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El lastre de la administración pública

  • Los ponentes José Antonio Cobeña y Alfonso Carnerero señalan que la falta de estrategia de las administraciones y el exceso de funcionarios de la capital perjudican a Sevilla

El debate organizado este lunes por la asociación cívica Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), concluyó que, en efecto, el peso de las administraciones públicas en la capital supone un lastre para el dinamismo de la ciudad. Así opinaron las dos cabezas privilegiadas que protagonizaron la sesión. Por un lado, el psicólogo José Antonio Cobeña, experto en innovación digital, ex funcionario del cuerpo superior de la Junta y organizador de la digitalización de la sanidad andaluza. Y por otro, el arquitecto Alfonso Carnerero, con 25 años de experiencia en temas urbanísticos, que ejerció de 1990 a 1991 como director del departamento de Iniciativas Urbanísticas en la Empresa Pública del Suelo de la Junta de Andalucía. La moderadora del debate también es una profesional de altura: Rosa Madrid, directora regional en Andalucía (con oficinas en Sevilla y Málaga) de la multinacional CBRE, líder en consultoría inmobiliaria.

Desde su experiencia, Cobeña lamentó que la gestión política de la administración pública está instalada "en una mediocridad galopante", y no acaba de hacer una evaluación continua de las políticas públicas, con lo que "se sigue malversando dinero". Y añadió que la transparencia de la administración "no es sólo un portal de internet" sino que debe ser una actitud constante en la manera de gobernar y mantenida a lo largo del tiempo. En su opinión, "a la Administración pública en nuestra tierra le falta estrategia, le falta liderazgo político, le falta liderazgo técnico".

"A la administración pública de aquí le falta estrategia y liderazgo político y técnico"

Respecto al empleo, Cobeña se quejó de que la administración no reaccione a la fuga de jóvenes talentos que se tienen que ir de una Sevilla azotada por el paro. "La administración tiene que reaccionar, está igualmente sumida en una crisis de identidad, mientras los parados quedan en el limbo peor: el limbo mental", sostuvo.

A su juicio, los funcionarios no son los culpables de la situación de la administración. "Los miles de empleados públicos han demostrado su buen hacer, trabajando muchas veces en condiciones muy difíciles, soportando la desmotivación. La responsabilidad es del gobierno de turno", zanjó con determinación.

Sobre la política digital de la Junta, el experto abundó en que la política digital es un gran problema de este país cuando el mismo software se paga en otra comunidad por la mitad de precio que aquí. "La Junta ha pagado millones de euros a Microsoft por utilizar un software de procesamiento de texto cuando existen opciones de software libre que también son de pago pero mucho más económicas", advirtió. Cobeña ve inaplazable una "reconversión de la función pública aprovechando las herramientas digitales". Aseguró que en Andalucía "hay centenares de centros de procesos de datos donde los empleados públicos no aportan ningún valor añadido, replican lo que ya hacen las máquinas. Hay que destinarlos a una actividad necesaria: crear la Inteligencia Pública Digital, ser profesionales activos del big data al servicio de la sociedad". Y finalizó pidiendo más transparencias a las administraciones porque con el problema de corrupción de España "ya no se puede mantener engañada a la sociedad como antes".

Para el arquitecto Alfonso Carnerero, el exceso de funcionarios públicos que tiene Sevilla capital en relación a la cifra de población, en comparación con otras ciudades españolas, "es una de las principales causas de por qué Sevilla no es una gran locomotora de desarrollo económico". Y lamentó que Sevilla no recibe las inversiones que debería, por lo que apostó como solución por que Sevilla exija de la administración "una fórmula de inversión basada en su población metropolitana, en las condiciones de su territorio y en su condición de capital andaluza".

Según Carnerero, este exceso funcionarios induce "al carácter acomodaticio para plantearse la vida" propio de Sevilla, donde para muchos el objetivo vital es tener una plaza pública. Su tejido empresarial suma sólo 90.000 empresas, y su envergadura está por debajo del potencial que tiene la sociedad sevillana, señaló el experto. En su opinión, otro problema que supone un lastre para el dinamismo de la ciudad es "el trasiego de personal entre distintos organismos públicos que ha sufrido Sevilla a lo largo de las últimas décadas" y "el cambio de cromos entre alcaldes y altos cargos de la Junta". Se refiere a los cargos políticos que salen de una administración para entrar en otra.

Carnerero denunció que el poder tiene mucha importancia porque juega entre dos polos: discrecionalidad y arbitrariedad, y que la culpa es en un 90% de la sociedad "porque no nos hemos callado ante la discrecionalidad y la arbitrariedad. Si hubiéramos sido más exigentes y hubiéramos salido a la calle, quizás la situación sería diferente", dijo.

El arquitecto calificó de "inadmisibles" las trabas burocráticas de la Gerencia de Urbanismo y pidió al Ayuntamiento que el edificio de las Atarazanas "vuelva a ser parte de la ciudad y de los ciudadanos", por ejemplo como Museo de la Ciudad. Dijo que la Torre Pelli es ejemplo del poder fáctico que no permitió que la derribaran y lamentó que en Sevilla se ha usado el dinero público para gastos y costes para los que no estaba destinado, como sucedió con los sistemas generales del PGOU.

Para solucionar esta situación, Cobeña pidió que los ciudadanos seamos críticos y personas dignas, y Rosa Madrid apostó por seguir una estrategia, "porque la administración no sabe dónde va", y potenciar el muchísimo talento que hay en Sevilla. Las sesiones son en la Fundación Cruzcampo.

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