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El padrino

Antonio, para la familia y amigos más íntimos, es "el padrino", pero nada que ver con el protagonista de la famosa película de Coppola... sino el padrino cariñoso y generoso de un montón de ahijados que lo adoran. Porque Antonio no es sólo el destacado miembro de la tercera generación de una familia de grandes emprendedores, ni el inteligente hombre de negocios que ha llevado a su empresa al número uno mundial, ni el magnífico presidente ejecutivo que está pendiente de lo poco y de lo mucho, de lo grande y de lo pequeño de la compañía. Antonio es un buen empresario porque, sencillamente, es un buen hombre: responsable y con un sentido del deber hasta el límite, ordenado, claro, directo, no conoce la envidia y sabe agradecer y reconocer a los demás. A pesar de lo ocupado que está, dedica tiempo a contestar personalmente todas las llamadas, los mensajes o los mails que recibe. Es generoso con todos y especialmente con sus ahijados. Siempre se acuerda de las fechas importantes, y, aunque esté lejos, a casa del ahijado de turno llegará siempre un regalo que habrá comprado él personalmente acompañado de una cariñosa nota manuscrita. Tiene un nivel de detalle con todos admirable. Su sentido de la responsabilidad y su enorme generosidad y buen corazón son lo más destacable del padrino. Pero también es un hombre divertido que adora a su familia y disfruta bailando bulerías y compartiendo con sus amigos. ¡Es muy fácil querer al padrino! Porque él quiere incondicionalmente.

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