"Todo comenzó un día cuando en el bar El Hipódromo necesitaban un DJ, yo me enteré de la plaza vacante y, sin tener la más mínima experiencia de disc-jockey, me presenté, me hicieron una prueba y me acepataron". De esta forma inició su carrera de pinchadiscos Umberto Álvarez Ruiz, actual DJ de la terraza Alfonso.

Nacido en 1980, es conocido artísticamente como DJ King, apodo de uno de sus amigos de infancia y que él repetia con mucha frecuencia. De jueves a domingo pincha de 200 a 250 discos de música comercial, latina, pop, house y pachanguera. Tras ocho años de experiencia, dice estar más que contento porque le gusta lo que hace: "La música es mi afición".

Admite que por ser DJ ha sacrificado y renunciado a muchas cosas, como no salir con sus amigos, no ir a la playa los fines de semana y hasta tener peleas con su novia. Pero también ha ganado otras, porque siendo DJ por las noches se convierte en el centro de atención y el ambiente depende de él, conoce a muchas personas y además recibe buena remuneración porque la hora de trabajo se la pagan a 18 euros. Para Umberto Ruiz, trabajar de disc-jockey no resulta nada fácil porque es algo que no se hace sólo de noche, sino que de día, cuando dispone de tiempo para descansar, tiene que dedicarse a escuchar música para actualizar su conocimiento sobre los nuevos ritmos y poder ofrecérselos al público en las noches siguientes.

Para ser DJ, agrega, se deben tener nociones de psicología para poder conectar exitosamente con las personas que acuden a terrazas y discotecas en busca de soltarse el pelo. De día, Umberto trabaja como técnico comercial para la empresa Construred y hace deporte,sobre todo fútbol.

También trabaja como productor de música electrónica, porque entiende que el trabajo de disc-jockey es pasajero y llega un momento en que la edad y el cuerpo no resisten tantas malas noches. Su experiencia le ha llevado a pinchar en otras ciudades andaluzas, como Cádiz, Huelva y Málaga, y ha amenizado conciertos y festivales, ganando premios que le has llenado de satisfacción y orgullo.