Juan Espadas. Alcalde de Sevilla

"En julio llevaré mi primer plan de empleo para contratar a parados"

  • Sus primeros quince días de mandato están marcados por las medidas sociales, el diálogo y gestos con los que pretende que la gente entienda que hay un tiempo nuevo en el Ayuntamiento.

En el Ayuntamiento de Sevilla huele a pintura y se oye el ruido de los muebles que aún se trasladan de un despacho a otro. El primer Pleno, el de organización del mandato, acaba de terminar y todavía hay corrillos de concejales que hablan de los nuevos repartos y tareas. En la Plaza Nueva hay un aire de tregua, sólo un pequeño grupo de trabajadores despedidos de La Corchuela y algunos activistas que piden justicia para la madre saharaui en huelga de hambre que quiere enterrar a su hijo asesinado aprovechan el Pleno para elevar sus protestas.

Es viernes al mediodía, pero el fin de semana está aún muy lejos para el nuevo alcalde que asegura que con cinco horas de sueño ya se siente como si le hubieran inyectado ginseng en vena. Juan Espadas se sienta en el despacho de la Alcaldía, unas dependencias nobles que lucen desde hace unos días renovadas. La mesa del alcalde ha sido relevada por un escritorio de trabajo con un ordenador. También la silla de trabajo: el sillón- trono ha sido relegado a un rincón para que pueda ser contemplado en las visitas guiadas al Consistorio y sustituido por otro más cómodo y funcional.

-¿Se trata sólo un cambio de estética?

-Son gestos. He quitado los tronitos, también el que ocupaba el alcalde en los plenos. Hay determinados elementos que introducen barreras, ponen al alcalde por encima del bien y del mal y yo creo que tiene que ser el primero pero entre iguales. Primus interpares entre los concejales. No está mal que la gente vea que el alcalde quiere ser una persona más cercana. Yo no consigo ver cuándo me puedo quitar la corbata y me da coraje... Hay que afilar todas estas aristas para que la gente entienda que es un nuevo tiempo. Hay que abrir puertas y ventanas del despacho para que la gente entre.

-Eso tiene sus riesgos.

-La realidad te puede pasar por encima.

-También son nuevos tiempos para la oposición. ¿Es la que usted esperaba?

-Todavía necesitan un tiempo también para organizarse. Mi objetivo es que todos los grupos, los cinco, estuvieran en la planta de abajo, para facilitar el acceso a los ciudadanos. Yo lo planteé hace cuatro años pero no me hicieron caso. Estoy dispuesto a reubicar servicios para que todos cupieran. Se hubiera desterrado esa historia del palomar [lugar ocupado por la oposición en la planta más alta] como un sitio para purgar... Pero el PP no ha querido y será el único que se quede arriba. Lo que sí va a haber es más medios para ejercer la oposición de los que algunos hemos tenido en los últimos cuatro años.

-Todavía está sumido en el reto de formar sus equipos con menos salarios y posibilidad de contratar a menos eventuales. Hay limitaciones por ley, pero no son las únicas.

-La Ley Montoro te machaca. En el ámbito de representación institucional, si hubiéramos hecho lo que planteaba el PP, sólo hubiéramos podido ejercer de gobierno y de oposición el PSOE y el PP. Aquí hay cinco fuerzas políticas y mi obligación es estructurar que las cinco puedan hacer su labor de representación. Y he repartido de la mejor manera los sueldos y eventuales. Yo he renunciado también como gobierno. De hecho hay muchos ayuntamientos que no les dan eventuales a los grupos políticos. Yo no lo he hecho. El PP nunca imaginó que se le iba a aplicar la medicina en su cuerpo. Ahora, en privado, te dicen que vaya el tiro que se han dado en el pie.

-Hay otras limitaciones que se han autoimpuesto, o bien han impuesto los acuerdos para su investidura.

-El número de eventuales es bajo y ya lo marca la Ley. En el tema retributivo, no hemos movido ningún sueldo de concejal ni de alcalde. Pero sí, ningún directivo puede cobrar más que el alcalde. Lo complicado es buscar personas que estén dispuestas a venirse a una estructura directiva con retribuciones bajas. Pero hemos encontrado soluciones y tendré una estructura y un equipo potentes.

-Un gobierno con sólo 11 concejales tampoco ayuda. Ha tenido que concentrar mucho poder en algunos concejales, algo que usted criticaba antes.

