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Rosario Martín · Son y están

"La economía sumergida en Sevilla evade 1.200 millones en impuestos"

  • Una funcionaria sevillana estuvo presente en el nacimiento de Gestha y, trascendiendo de las reivindicaciones corporativas, ilumina el agujero negro de la picaresca tributaria.

En la sede central de la Agencia Tributaria en Sevilla tiene su puesto de trabajo esta sevillana de 42 años, criada en Los Remedios (estudió en el Colegio Santa Ana) y que vive en los callejones de la Macarena. Su padre, jubilado, fue empleado de banca. Es la mayor de tres hermanas, está casada y tiene dos hijas. Rosario Martín estudió la carrera de Derecho en la Hispalense y le interesó el corpus jurídico vinculado al mundo de las finanzas. "Al licenciarme, pensé que podía especializarme en esa materia, y me preparé unas oposiciones. Era más difícil obtener las de Inspección que las de Gestión, y me centré en ésta para sacarla a la primera. En agosto de 1995 entré en Hacienda, me enviaron cinco años a Barcelona y ya llevo once trabajando en Sevilla".

-Son muy llamativos los informes que divulga Gestha sobre la tributación en España porque abundan en temas de los que casi nunca hablan gobernantes y políticos.

-En la evolución del sindicato hemos tenido muy presente que nosotros trabajamos para el contribuyente. Como nosotros tenemos los datos de todos los declarantes anuales, podemos hacer informes fidedignos, reales, de gran calidad respecto a los elaborados por cualquier servicio de estudios. Ha sido el mejor modo de dar a conocer la existencia de Gestha.

-¿En qué niveles está la economía sumergida en Sevilla?

-El promedio en España es de un 23,3%, en Andalucía es un 24,9% y en Sevilla un 20,4%. Es la provincia andaluza con menos economía sumergida, la mayor es Huelva, con un 30,7%, después Córdoba con el 26,1%, y Granada, con el 25,8%. La cifra de economía sumergida incluye al fraude fiscal y al laboral. La proporción viene a ser del 66,21% de economía sumergida es componente fiscal y el 33,78% restante es el componente laboral. Es decir, de cada 100 euros negros, 66 euros son por evasión fiscal y 33 euros en fraude a la Seguridad Social. Lo cual, intuitivamente, se aprecia porque la empresa que paga una parte en dinero negro a sus trabajadores, es que antes ha ocultado esos ingresos, y habitualmente oculta una cantidad mayor que lo que necesita para pagar en B a los trabajadores (para pagar el B de algunos proveedores o para aumentar sus beneficios sin tributación).

-¿A cuánto asciende en euros?

-El importe de la economía sumergida en España, con datos del ejercicio fiscal 2009, supone 244.918 millones de euros. En Andalucía son 34.181 millones, y en Sevilla 6.933 millones. Si se redujera la economía sumergida en 10 puntos para acercarla a la media de los principales países europeos, Hacienda hubiera tenido en toda España, en el ejercicio 2009, una recaudación adicional de 38.577 millones, de los que 5.261 millones corresponderían a lo evadido en Andalucía, y en Sevilla se evadió un total de 1.247 millones.

-¿Han calculado cuál es el sobrecoste que repercute en los ciudadanos honrados con Hacienda?

-La cantidad de impuestos y cuotas sociales que cada habitante paga de más por la evasión fiscal, para mantener la calidad de los servicios públicos y el nivel de las inversiones, es de 839 euros como promedio en el territorio nacional. Los sevillanos que cumplen con Hacienda pagan de más 669 euros por culpa del excesivo nivel de fraude.

-¿Dónde se concentra el fraude?

-Sin duda, en las corporaciones empresariales y las grandes fortunas, porque tienen servicios especializados y consultores externos para hacer frente a sus obligaciones fiscales. Con expertos que conocen la ley y su trampa. Tienen capacidad para eludir la fiscalidad española. La participación de los autónomos en este fraude apenas llega al 9% del total sumergido.

-¿Cómo se vinculó a Gestha?

-Estaba destinada en Barcelona cuando se gestó. Los técnicos del grupo B nos dimos cuenta que quienes estaban en el grupo A, ciertamente la oposición más dura, duplicaban nuestro salario pero, a la hora de trabajar, su labor de coordinación descansaba sobre nuestros conocimientos y nuestras funciones de control tributario. No tenía sentido que hubiera tanta diferencia salarial. Ese fue el punto de partida reividicativo, que se reconociera nuestra verdadera capacitación y cometido. Al no ser tenidos en cuenta, nos constituimos en sindicato. Y uno de los primeros casos que se trató fue el mío para que el departamento de recursos humanos reconsiderara la puntuación de la que yo era merecedora en un concurso.

