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Calle Rioja

Un pellizco en el corazón de las rebajas

  • Vocación. Lucía y Christian son dos jóvenes bailaores que al mediodía sorprenden con su estilo y recursos a los viandantes y turistas que pasan por la zona comercial de la Campana

La joven bailaora , en plena actuación entre turistas en la Campana.

La joven bailaora , en plena actuación entre turistas en la Campana. / Antonio Pizarro

ALLÍ estaban, como un reloj. Quiero decir que estaban a la misma hora que un día antes los vi actuar ante un público entusiasmado. En uno de los intervalos, les pregunté sus nombres. Lucía tiene 18 años y Christian, 16. Su frescura evoca los tiempos de Antonio y Rosario.

En la calle Relator coincidí con José María Conget. Nos intercambiamos información sobre la película que vimos en el Avenida. Este aragonés itinerante y cinéfilo vio el testamento de Agnes Varda, protegida de la lluvia del tiempo con los paraguas de Cherburgo. Nosotros vimos la última de Jim Jarmusch, que hace casi cuatro décadas estuvo en Sevilla en un ciclo que el festival de cine dedicó al new wave, la nouvelle vague en clave neoyorquina.

La mañana era de escritores. En Regina coincidí con Eduardo Jordá. Fuimos por José Gestoso y torcimos por Arguijo, donde está el colegio de las Teresianas. Hablamos de Atín Aya, el Levi Strauss de la marisma. Y lo invité a acercarse hasta la Campana por si se repetía el prodigio. Allí estaban ante el público más difícil,el señor de la intemperie, esos dos jóvenes centauros del baile.

Se colocaron junto al cartel de Rebajas de Zara, trozo de la Campana que une Alfonso XII con O’Donnell. En el Duque giran los autobuses turísticos, el verde y el rojo de Enrique Ybarra, que encarnará a uno de los reyes magos en el vigésimo aniversario de su empresa. Los turistas hacían fotos desde la azotea de los troles.

Colocan un sombrero rojo para que el respetable público deposite las voluntades. Un día antes, en el descubrimiento de la pareja, pasó por allí un ramillete de personajes relevantes de la ciudad. Los vio bailar Jerry Johnson, que fue cónsul honorario de Estados Unidos en Sevilla. Acaba de volver de Estados Unidos de visitar a su hija Victoria y sus nietos. Especialista en Juan Ramón Jiménez, se casó con Pilar Marín, una salmantina que hizo la tesis sobre Hemingway y John dos Pasos. Mestizaje de escritores.

Pasa José María O’Kean, catedrático de Economía. Hijo y hermano de sastres vinculados con la hermandad del Valle. Uno de los economistas más brillantes de la ciudad junto a Juan Torres o Pepe Vallés, el catedrático que fue concejal y preside la Academia de Ciencias Regionales que tiene entre sus miembros a Manuel Clavero Arévalo.

Un cónsul, un economista y para hacer más poliédrico el público una poeta como la copa de un pino. “Borbotones de ayes que corren asimétricos / en la escueta pelea de la palabra justa / y a tropezones llegan a lo terso del aire”. Versos del poema Cante jondo del libro Tótem que Rosa Díaz publicó en 1985. Esposa y madre de concejales andalucistas –Juan Ortega y Rosa Ortega–, publicó su antología poética con el título La palabra vivida con edición de José María Barrera.

El cuarteto de fugaces espectadores en los dominios que fueron del bar Tropical que regentó Pepe Pinto –todavía quedan secuelas gráficas en la administración de loterías– lo completa Luis Carlos Peris, periodista con ventana abierta todos los días junto a la puerta de este periódico de la calle Rioja, que no debe su nombre al vino de la tierra homónima, sino al poeta Francisco de Rioja (1583-1659), coetáneo de Juan de Arguijo (1567-1623), titular de la calle que atravesé con el balear de Sevilla Eduardo Jordá. Rioja y Arguijo, contemporáneos de Lope y de Cervantes.

Lucía y Christian hacen varios pases y combinan en su baile música clásica con sevillanas, que hacen las delicias de los extranjeros. El sombrero no tiene tres picos pero ahí está a ras de tierra para remunerar el arte del esfuerzo, que en su caso acompaña siempre al esfuerzo del arte. El trasiego es permanente. Han terminado de colocar los toldos en la Campana, aunque todavía quedan las grúas del bajo palio térmico de la ciudad.

Los autobuses no dejan de pasar. El 13 y el 14 salen del Duque a sus respectivos destinos. El 27 y el 32 circundan la plaza entera para salir de la misma Campana, junto al quiosco de Curro. El toldo es el único resquicio de escenario. Sale la gente de las rebajas camino de sus quehaceres. Esta vez, le digo a Jordá, Heráclito se equivocó. El mismo agua del baile ha vuelto a pasar por el mismo río. A las doce y media, Lucía y Christian en los carteles del aire, en los programas del sueño.

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