-Sin duda podría haber hecho otro reparto si hubiera sacado más concejales.

-¿No ha sido un hándicap el perfil de su lista electoral? Dos de sus concejales sólo tienen distritos.

-Lo que sí hay son personas que tienen más experiencia que otras. En el gobierno de la ciudad no parto peras. Aquí no hay experimentos. He intentado buscar un equilibrio. No se pueden distribuir las competencias como si fueran cartas. Vamos a arrancar con un reparto y lo que puede ocurrir es que determinados concejales con menos competencias puedan ir aprendiendo y desplegando capacidades. Se pueden trasvasar luego competencias. No somos como Rajoy, aquí podemos ir adaptándonos. Siempre va a haber en caso de una situación de sobrecarga otro delegado que va a estar apoyando al primero. Y nos evaluaremos. Si hay que ir haciendo cambios, los haremos.

-En estos quince primeros días han quedado bien marcadas sus prioridades: plan de emergencia social y diálogo con los trabajadores y la oposición.

-Se trata de no sorprender a nadie. Hay que llegar a los plenos sabiendo cuáles van a ser los posicionamientos de los grupos. Para eso hay que hablar. También con los trabajadores de la casa. Lo primero que hice fue conocer a los míos, a los representantes sindicales, mesas de contratación.... Volver a restablecer el diálogo. El otro día estuve con 90 personas de las Unidades de Trabajo Social (UTS) que en la vida se habían reunido con un alcalde dos horas seguidas. Estas reuniones sirven para detectar problemas. Hay que poner un teléfono único para dar información porque se está informando de manera distinta en unos distritos que en otros. Y, por ejemplo, vimos que algunas unidades tienen un problema de seguridad y se les puede reforzar.

-¿Cómo?

-Habrá menos escoltas y se podrá destinar a los agentes a reforzar estas UTS que están agobiadas.

-¿Se puede ser aún más austeros? ¿Prescindir de algo más, como de los escoltas?

-En el tema de los conductores, se están estableciendo criterios de reparto, en lugar de asignación personalizada. El coche es una herramienta de trabajo. Los grupos ya lo han entendido, ya no hablan de coche oficial, hablan de un coche de trabajo. Es importante que la ciudadanía no nos vea como gente que tenemos privilegios, sólo tenemos herramientas para desarrollar nuestra función. Hay circunstancias personales que obligan a que determinados concejales, del gobierno u oposición, mantengan su escolta. Otros pueden prescindir de ellos. Y con ésos se va a reforzar, por ejemplo, el Grupo Diana, de atención a las víctimas de la violencia.

-Ya ha puesto en marcha algunas medidas de choque para casos de emergencia social. ¿Cuándo hablará de empleo?

-Hemos tenido una sola junta de gobierno, hoy [por el viernes] será la segunda. He priorizado los temas más mediáticos y sociales. En julio quiero llevar una iniciativa política al Pleno, si no lo hago yo lo hará la oposición. Necesito ver antes la ejecución presupuestaria. Y qué apoyo legal hay para estos temas. Aquí hay un debate dialéctico jurídico. Hay que tener claro cuáles van a ser las políticas de empleo, los fondos disponibles...

-¿En qué consiste ese primer plan?

-Aún no se la he podido encargar a nadie, hasta que no tenga el equipo de Emvisesa. Tiene que ver con el sector de la construcción. Seleccionaremos primero un número de inmuebles de Emvisesa, locales que están vacíos de un censo de cerca de 400. Veremos dónde se ubican y cuáles son los más aptos para iniciar la intervención. Poner en carga un local de 100 metros cuesta entre 15.000 y 18.000 euros, pero será una inversión en patrimonio municipal de la que se encargarán desempleados de la zona, que tendrán trabajo por unos meses. Y luego te encuentras con inmuebles para ofrecer a entidades y vecinos que los necesitan. Habrá que ver también la fórmula, si a través de una convocatoria pública, si hacemos una bolsa... Lo propuse siete veces en el mandato anterior y no se hizo.

-¿Habrá más planes?

-Con la Junta de Andalucía. Estamos ahora intentando desatascar el tema del Pacas, que se tiene que poner en marcha de manera inmediata. Y luego yo voy a ir al modelo de planes integrales. Eso será una pata que dará muchos titulares, innovación y economía social. Para ello estoy fichando un fenómeno. Vamos a ser referencia de ayuntamiento valiente en transformar la realidad de barrios como Torreblanca. Es que por las tardes hago de Monchi, el del Sevilla. Gente de prestigio que se viene perdiendo dinero.

