Sevilla como catedral ambiental de Europa o apostar por la especialización en tecnología ambiental hasta el extremo de ser líderes mundiales en ello fue la receta que ofreció ayer el biólogo Miguel Ferrer, delegado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), como propuesta para combinar el desarrollo económico futuro de Sevilla y su entorno con el respeto al medio ambiente, sobre todo teniendo en cuenta que es el núcleo urbano más próximo a las marismas de Doñana, más que Almonte, dijo.

"El motor de desarrollo futuro debe ser lo medioambiental. El medio ambiente es la única oportunidad para el sur de Europa porque en España, especialmente en Andalucía, somos la tercera potencia mundial en biología de la conservación", resumió el científico a la prensa minutos antes de intervenir en las séptimas jornadas que organiza cada lunes la plataforma cívica Iniciativa Sevilla Abierta en la sala La Fundición. Le tocaba moderar al periodista Juan Rubio, quien apostó por facilitar las iniciativas empresariales que de verdad aportan riqueza y empleo.

El biólogo Ferrer abundó en que "en el mundo no existe un líder claro en tecnología ambiental" y Sevilla y Andalucía podrían serlo agregando el valor añadido del sello de garantía ambiental a los tres pilares económicos andaluces que son el turismo, la ganadería y la agricultura. Se trata, dijo, de exportar soluciones para resolver el conflicto entre desarrollo industrial y biodiversidad a otros países del mundo que tienen los mismos problemas. Y puso como ejemplo que el caso de la reapertura de la Mina de Aznalcóllar podría servir para investigar y exportar al resto del mundo una tecnología de extracción que permita hacer las cosas bien, no como se hizo en el pasado.

En protección de aves de instalaciones eléctricas, Ferrer explicó que Andalucía ha sido pionera en una normativa y sistemas que han copiado otros países, y apuntó la opción de crear pasillos de protección de la biodiversidad aprovechando la malla de la red de transporte del país.

El catedrático de Ingeniería José Luis Calvo, presidente del Instituto Andaluz de Tecnología y de la empresa Isotrol, recalcó esta idea de "apostar por algo o no seremos líderes en nada" y para ello lanzó un ruego a las administraciones: "que nos dejen competir". Para lograr ese objetivo, Calvo hizo hincapié en la urgencia de "cambiar de mentalidad para buscar la excelencia y los mejores especialistas en la Administración, en la Universidad y en las empresas", y ese cambio mental debe arrancar de abajo arriba, es decir, de la sociedad a los políticos.

El cambio de mentalidad es la única opción de futuro que supone identificar proyectos, buscar a los mejores y captar recursos. En su opinión, podemos cambiar ahora que esta crisis económica ha potenciado la creatividad y cortado de raíz la llegada de dinero fácil por la vía de la especulación o el pelotazo. En su intervención recalcó que Sevilla podría apostar por ser competitiva en el sector aeronáutico, agroalimentario y de energías renovables.

El director del Puerto de Sevilla, Fausto Arroyo, no aclaró cómo se está desarrollando el plan director del Puerto 2000-2020 con criterios sostenibles y afirmó que la pieza clave para culminar este plan es el dragado de profundización del río aún pendiente. Arroyo aseguró que "nunca se ha estado fuera de la legalidad en las actuaciones que se han hecho en el estuario del Guadalquivir y que hay que tomar decisiones" para que Sevilla no se quede fuera del circuito mundial logístico del comercio marítimo, en referencia al deseo del Puerto de que las administraciones autoricen ya el dragado. Miguel Ferrer aclaró en el debate que "el dragado es posible siempre que no se tome como un hecho aislado".

Pedro Torres, director de marketing e internacional de AGQ Labs, empresa andaluza de control ambiental, reivindicó que la sociedad civil haga oír su voz, ve urgente la educación ambiental para cambiar la mentalidad y reclama "atender a los especialistas en la materia y no a grupos de presión" para decidir los usos que debe tener el río como elemento vertebrador de sostenibilidad.