Sevilla

Una persecución con dos detenidos deriva en un conflicto entre mandos de la Policía

  • En la intervención participaron agentes de Sevilla y Dos Hermanas, pero en las diligencias se atribuye todo el mérito a estos últimos

Un policía detiene a uno de los aluniceros.

Un policía detiene a uno de los aluniceros. / DGP

Una persecución con dos detenidos provocó el pasado lunes un conflicto entre mandos policiales de Dos Hermanas y Sevilla. Fue la detención de dos aluniceros que acababan de asaltar el Carrefour de Montequinto, de donde habían sustraído varios teléfonos móviles y videoconsolas tras empotrar un Seat Ibiza (robado precisamente a un agente de Dos Hermanas) contra la puerta de la zona de carga. El vigilante de seguridad llamó al 091 y se activó en ese momento un dipositivo para tratar de dar caza a los ladrones, que se dieron a la fuga a toda velocidad en un Volkswagen Touran, también sustraído.

La persecución los llevó primero a Utrera y después de vuelta hacia Sevilla por la A-376. Los aluniceros se salieron de la autovía en un camino rural de Alcalá de Guadaíra y sufrieron un accidente. Dos de ellos fueron detenidos. En la persecución participaron policías de Sevilla, Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra. De hecho, el aviso lo recibió la sala de Sevilla porque el Carrefour de Montequinto está todavía en término municipal de la capital. Un patrullero de Dos Hermanas se encontraba cerca y acudió a la llamada. La persecución, y los posteriores arrestos fueron hechos en concreto por esta patrulla de paisano de Dos Hermanas y dos de Sevilla, una de la Brigada de Seguridad Ciudadana y otra del Grupo Operativo de Apoyo (GOA).

Sin embargo, en las diligencias –y también en la nota de prensa oficial– se atribuye todo el mérito a los agentes de la comisaría de Dos Hermanas. Fuentes del caso apuntan que incluso algunos policías de esta comisaría que no participaron en la persecución llegaron al lugar de los hechos cuando los sospechosos ya habían sido arrestados, los sacaron del coche y se hicieron fotografías simulando la detención para luego facilitarlas a los medios de comunicación. Sus compañeros de Sevilla les solicitaron después las imágenes, pero nunca las cedieron y las vieron una vez publicadas en prensa. Incluso aseguran que los jefes de Dos Hermanas quisieron llevar a los detenidos a sus calabozos y no a los de Sevilla, como se hizo.

Este asunto ha generado un profundo malestar entre los policías de Sevilla, que aseguran que ya sufrieron algo parecido en otra persecución en la que fue detenido otro alunicero, José C. M., el Cheíto. La intervención se inició en Dos Hermanas pero terminó en Sevilla y en la detención participaron numerosos agentes de la capital. Sin embargo, sólo fueron condecorados con cruces al Mérito Policial con distintivos blancos los de la comisaría de Dos Hermanas. Las medallas son propuestas por cada jefe, y en aquel caso los policías de Sevilla no recibieron el mismo trato por parte de sus superiores que los del municipio nazareno.

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