-¿Va a ser reivindicativo con la Junta? Hay retrasos en los pagos de programas de empleo...

-Claro, con todos. Los consejeros están a la espera de que hagamos una agenda de reuniones.

-Se reunirá primero con la presidenta, que ya ha iniciado una ronda con los alcaldes.

-Con la presidenta hablo mucho, con frecuencia, ella sabe que las ideas las tengo muy claras. Me pareció muy bien que fuera primero, por ejemplo, a Málaga. Yo la tengo a una calle, cruzo y estoy en San Telmo. Ella me ha dicho que me vaya planificando ya con los consejeros. Sólo estoy dejando margen a los que acaban de aterrizado. Hay que volver a hacer cosas con la Junta.

-¿Habla sólo de cosas estratégicas a largo plazo?

-No. Cosas concretas y apoyos institucionales. Ya le dije el otro día a la consejera de Cultura el tema de Murillo que arrancó el anterior gobierno hay que empezar a concretarlo. Es una historia del Ayuntamiento, no del anterior gobierno.

-¿Esa interlocución estaba rota?

-No había un sistema de trabajo. Hay que buscar interlocutores. Yo voy a tener a una persona directa que trabajará conmigo, vendrá a las reuniones y que luego se va a quedar tirando de papeles y dándole continuidad a las cosas, Faustino Valdés. Por ejemplo, lo primero que le diré es que hay que ver el tema de los intercambiadores de transportes que quiero en Santa Justa. Hay que pedir una reunión con Adif, ver cómo están las parcelas... Esas estructuras no existían en el Ayuntamiento.

-También tendrá que poner en marcha proyectos estratégicos que tampoco se pueden olvidar.

-De esos hay todos los que quiera. Vamos a intentar que los que no tengan un problema de financiación o presupuesto avancen. Por ejemplo, estoy pendiente de verme a mediados de mes con el consejero de Justicia. Primero hay que definir el proyecto, ver la parcela y su situación, pues es del Estado, constituir una mesa interna y ver qué caminos hay que seguir. Eso no requiere todavía de dinero. Hay que dar otros muchos pasos antes.

-Habrá otros proyectos.

-Los clásicos que llevamos pendientes mucho tiempo de que tengan su carpetita. Hay que dar un impulso a las Atarazanas o retomar el tema de la Gavidia para terminarlo urbanísticamente y ver luego qué opciones hay de inversión. Luego, hay otros proyectos que son oportunidades. Cosas que en algún momento he pensado o que me han contado algunos consejeros... Quiero hablar de temas de viviendas y de rehabilitación. Se pueden hacer cosas nuevas, lo que falta es tiempo y elegir bien las personas para que todo tenga resultado.

-Sobre Altadis ya ha dicho que revisará todo el convenio.

-Hay que llamar a estos señores de Altadis y sentarnos a hablar. Y que nos cuenten qué hablaron con el PP.

-¿Y Sevilla Park?

-En ese proyecto lo que hay un tema con la empresa CLH. Plantearon al Puerto una serie de cuestiones en clave de negociación. Lo que quieren es que alguien les pague dinero para mudarse y no plantear ningún problema con la instalación de ese complejo de ocio. Pero problema no debe haber ninguno, porque allí ya hay otras actividades. Y en Urbanismo están mareando la perdiz. ¿Qué tenemos que hacer? Sentarnos otra vez Urbanismo, el Puerto y la empresa y ver cuál es el procedimiento administrativo necesario para que el inversor no se vaya. En resumen, ver si se puede resolver o no. Es un proyecto que suma en un lugar en el que no hay otra opción mejor.

-Hay quienes opinan que los gobiernos de izquierdas, apoyados además por agrupaciones de electores como la que está en el Ayuntamiento, no ofrecen garantías a los inversores.

-Aquí no están en el gobierno. El PSOE no tiene por qué recibir ninguna lección de seguridad jurídica de nadie. No vamos a cometer errores, ninguna decisión que no tenga un respaldo legal inequívoco. Lo que no vamos es a tomar decisiones que no beneficien al interés general o donde prevalezca un interés privado. Esto a veces ocurre. Hay proyectos empresariales que tienen un alto beneficio empresarial y un bajo interés social y general. Mi papel es buscar el equilibrio. Que la ciudad gane siempre y gane más. Claro que si busco un inversor privado tengo que intentar que el proyecto sea atractivo, porque ese inversor quiere ganar dinero. Yo pido mi derecho a que se me evalúe por lo que yo haga, no por lo que hicieron otros.