-Ustedes esgrimen quejas respecto al nivel de directivos, ¿también protestan respecto a ustedes los niveles C, D, y E en Hacienda?

-Sí, dicen que somos sectoriales y clasistas porque defendemos básicamente a los 7.000 técnicos en gestión de Hacienda que trabajan por toda España. No queremos que ellos no ganen más. Sí es verdad que somos muy estrictos en nuestras reivindicaciones. El 35% de los técnicos de Hacienda estamos afiliados a Gestha.

-¿Qué relación tienen con las grandes centrales sindicales?

-Terribles. Ellos dicen defender a todo el colectivo laboral mientras que nosotros nos centramos en objetivos concretos. Pero una de las cosas que me gusta de Gestha es que nosotros estamos siempre trabajando. Para toda España sólo tenemos seis liberados. Yo dispongo en Sevilla de 40 horas al mes para dedicarme a temas sindicales, y de ese cupo casi nunca gasto horas. No soy una liberada, el tiempo que le dedico no se lo quito a mi labor profesional.

-¿A qué se dedica ahora en la Agencia Tributaria?

-Me dedico a los censos, dentro de un equipo de catorce personas. Es el control de todos los empresarios y autónomos para fijar cuándo se dan de alta, cuándo de baja, qué tipo de obligaciones tributarias tienen, que las cumplan y regularicen, si es o no persona física, si es casado, soltero o divorciado, dónde vive... Un sinfín de datos cruzados. Antes yo trabajaba en el área de recaudación, y ya veía los saltos de empresas que cambian de nombre pero siguen con los mismos trabajadores, han dejado a la empresa abandonada y allá que se apañen con su deuda. Cuando llegaba Hacienda, habían dado otro salto, y así sucesivamente. Eso lo he vivido muchísimo en recaudación.

-¿Y ustedes no se anticipan nunca a esas pillerías?

-Sí, cuando cogemos por sorpresa al administrador, gracias a mejorar los controles mediante bases de datos para llegar rápido a la empresa sucesora. Hacienda se está poniendo las pilas para seguir a las empresas que van flaqueando en sus obligaciones, y lograr que las actas de inspección fijen bienes sobre los que intervenir, tanto ante quienes no declaran como a los que ocultan sus obligaciones, o los que se deducen el IVA sin tener motivos para ello, eso se ve muchísimo.

-¿Los sistemas de control alertan de todo aquel que no presenta su declaración?

-Sí, el siguiente paso es decidir si es interesante seguirlo o no. Porque hay seguimientos que se llevan a cabo y otros que se descartan porque no hay medios humanos y materiales.

-En Sevilla, ¿hay sectores económicos especialmente con mayor tendencia al fraude?

-No, se da en todos los ámbitos. En los últimos años se ha analizado con lupa al sector de la construcción para deslindar qué eran deudas desorbitadas por su hundimiento o qué era picaresca en el cierre de empresas. Alegar una crisis no exime del cumplimiento de las obligaciones. Pero también hay que saber dar un respiro a empresas que están asfixiadas, con un plan específico de cobro.

-¿La empresa investigada se pone las pilas para colaborar con Hacienda cuando se le hace un seguimiento?

-En muy pocos casos hay espíritu de colaboración.

-Cuando el Gobierno sube un impuesto como el IVA para recaudar más, ¿no se queda todo en agua de borrajas porque la población tiende a la transacción sin IVA de por medio?

-Está claro que es así, en la práctica no se recauda más, la gente se sumerge bajo el paraguas de la crisis y huye del impuesto. Si no se potencia la investigación del fraude, las medidas políticas no tienen efecto. En términos absolutos, la evasión fiscal es una tendencia al alza. Aunque, en términos relativos, la bolsa de economía sumergida puede no ser más cuantiosa, pues, si ponemos en relación la cifra del fraude con los índices de la actividad económica y el consumo, la apreciación debe ser a la baja para el año 2010, motivada principalmente por el freno en la construcción que ha ido determinando un número menor de transacciones en el sector inmobiliario, o por el freno en el consumo, por indicar dos factores importantes a la hora de considerar el PIB.

-En la Administración autonómica andaluza también se ha producido un cambio total en la sindicación de los funcionarios, desmarcándose de UGT y CCOO. ¿Cómo lo ve usted, desde la Administración General del Estado?

-En cierto modo, es un proceso paralelo, cuando desde el poder político se cometen atrocidades en la reforma de la función pública, y los sindicatos tradicionales no lo atajan. Unos no hemos servido de ejemplo a otros, es simplemente una tendencia espontánea que se abre paso por la necesidad de decir hasta aquí hemos llegado.

-¿Creen que habrá otro recorte general del sueldo de los funcionarios o de sus pagas extras?

-Lo tememos, al menos este año nos vamos a librar por las elecciones del 20 de noviembre.

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