municipal pertinente y conductores sin el certificado de aptitud profesional (CAP), además de personas que iban al volante de un autobús sin tener la tarjeta de transporte. También han detectado vehículos que carecían del permiso especial necesario para un vehículo de más de nueve plazas que realiza transporte regular de escolares, así como otros casos donde los autobuses carecían de seguro obligatorio o una póliza de responsabilidad civil por cuantía ilimitada.

En el apartado del equipamiento de los vehículos, la Policía Local ha detectado autobuses que no tenían instalados los cinturones de seguridad en todos los asientos, algo a lo que están obligados siempre que hayan sido matriculados después del año 2007, según el Real Decreto 443/01. También han realizado denuncias por no informar a los pasajeros de las medidas de seguridad, por carecer de extintor y de martillo rompecristales, por no señalizar el número de plazas en el interior y por circular con el parabrisas roto.

Los efectivos del SETI también tenían potestad para inspeccionar vehículos privados, haciendo especial hincapié en los sistemas de retención infantil, ya que la Policía Local considera importante asegurarse de que los conductores tienen en sus coches los elementos necesarios para garantizar la seguridad de los pequeños. Además, los agentes de tráfico han participado en la regulación de la circulación a la hora de entrada y salida de los centros educativos en aquellos puntos más conflictivos debido a una mayor densidad de vehículos.

La campaña tuvo su pico de intensidad en el comienzo del curso. Durante el mes de septiembre, el momento considerado como más conflictivo, se realizaron controles diarios, que se han espaciado en el tiempo según se ha desarrollado el periodo lectivo.