-¿Esas alianzas que está promoviendo, con el área metropolitana o con ciudades como Málaga, son oportunidades reales?

-Son oportunidades que están por definir. Acepto que alguien sea escéptico. Pero si hay dos o tres alcaldes que están de acuerdo, también empresarios, gente de la Universidad... todo cambia. Hay que generar un espacio atractivo. Cuando hablan de ecosistemas de innovación uno dice qué raro, qué bonito. Lo bueno es que eso es posible. Hay que crear este entorno. Cuando nació Silicon Valley alguien crearía un producto en torno a lo que hoy es y pondría la primera empresa. Ahora tenemos que ver en Sevilla cómo se puede competir. Ya hay un terreno andado, por los parques tecnológicos y las universidades, y hay un marco de financiación europea favorable.

-¿Qué falta?

-Faltan agentes privados.

-¿Y un Silicon Valley, por usar su ejemplo, podrá acabar con décadas de confrontación política y rivalidad entre ciudades? ¿No cree que falta también un cambio de mentalidad?

-Sí, es una labor de pedagogía y también hay que pedir un rol especial a los medios de comunicación de uno y otro sitio para que cuenten esos proyectos en positivo. Póngase que logramos que Málaga y Sevilla consiguieran 500 millones de euros para hacer algo conjunto.

-Es muy ambicioso. ¿Qué dice el alcalde de Málaga?

-Él lo ha visto. En la toma de posesión de Susana Díaz nos vimos de manera fortuita y lo comentamos, y hay buena conexión.

-De cualquier forma estamos hablando de proyectos a largo plazo. En lo más inmediato, al ciudadano le preocupan otros temas más domésticos.

-Habrá cambios. Dígame.

-Multas. Usted ha tenido un gesto que a algunos les suena populista, bonificar la primera sanción del ejercicio.

-Yo no quiero que el ciudadano nos vea sólo como una administración recaudatoria. Recaudar es imprescindible para tener recursos y poder prestar servicios públicos. Hay que explicar que no se cobran impuestos por gusto. Las multas tienen una finalidad: que no se vuelva a reincidir. Es como cuando vas por la autopista y te avisan de un radar. La finalidad es que no vayas deprisa y, si alguien no entiende el mensaje, pues entonces se actúa.

-¿Y eso cómo se consigue?

-Un ejemplo. Zonas con excrementos de perros. ¿Cómo conjugar que no se vulnere la ordenanza con la labor de la Policía para que la calle no esté sucia? Durante tres meses patrullas pasearán por esas zonas alertando a los infractores y explicando lo que ya ponen las placas, y luego se actuará.

-¿Para cuándo esas lanzaderas rápidas que anunció en Tussam?

-Lo primero que haré, en septiembre ya, es plantear la ampliación del horario nocturno para atender a los más jóvenes. Y también se analizarán las líneas de Sevilla Este, Pino Montano... Se hará un estudio para ver cuánto cuesta mejorar esas líneas. Todo se hará con cabeza. Haremos proyectos piloto durante dos meses, para ver si los cambios que se ejecuten en las líneas están o no justificados.

-¿Va a mejorar la limpieza de las calles?

-Mi compromiso con el comité de empresa de Lipasam y con algunos vecinos, de algunos barrios no de todos, es analizar el actual sistema de limpieza viaria y ver en qué se ha mejorado y en qué se ha empeorado. Hay un tema de ruidos nocturnos. Y adoptaremos decisiones de gestión de la empresa que ya se hicieron en Tussam, como el tema de los talleres y la externalización de algunos servicios. Todo eso hay que revisarlo.

-¿Acometerá usted nuevas peatonalizaciones?

-Vamos a hacer algunas microactuaciones urbanísticas. Esto se llama acupuntura urbana. No pienso ahora en el centro. Son proyectos para conectar zonas de mucha densidad en los barrios con algunas instalaciones públicas. Por ejemplo, Alcosa tiene la piscina y el centro deportivo separados por una carretera y un descampado de un núcleo de viviendas. Se podría hacer ahí un eje, un paso, un cordón por donde seguro que transitará mucha gente. Se convertirán en nuevas rutas peatonales.

