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Sevilla

El mercado inmobiliario: Una remontada demasiado lenta

  • El sector movió el año pasado 1.270 millones en la provincia, sólo un 6% más que en 2014. La subida se sitúa por debajo del crecimiento regional y nacional Antes de la crisis el mercado generaba 4.000 millones.

El mercado inmobiliario respira. Recupera el pulso en la provincia de Sevilla, pero lo hace con tal levedad que su mejoría apenas se percibe. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de la década pasada, el retorno a la senda de 2007 se antoja bastante largo y complicado. Una situación que no es extraña al resto de Andalucía y de España, pero que en el caso de Sevilla se complica más, pues los índices de evolución son bastante menores a la media nacional y regional.

Es cierto que en el último bienio los balances son positivos. Todo va en un aumento. Las transacciones y el valor de éstas. Así lo avala el informe reciente del Ministerio de Fomento, que incluye los datos del cierre de 2015. En la provincia de Sevilla la compraventa de viviendas libres movió en dicho año 1.271 millones de euros. Esta cifra apenas suma 70 millones más respecto a la alcanzada en 2014, cuando se llegó a los 1.200 millones. Por tanto, en un año, el negocio inmobiliario ha movido casi un 6% más de dinero, porcentaje que queda por debajo del registrado a nivel autonómico y estatal. En el caso de España la subida interanual ha sido del 10,3%, mientras que en Andalucía dicha media ha rozado el 19%, es decir, casi 13 puntos más que en la provincia sevillana.

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Por tanto, el mercado de la construcción repunta en Sevilla, pero a una velocidad apenas perceptible, un crecimiento que aporta escaso oxígeno a las empresas que han logrado mantenerse tras los años de debacle y que dificulta la creación de nuevas sociedades. En tales circunstancias, la generación de empleo resulta complicada.

El aumento más significativo del sector se constata si se toma como referencia 2013, el año más crítico en el mercado inmobiliario. Aquel ejercicio se tocó fondo en las operaciones. Sólo se movieron 987 millones de euros, la cifra más pírrica desde 2007, año previo a la crisis. Comparado con 2015 el aumento sí es más considerable -de un 28,75%-, aunque aún alejados de los conseguidos a nivel nacional y regional. En toda España el crecimiento en estos dos años rozó el 80%, mientras que en Andalucía superó el 31%.

Antes de que la burbuja inmobiaria estallara, el mercado movía al año casi 4.400 millones de euros. De hecho, en el primer trimestre de 2007 -cuando las hipotecas bancarias eran un constante fluir- se alcanzó la misma cifra que en todo 2015: 1.200 millones de euros. Ahora hay que tardar doce meses para lograr lo que antes se conseguía en cuatro, una prueba más de la lenta recuperación del mercado.

Los más de 4.000 millones de euros que se movían anualmente en el sector están bastante lejos de rozarse, incluso hay expertos que descartan que tales cifras vuelvan a registrarse tras la sacudida de la crisis. Un periodo que desde su comienzo hizo descender el negocio a la mitad. No en vano, ya en 2008 el dinero que movía el sector se redujo a 2.940 millones. Fue en 2011 cuando esta cantidad bajó de la barrera de los 2.000 millones hasta llegar a 2013, cuando se quedó por debajo de los mil. Desde 2014 se mantiene en cifras inferiores a la de 2012. Puede que el presente ejercicio supere de nuevo esa marca, siempre que mantenga la senda -lenta- de crecimiento. Para ello, cuenta con varios factores a favor: las entidades financieras han vuelto a abrir el grifo de las hipotecas y el Euríbor (el tipo de interés de referencia de los bancos europeos) se encuentra en niveles bajísimos.

Estas condiciones han influido en que el volumen de transcacciones inmobiliarias en la provincia haya ascendido más de un 19,5% desde 2013 (hasta llegar a las 12.812), porcentaje que en la comparativa entre 2014 y 2015 disminuye a un 11%. Por tanto, aunque el contexto sea más favorable a la compra de viviendas, lo cierto es que en la provincia aún existe bastante recelo a adquirir inmuebles residenciales.

En este tipo de operaciones hay que tener en cuenta un aspecto bastante importante, de las 12.812 transacciones de viviendas realizadas el año pasado, 11.533 fueron de residencias libres, mientras que sólo 1.279 eran de viviendas protegidas, lo que evidencia el estancamiento de un sector promovido por las administraciones públicas. La falta de liquidez dificulta la oferta. Entre las viviendas libres el protagonismo recae en las de segunda mano, al suponer casi el 80% de las que fueron objeto de compra durante 2015 hasta alcanzar las 10.214, un 38% más que en 2013.

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