Máquinas inmóviles y cascos colgados. Éste es el paisaje que dejó la primera jornada de la huelga de la construcción en las obras del Metro, la futura Facultad de Derecho de Viapol o la nueva esclusa del puerto. "Objetivo cumplido", dijeron los sindicatos. "Han parado las obras emblemáticas como el Metro o la esclusa, pero en muchos tajos se ha trabajado con las puertas cerradas, y cuanto más lejos de la capital, menos éxito ha tenido la huelga", afirmó la patronal Gaesco.

Como buen conflicto laboral, no pudo faltar la tradicional guerra de cifras. "El seguimiento ha sido de un 95% en Sevilla capital y de un 90% en el resto de la provincia", señaló el secretario provincial de la Federación de la Construcción de CCOO, Antonio Salazar, junto a su homólogo de UGT, Anastasio Pavón. El gerente de Gaesco, Manuel Sillero, que tildó la protesta de "injustificada", redujo estos porcentajes a un 25% a primeras horas de la mañana en Sevilla, "y conforme pasaron las horas cayó al 15%". "En el resto de la provincia no llegó ni al 5%", recalcó.

Tampoco eludieron la cita los piquetes informativos. "Algunos obreros de minas, que tienen otro convenio, fueron a trabajar en San Bernardo, pero los compañeros bajaron para convencerles de que salieran", indicó Salazar. Su labor fue efectiva. Este diario pudo comprobar que al mediodía no había actividad en ninguno de los tajos entre el Parque de los Príncipes y San Bernardo, un hecho corroborado por Ferrocarriles Andaluces. "El seguimiento fue mayoritario a media mañana", indicaron fuentes del organismo de la Junta, que precisaron que la incidencia del paro en el calendario de trabajos "es menor de lo que podría haber sido hace año y medio, ya que prácticamente toda la obra civil está terminada". "Sólo hay labores de construcción pura y dura en puntos concretos como San Juan, Puerta de Jerez, San Bernardo o Montequinto, mientras que en el resto se trabaja en la colocación de sistemas eléctricos", señaló Ferrocarriles Andaluces.

El objetivo del paro es lograr la jornada intensiva entre junio y agosto. Pero el debate estuvo centrado ayer en las polémicas declaraciones del presidente de Gaesco, Miguel Rus, sobre la "negativa" de los sindicatos a que se implanten controles de alcoholemia y drogas en los tajos. El gerente de la patronal precisó ayer que "en absoluto se ha pretendido descalificar a los trabajadores", y recalcó que los datos manejados por Gaesco proceden de un sondeo realizado por UGT en 2007 a nivel nacional que indica que el 27,1% de los trabajadores del sector reconocen haber trabajado bajo los efectos del cannabis.

Pero sus explicaciones no convencieron a los trabajadores. "Es impresentable poner de borrachos a los 85.000 trabajadores de Sevilla, y sólo lo dicen para desviar la atención del objetivo de la jornada intensiva", aseguró Antonio Salazar. El portavoz de la Junta de Andalucía, Enrique Cervera, también se posicionó contra las manifestaciones del presidente de Gaesco y las calificó de "desafortunadas". Y mientras se dirime esta polémica, el sector se enfrenta hoy a su segundo día de huelga sin que patronal ni sindicatos hablen de más reuniones.