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Enmanuel Falque. Filósofo y teólogo

"El gran drama de hoy es que la gente vive muy bien sin Dios"

  • Impartió en Sevilla una conferencia sobre las fronteras entre Filosofía y Teología

  • En sus libros 'Las bodas del Cordero' y 'Pasar Getsemaní' se adentra en el misterio de la Semana Santa

Enmanuel Falque, durante su entrevista con 'Diario de Sevilla' en el hotel Inglaterra.

Enmanuel Falque, durante su entrevista con 'Diario de Sevilla' en el hotel Inglaterra. / Juan Carlos Vázquez

Enmanuel Falque (Neuilly-sur-Seine, Francia, 1963) es teólogo y filósofo en el Instituto Católico de París. En la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla pronunció la conferencia ¿Tenemos que cruzar el Rubicón?

-Si mi francés fuera la mitad de bueno que el español de Mbappé nos saldría una entrevista estupenda…

-Es cierto. Habla muy bien español. Y con los pies habla todavía mejor.

-Andrés Torres Queiruga, en su libro 'Repensar la Resurrección' dice: "La muerte es la certeza y la inmortalidad, la esperanza". ¿Está de acuerdo?

-Estamos aquí para morir, esa verdad es más categórica que el "Pienso luego existo" de Descartes. Lo paradójico es que no hay nada más seguro que la muerte, y nada más desconocido. Para el filósofo no hay otra certeza que la finitud. La esperanza es un concepto teológico, más obra de Dios que del hombre. Cristo ha compartido la muerte del hombre a secas.

-En los años setenta 'El personalismo comunitario' de Enmanuel Mounier se convirtió en un 'best-seller'…

-Vuelve a lo que parece nuevo pero es antiguo. La palabra persona viene del latín y significa máscara. Una sustancia y tres personas. Aristóteles le añade una cuarta categoría. El concepto clave en el cristianismo es relación. Kant define a un hombre con autonomía financiera, política, social. La clave de la persona no es la autonomía, sino la heteronomía. Los otros.

-Su tocayo Enmanuel Carrère fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias. ¿Lo ha leído?

-Hay una gran espiritualidad en sus libros, pero hay que diferenciar entre lo santo y lo sagrado. Esa espiritualidad no es exclusiva del cristianismo. Está en el budismo, el taoísmo, el yoga, el mindfullnes.

-Nace el año que muere Juan XXIII. ¿El Concilio Vaticano II fue el mayo francés de la Iglesia?

-Terrible cuestión. Yo diría sí y no. Sí porque el Concilio Vaticano II es una verdadera revolución cultural como lo fue mayo del 68, que cambia el modelo de la Iglesia piramidal. Y no porque fue un acontecimiento espiritual, no político, que sigue vigente, y no sé la sociedad francesa cómo está situada ante mayo del 68. Yo no iría más allá en la comparación.

-¿De cuál de los dos es hijo generacional Enmanuel Macron?

-De los dos. Es un referente de la diversidad, de la diferencia. Pero plantea graves problemas éticos y en Francia los cristianos tienen que hacerse oír.

-Como Borges no tuvo el Nobel, ¿su amigo Bergoglio lo subirá a los altares?

-Je ne sais pas.

-¿De qué Nobel francés se siente más cercano: Camus, Sartre, Gide…?

-De ninguno. Prefiero a Charles Peguy. El último periodo de su vida, desde su conversión en 1909 hasta su muerte en el frente en 1914 en la Primera Guerra Mundial. Es un autor fulminado por el rayo del Evangelio.

-¿Está de acuerdo con Marx cuando decía que la religión es el corazón de un mundo sin corazón?

-Lo que quería decir Marx es que la religión no tenía el monopolio del corazón ni de la caridad. Pero como dice Von Balthasar, Dios está en el corazón del mundo.

-¿Por qué hay que cruzar el Rubicón?

-El Rubicón es un minúsculo río de Italia; a los soldados del imperio Romano les estaba prohibido cruzarlo para llegar a Roma, pero César decide cruzarlo y dice "Alea Jacta Est". Yo no pienso como Paul Ricoeur que la Filosofía se tiene que quedar en el umbral de la Teología. Tiene que traspasarlo, cruzar el Rubicón. Dios se ha hecho cuerpo real, biológico, en la Encarnación. Con estómago, con pelo, con extremidades. No fue un ángel, una simple apariencia como creían los docetistas.

-¿Cómo vive un teólogo experto en Fenomenología la Semana Santa?

-Para mí es lo esencial de mi trabajo. Tengo tres libros ligados a la Semana Santa, los tres traducidos al español. Un libro sobre el Jueves Santo, Las bodas del Cordero; otro sobre el Viernes Santo, Pasar Getsemaní, sobre el sufrimiento y la muerte; y un tercero sobre el Domingo de Resurrección, Metamorfosis de la finitud.

-Sólo le falta venir a la Semana Santa de Sevilla, como hizo André Gide…

-Sería una experiencia maravillosa.

-Los franceses tuvieron una emperatriz granadina, Eugenia de Montijo. ¿Tendrán en Anne Hidalgo una presidenta gaditana?

-La alcaldesa de París va a tener serios problemas para ser presidenta.

-Cuando perdió a su mujer, el novelista Julian Barnes dijo: "No creo en Dios, pero lo extraño".

-La gran pregunta que hay en la muerte del otro es la falta de consuelo.

-Almudena Grandes, en su novela 'Inés y la alegría' narra el fallido intento de invasión del valle de Arán en octubre de 1944 por guerrilleros comunistas. Mueren muchos, el Partido los traiciona y uno de ellos se pregunta: "¿Y para eso hemos dejado de creer en Dios?".

-Nadie cree más o menos en Dios por una circunstancia trágica. La desgracia mayor de hoy día, el gran drama es que la gente vive muy bien sin Dios. La indiferencia es la nueva contraseña teológica.

-Como fenomenólogo, ¿cree que Mbappé es un fenómeno?

-Lo parece y además lo es.

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