Sevilla

Coronavirus Sevilla: La difícil tarea de habituarse al confinamiento

  • El psicológo Alejandro Núñez da unas pautas para enfrentarse a la cuarentena

  • Hacer listas de tareas y marcarse retos son opciones válidas para este momento que puede tomarse ”como un respiro”

  • Última hora del coronavirus en Sevilla

Coronavirus: los sevillanos se asoman al balcón

Coronavirus: los sevillanos se asoman al balcón / Juan Carlos Muñoz (sevilla)

Pasan los días encerrados en casa y se hace más cuesta arriba todo. Lo que en un principio parecía un confinamiento de dos semanas apunta a que serán al menos seis y la mente empieza a pasar factura. Aconsejar a la población sobre cómo afrontar este encierro es una misión que se ha propuesto el psicólogo Alejandro Núñez, que ha emitido a través de las redes sociales una serie de vídeos con recomendaciones e ideas para hacer más liviana la cuarentena. Núñez se ofrece incluso a que cualquiera de sus seguidores le haga una consulta por mensajes privados, una conducta que motivó incluso el reconocimiento del presidente de la Junta, Juanma Moreno.

Para este especialista, estamos ya en la fase de habituación. Atrás quedan los días en que el encierro era una novedad, en los que era fundamental establecer una rutina como si uno se dispusiera a salir o hacer vida normal. Ahora toca aceptar que no pisar la calle es lo normal y que es imposible mantener la rutina anterior y que cualquier intento de hacerlo terminará en fracaso. “Ahora hay que flexibilizar. Es hora de hacer planes caseros. ¿Qué podemos hacer en casa? ¿O acaso no hemos pensado nunca en lo que íbamos a hacer cuando el mundo se detuviese? Pues casi que ha llegado ese momento. Así que uno puede hacer todo lo que haya pensado para entonces, desde ver una serie hasta, por qué no, no hacer nada”, explica Núñez.

Eso sí, el psicólogo advierte de que es fundamental volver a iniciar rutinas cuando el fin del encierro esté cerca. Núñez ha preparado una especie de guía o pequeño manual para sobrellevar el confinamiento. Conta de varios pasos. El primero es hacer una lista con todas las cosas que le quedan a uno por hacer, sean o no en casa. El segundo es ordenar esta lista y preguntarse qué se puede hacer en el hogar. En tercer lugar hay que recolocar todas estas cosas según su importancia. El cuarto paso es introducirlas en un calendario y elaborar una planificación de los próximos tres días. Y en esa planificación deben añadirse unos diez minutos al día para enfadarse, aburrirse y frustarse. “Si va a pasar, ¿por qué no tomarlo como algo habitual?”.

Aquí está una de las claves de su trabajo. Muchas de las consultas que ha recibido desde el inicio de la cuarentena coinciden en los motivos:ansiedad, agobio, aburrimiento, demasiado tiempo para pensar, desesperación… “Parece tan obvio que acabamos obviándolo. Entonces se traduce en ‘no dejo de comer, no puedo dormir, me duele la cabeza’, que normalmente es consecuencia de lo estados anteriores. De hecho, aquí puede que tenga cabida una tarea extra, la de romper el mito de que preocuparse es malo”.

Para este profesional, preocuparse es natural y ahora existen motivos para ello. “Pero preocupación no significa confirmación. Si absorbemos esa idea, evitaremos el detestable bucle de ‘me preocupo porque estoy preocupado’ o ‘estoy ansioso ¿por qué estoy ansioso? Me estoy agobiando, me agobio, ¿por qué me pasa esto, estaré bien, me estará pasando algo?”.

Núñez apuesta por aceptar siempre los estados emocionales. “Sabemos que iniciar una lucha contra ellos no suele tener éxito. Por tanto, nuestras herramientas pasan por cumplir con esa planificación y llevar a cabo tareas”. El psicólogo apunta a las redes sociales como una fuente de inspiración. “Hay miles de propuestas y gente muy ingeniosa, pero fuera de ellas también tenemos las vías de toda la vida. De hecho, a quienes me consultan les hago preguntas como ¿no has deseado nunca que se parase el mundo para tomar un respiro? o ¿has estado en alguna fiesta pensando en irte a casa y sentarte en el sofá a ver una serie?”. Núñez indica que ante una misma situación, según la interpretación que cada uno haga, puede resultar una idea encantadora o nefasta. “¿No es esta una buena ocasión entonces para tomarnos ese respiro?”. Para ello, una opción muy útil es marcarse retos: tocar un instrumento, conseguir el sabor ideal de alguna receta o hacer hoy veinte sentadillas y treinta la semana que viene.

Cuidado personal y compañía

Los dos factores sobre los que podemos tener más control son el cuidado personal y la compañía. En el primer apartado entra cuánto dormimos o cómo comemos. Es importante ser flexibles en las normas que hay en casa respecto a las anteriores al estado de alarma, pero no acabar con ellas y almorzar a la hora de la merienda ni cenar a las tres de la mañana. Que no haya que ir al trabajo no significa no salir de la cama, no desayunar o no quitarse el pijama. En cuanto a la compañía, el psicólogo apunta que, “si estar en soledad ya puede ser negativo, imagina sentirte en soledad estando acompañado. En la pirámide de Maslow, después de las necesidades fisiológicas y las de seguridad, vienen las sociales”.

Los mayores

Este especialista ha elaborado también una guía para pasar el confinamiento con las personas mayores. Escucharlas sin interrumpir, tratar de convencerlos de que se preocupan demasiado, minimizar los porqués y los peros, potenciar temáticas agradables y resolver sus dudas con datos reales son algunas de las pautas básicas. Aquí también es importante la planificación y establecer una rutina. No es mala idea limitar el consumo de información, y ocuparlos en algo. Para ello se tienen que sentir útiles. Una opción es proponerles un reto e ir tachando días en un calendario. Si nada de esto sirve, apelar a lo más básico: qué mejor que pasar el confinamiento con sus seres queridos.

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