-En el centro también habló de reordenar calles como Mateos Gago.

-Eso lo abordaremos con sentido común, está claro que hay que buscar una solución a ese caos de tráfico y veladores.

-¿Ve usted demasiados veladores?

-Quiero lanzar un mensaje de tranquilidad. Tenemos que revisar las ordenanzas, eso ya lo dijimos. ¿Qué es lo que veo? Hay que tocar en algunos sitios donde se ha ido la mano con los veladores. Pero no queremos generar un conflicto con quienes ven que esos veladores están generando ingresos y empleo.

-¿Y dónde se pone el límite?

-En situaciones donde hay un problema real para el tránsito o que daña la estética. Hay que buscar soluciones. A veces bastará con cambiar la ubicación para facilitar más espacio público y otras veces habrá que reducir. No se puede permitir que un mar de veladores se cargue una plaza. El análisis lo haremos a través de los distritos, no de la Gerencia de Urbanismo, para que se vea el tema desde otras perspectivas, no sólo de la que genera ingresos.

-¿También va a poner límite a los mercados gourmet? ¿El de la Puerta de la Carne es revisable?

-Menos monocultivo. Los promotores de la Puerta de la Carne están buscando otros atractivos culturales para el proyecto. Nos han pedido ya cita. El cambio de gobierno hace que mucha gente entienda que hay cosas que se tendrán que modificar. Y hay decisiones tomadas en las que no se puede volver atrás porque costaría mucho dinero. Pasó con las setas. Yo entiendo que el gobierno anterior las terminara y ya está. Hay cosas que pertenecen a otra etapa, la ciudad no puede estar pegando pendulazos permanentemente, pero otras cosas se pueden parar.

-¿Las fiestas mayores de la ciudad necesitan una vuelta?

-Estas fiestas están muy consolidadas y lo único que hace falta es que se compatibilicen con los intereses de otras personas que también son vecinos de Sevilla. Hay mucha gente en el centro que quiere que le escuchemos. Hay demasiado trasiego a lo largo del año, ya no hablo de Semana Santa, sino de procesiones extraordinarias, ensayos... Hay comerciantes y residentes que se quejan. Esto hay que analizarlo desde el ámbito de los distritos también. Con los hermanos mayores tengo muy buena relación. Hay que revisar el protocolo de seguridad en Semana Santa, hacer un análisis de la Madrugada. Ahí contaremos con gente con mucha experiencia, como Rafael Pérez, que ya estuvo en el Cecop. En septiembre ya habrá reuniones.

-Anteriores gobiernos consideraron los toros como una fiesta mayor. ¿Seguirá siendo así?

-En esas cuestiones yo no voy a cambiar nada. Hay que entender esta ciudad como lo que realmente es. Lo que funciona bien debe seguir haciéndolo del mismo modo. Lo que no podemos desde el gobierno es estar recreándonos siempre en lo mismo. Lo que es básico es básico, pero no debe ocupar más espacio que el suyo. Y yo quiero dar espacio a todos. Que se comparta el espacio y haya equilibrio. Los cambios van a ser mínimos, para mejorar simplemente, pero habrá que abrir un nuevo espacio para otros sevillanos.

-El hecho de que haya recuperado a personal que ya estuvo en gobiernos de Monteseirín, como el propio Faustino Valdés o Rafael Pérez, ¿significa que su gobierno seguirá el modelo del anterior alcalde socialista?

-Yo reivindico una etapa totalmente nueva. La sociedad hoy es distinta, los problemas son otros. Afortunadamente se tomaron decisiones en esos gobiernos, sobre equipamientos e infraestructuras, que hoy permiten que esos temas no sean urgentes. Ahora hay que gestionar bien ese patrimonio que nos dejaron, pero esto ha cambiado y yo tengo una forma diferente de ver las cosas. Siempre se podría comparar la gestión de Zoido con la de Soledad Becerril, incluso la mía con la de Manolo del Valle. Pero cada uno tiene su tiempo. La historia nunca se repite. Se dice que nunca segundas partes fueron buenas y yo creo que es verdad. Empieza una nueva película y los protagonistas somos nosotros. La gente quiere renovación. Yo no voy a hacer nada porque ya lo hacíamos antes. Para eso soy muy innovador y voy a poner muy complicado que puedan compararme con nadie.

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