José Luis Ortiz Nuevo

El hijo santo de Leovigildo

  • Quiñones lo metió en el PSA. Hizo el viaje equinoccial de los ocho concejales de 1979 a los cero ediles de 1983. San Hermenegildo fue su fortaleza cultural.

Su despacho estaba en la ventana izquierda de San Hermenegildo. El que ocupó como concejal de Cultura entre 1979 y 1983 y como director de la Bienal a la que dio forma una noche invernal en una peña flamenca de Los Palacios. José Luis Ortiz Nuevo (Archidona, 1 de enero de 1948) llegó a Sevilla en un vuelo de Iberia el 30 de octubre de 1976 para trabajar en el vespertino Informaciones de Andalucía. Un periódico de corta vida del que se despidió en febrero de 1977.

La Bienal de Flamenco. El monumento a la Tolerancia de Eduardo Chillida. El hotel Triana cuya demolición evitó. El legado de un munícipe singular que se hizo andalucista en Madrid. "Yo militaba en el Felipe, el Frente de Liberación Popular que coordinaba desde Bilbao José Ramón Recalde, ese político vasco al que la ETA le pegó un tiro en la boca. Para el PSA me ficha Fernando Quiñones, fue mi padrino. Y coincido con Carlos Gortari, con Alfonso Grosso".

Dos finalistas del Planeta, Quiñones y Grosso, para quien nunca quiso ser satélite de otros partidos. Unos niños juegan a la pelota, que pasa rozando su cabeza de romano andalusí, en la plaza de la Concordia. "El nombre lo propuse yo, porque era plaza 18 de julio y detrás había una lápida dedicada a Queipo de Llano que retiramos discretamente anticipándonos a la ley de Memoria Histórica". Mucho antes de la Expo, Ortiz Nuevo vivió su particular quinto centenario, el de la Inquisición. "El alcalde, Luis Uruñuela, me dijo que pensara en algo. Tuve un encuentro muy cordial que recuerdo como una escena de cine con el cardenal de Sevilla, Bueno Monreal, para hablar de la Inquisición. Estuvo exquisito, me escuchó con mucho respeto". Con Chillida conecta a través de Juana de Aizpuru. "Lo llevé a la Catedral, me dijo que la veía desnuda, sólo piedra, sin altares. Y después con mi amigo, compañero y chófer Antonio Vázquez fuimos en coche a la calle Betis, se entraba en sentido contrario. Cuando Chillida vio el muelle de la Sal, dijo para, para. Se bajó del coche, se agachó y eligió el lugar".

Los primeros días en Sevilla los pasa Ortiz Nuevo en el hotel Simón en el que también paraban Rancapino y la viuda de Romero Murube. "Estuve unos días compartiendo piso en la calle Castellar con Luis Alfaro, un teatrero con el que hice la mili en Ceuta, hasta que veo un anuncio del piso de la Avenida Miraflores".

La estatua de Velázquez en la plaza del Duque le lleva a la calle Velázquez de Madrid, donde se encontraba mirando el escaparate de una librería "tomando un helado de jerez" y es detenido por la Policía. El 1 de mayo de 1968 entra en la cárcel de Carabanchel. El padre de Estrella dirigió en Radio 16, con estudios en la calle Martínez Montañés, el programa Amiga Luna, hasta que recibe una carta de despido firmada por Iñaki Gabilondo. También participó en la aventura de Tierras del Sur, revista dirigida por el cura Javierre que tenía la redacción en la calle Feria.

A punto de cumplirse los treinta años de su salida del Ayuntamiento, la gente no deja de saludarlo. Durante diez años fue costalero de la Hiniesta. "De nazareno sólo salí un año, es mucho más duro". La primera Bienal se celebra entre la Semana Santa y la Feria de 1980. "Fue un concurso de cantaores que ganó Calixto Sánchez. La selección se hizo por una votación entre las peñas y los menos votados fueron Morente y Camarón". La última vez que vio a José Monge fue en su casa de La Línea. "Había vuelto de América. Íbamos Pulpón, que conducía, Curro Romero y Távora, que lo iba a dirigir en un espectáculo en la Maestranza para la Bienal del 92. Murió ese año".

El ex munícipe andalucista le quitó el perfil gitano y andaluz a los tangos americanos, "bailes de cintura y de pecado que son tangos de negros, una cosa africana y salvaje". Lo certificó con varios viajes a Cuba. El primero coincidió con el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Le puso voz en forma de libros al Pericón de Cádiz, Pepe el de la Matrona, Anita la Piriñaca, Enrique el Cojo y Borrico de Jerez. San Hermenegildo, su antigua oficina, hoy cerrado a cal y canto, fue epicentro de una dura batalla. "El único desencuentro que tuve con Sánchez Dubé cuando presidía el Consejo de Cofradías. Querían el edificio como sede del Consejo y para el monumento de los tiempos del cólera. Me negué. Era darles una fortaleza, un poder simbólico. Lo curioso es que en la última campaña, PP y PSOE lo llevaban en sus programas electorales".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios