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Sevilla

El obispo auxiliar se suma al homenaje al juez Serrano

  • El magistrado denunció la "casta de privilegiados" que se beneficia de una ley de Violencia de Género cuya aplicación ha llenado el país de personas indefensas.

"Lo progresista es estar aquí". Lo decía uno de los 155 comensales, amigo del juez Francisco Serrano, reunidos en el hotel Inglaterra en una cena de reconocimiento al presidente de la Plataforma Ciudadana por la Igualdad. Manuel Valenzuela, con la música al piano (Liszt, Gluck, Pachelbel, Offenbach) de Sonia Suárez, recitó versos de Blas de Otero, José Hierro, José Agustín Goytisolo -"Un hombre solo, una mujer..."- y León Felipe.

El juez Serrano y sus mujeres: María José, su esposa; María, una de sus dos hijas; y Macarena, su hermana. Hubo mujeres que tomaron la palabra: Guadalupe de la Fuente, que preside la Asociación de Abuelos Separados de sus Nietos; Inmaculada Ocaña, presidenta de la Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género; y María Isabel Martín, vicepresidenta de la Plataforma.

Sobre el juez Serrano pesa una condena de dos años por un sumario ante el que su abogado defensor, Miguel García Diéguez, presente en la cena, presentó recurso de casación ante el Supremo. "El silencio de los hombres buenos", citó el juez a Martin Luther King, "será lo que en el futuro les reprochen las generaciones futuras más que la perversidad de los hombres malos". Criticó la ideología de género, la casta de privilegiados que de ella se benefician, la desigualdad vendida como igualdad, hija del pensamiento único, generadora de "clones" propios de los sistemas de Pol Pot, Mao o Stalin.

Carlos Herrera perdió el avión y de mantenedor hizo Fernando Otero Alvarado, secretario de la Plataforma, que habló en nombre "de los miles de padres que sufren una ley injusta aprobada por razones económicas y electorales". Compartía mesa con su madre, María Teresa Alvarado, abuela separada de una de sus nietas, y con Santiago Gómez Sierra, obispo auxiliar, que oyó hablar de este juez en un foro de pensamiento cristiano y su lucha le recuerda el precepto evangélico de que quien pretenda salvarse a sí mismo, se perderá. "Hoy es más fácil disolver un contrato matrimonial que un contrato de móvil". Habló el ex diputado andalucista Miguel Ángel Arredonda, que elogió al juez con palabras de Camus: "Detesto a los hombres cuyas palabras van por delante de sus actos".

Joaquín Moeckel eligió a Bertolt Brecht, "lamento tener que defender lo obvio". "No es ningún apestado. Es un juez magnífico". José María del Nido, presidente del Sevilla, estuvo con un juez bético con amigos médicos que avalan su analogía: "Con esta ley, es como si para quitar un padrastro, en vez de ponerte una tirita, te amputaran el brazo". Fue la plana mayor del Consejo General de Cofradías. Adolfo Arenas, su presidente, ha visto a muchos niños "llorar por no salir de nazarenos".

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