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Sevilla

Una medicina sin receta

  • Alumnos del colegio Al Andalus han apadrinado a 27 ancianos del centro de día Asisttel en una iniciativa que busca devolver la ilusión a mayores sin nietos

"Mi mujer y yo nunca pudimos tener hijos y siempre me quedé con las ganas de disfrutar de un nieto. Ahora, aunque sea de manera simbólica, podré tener uno". José Rodríguez, de 85 años y natural de Santiponce se emociona sólo de pensar en la idea de que durante al menos dos años será apadrinado por un niño de diez años.

La unida de día Asisttel-Aljarafe, ha iniciado un proyecto piloto en el Centro de Educación Infantil y Primaria Al Andalus de Sevilla que tiene como título Apadrina a un Abuel@ y en el que 27 niños de cuarto de primaria apadrinarán a 27 ancianos de dicho centro hasta que finalicen sus estudios en el colegio. Según comenta una de las ideólogas de la iniciativa, Sonia Carmona, "se mantendrán en contacto entre ellos a través del teléfono, de cartas o de encuentros que vayamos organizando en verano, en Halloween o en Carnavales". La responsable del proyecto explicó que "pretendemos estrechar las relaciones entre generaciones tan distantes, de una manera participativa para que aprendan que la edad no importa en la amistad".

En el salón de actos del colegio, 27 niños nerviosos se sentaron frente a los 27 ancianos, que estaban más inquietos si cabe. Todos ellos portaban una ficha identificatoria en la que se describían a sí mismos. Gracias a un sorteo, cada abuelo fue conociendo al joven que lo apadrinará. "Por fin voy a tener un nieto español", comentó entusiasmada Paula Morón, una anciana de 78 años que nació en Perú y que reside en España desde hace 11 años. María Ruiz, de diez años, será quien la amadrine. "Quiere ser artista de mayor y a mi me encanta bailar. Nos llevaremos muy bien", dijo Morón, que además contó que tiene varios nietos repartidos entre Perú, Japón y Estados Unidos. A Francisco Javier Nuñez le tocó apadrinar a Esperanza Villar, una abuela de 75 años "muy marchosa" que no paró de achucharlo: "¡Es muy guapo, ahora tengo cinco nietos en vez de cuatro!".

"El principal problema con el que cuentan los mayores es la soledad, y para aliviarla pensé en la compañía de los niños", explicó Carmona, que, además, anunció que el curso que viene, "y si todo sale bien, extenderemos la iniciativa a otros cursos para seguir fomentando el respeto hacia los mayores y desmitificar muchos tópicos que existen hacia la vejez".

Finalmente, y entre lágrimas, recibió José Rodríguez a su nieto, Marco Brioso, al que regaló chocolatinas para que las repartiera entre sus compañeros. "Que sepas que voy a estar pendiente de que saques buenas notas", fue lo primero que le dijo. "Esto servirá de medicina para los mayores, que al mismo tiempo, le pueden enseñar mucho a los niños", sostuvo Carmona.

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