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Una huelga que no levanta entusiasmo en la universidad

Huelga general de la enseñanza

Apoyo desganado a una movilización contra una ley que apenas afecta a la educación superior.

Estudiantes de la Universidad de Sevilla en una movilización contra los recortes del Gobierno, en la Fábrica de Tabacos.
Luis Sánchez-Moliní

22 de octubre 2013 - 05:03

Muchos apoyos y pocas nueces. Prácticamente todos los sindicatos universitarios y organismos estudiantiles de la Hispalense y la Pablo de Olavide apoyan una nueva huelga general de la enseñanza contra el polémico ministro de Educación, José Ignacio Wert, pero tanto unos como otros no muestran ningún entusiasmo a la hora de defender y justificar dicha movilización.

Quizás porque la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) apenas afecta a la etapa universitaria (sólo en la regulación del acceso a la misma) o quizás porque los convocantes, las grandes centrales sindicales del profesorado en los colegios e institutos (UGT, CCOO, CSIF...) y el Sindicato de Estudiantes, apenas tienen peso en la Universidad (exceptuando el PAS), lo cierto es que este paro genera cierta pereza.

Como botón de muestra basta decir que el siempre beligerante Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus) no consiguió sacar adelante en su pasado pleno del jueves la aprobación de la convocatoria de una Asamblea General Universitaria -lo que en la práctica hubiese garantizado la paralización de toda actividad académica- y dejó en manos de cada centro el decidir si secunda o no la huelga del jueves. La misma decisión han tomado los estudiantes de la Pablo de Olavide. Sin embargo, según su delegado general, Raúl Moreno, el entusiasmo allí es mayor que en la Hispalense: "la mayoría de las clases secundarán el paro".

Críticos con la convocatoria de huelga son tanto el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) como el Sindicato de la Universidad de Sevilla (SUS), aunque por causas muy diferentes. El SAT, según su portavoz en la universidad, Jesús Castillo, llama a la huelga, aunque denuncia la "inercia de las burocracias sindicales" de CCOO y UGT y quiere "ir más allá". De hecho, apoya la intención de Adius -una fuerza con importante apoyo entre el profesorado más joven y precario- de convocar un referéndum el 6 de noviembre para hacer paros que paralicen los exámenes del mes de febrero. Por su parte, el SUS ha dado libertad a sus militantes para secundar o no la huelga y asegura que no irá a ninguna manifestación encabezada por CCOO y UGT, "quienes abuchearon, increparon, coaccionaron e insultaron a la jueza Alaya, hechos que nos parecieron bochornosos".

Asimismo, los representantes en la Universidad de Sevilla de las grandes centrales sindicales se limitaron a decir a este periódico que apoyaban la huelga en tanto es una convocatoria a "nivel estatal".

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