Comercio Los vendedores del Casco Antiguo cierran la campaña de rebajas sin superar las expectativas

Una pasarela de escaparates

  • La crisis y la caída de las ventas por las obras obligan a los negocios a ingeniar fórmulas para atraer a la clientela con descuentos imposibles · Sólo las cadenas se mantienen

Promociones, descuentos imposibles, cambios de escaparate, ofertas especiales, "paga dos y te llevas tres"... La temporada de rebajas de verano concluye y pocos comerciantes han hallado este año la fórmula mágica para equilibrar sus cuentas. Con caídas de las ventas de hasta el 50% en algunos casos, según datos de las asociaciones de comerciantes, algunos negocios aseguran que las rebajas les han costado el dinero.

En la tienda London de la calle Rioja la temporada ha sido "algo más baja" que en otros años, según Rafael Borrego, empleado del establecimiento, quien justifica el descenso de casi la mitad de las ventas con respecto al año pasado "en el aumento de parados por la crisis". El empleado explica que "el que ha vendido algo ha sido a base de rebajarlo al 60 o 70%, algo que es casi perderle dinero", porque además de pagar la mercancía y el personal, hay que cubrir gastos. Y tiene una coletilla para explicar la mala situación del sector: "El alcalde ha metido la pata con el centro, está impidiendo el acceso y los clientes prefieren ir a otras zonas a las que es más fácil llegar y no pierden tanto tiempo", insiste.

La encargada de la tienda Precchio Rocío Mateo está de acuerdo con su compañero, pues considera que "las obras ponen muy difícil la venta en el centro, pues la gente tiene que andar y cargar con bolsas hasta Ponce de León, donde se han trasladado la mayoría de autobuses". En este aspecto, la encargada explica que ha desaparecido prácticamente el perfil de cliente adulta y madre con niños.

Todos los esfuerzos han sido en vano: "Hemos tenido ofertas de todo tipo que ayuden a atraer la atención del cliente, se juega mucho con eso y nos comemos mucho la cabeza", admite Rocío Mateo. Ella y sus compañeras ya no saben qué hacer y, mientras buscan cómo innovar en su negocio, se afanan cambiando continuamente los escaparates y la ropa del interior para captar a una mayor clientela. "Antes se compraba despreocupadamente y ahora se la da 20 vueltas antes de adquirir una prenda", expresa la encargada, quien comenta que "la rebaja va aumentando progresivamente a lo largo del verano, pero este año ya, desde el primer día, nos preguntaban por el 70% e incluso llamaban por teléfono para saber cuando aumentaba el descuento". Hay quien ni siquiera se atreve a pisar la tienda. La empleada explica que el descenso de las ventas se ha compensado un poco con la temporada de primavera.

En cambio, en la tienda Caramelo las rebajas han equilibrado la temporada de primavera que ha sido "flojita" con respecto a otros años, aclara Lola, encargada de la tienda. "Ha sobrado más mercancía por lo que en rebajas se han podido ofrecer más modelos y tallas", explica le encargada del local. Para paliar los efectos de la crisis, los establecimientos han apostado por rebajas más fuertes y agresivas de hasta el 70% , como es el caso de la tienda de ropa interior Intimissimi en las prendas de lencería, pijamas y básicos. Su directora, Aurora Estepa, afirma que este año, gracias a "una clientela fiel y a unas rebajas más agresivas", ha habido un leve crecimiento de ventas con respecto al año pasado.

En la zapatería Antonio Ortiz de la calle Tetuán también se ha apostado también por fuertes rebajas, aunque "en comparación con otros años si se ha notado un descenso, admite Ana, dependienta del establecimiento: "Sin embargo, siempre que la gente ve un buen zapato a un precio barato se compra".

Donde no se ha notado la crisis ha sido en el imperio Inditex. Una encargada de Zara de la sección masculina lo confirma: "Las ventas ha sido iguales que las de otros años". Sólo los fuertes resisten.

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