Calle Rioja

La tarde que Trifón volvió a Santa Marina

  • Historia. El pediatra José Javier Ruiz Pérez presentó su libro de ‘callejeos’ por la Macarena y la calle Feria en un histórico inmueble que fue palacio de los Guzmanes y cine de verano Arrayán

El doctor José Javier Ruiz Pérez, durante la presentación de su libro en el Palacio de los Marqueses de La Algaba.

El doctor José Javier Ruiz Pérez, durante la presentación de su libro en el Palacio de los Marqueses de La Algaba. / Juan Carlos Muñoz

TRIFÓN volvió a Santa Marina 66 años después. Rogelio Gómez asistió el lunes en el Palacio de los Marqueses de La Algaba a la presentación del libro Callejeos por la Macarena y Feria, quinto de los recorridos escritos por el pediatra José Javier Ruiz. Rogelio es uno de los protagonistas. Muchos de los clientes que pasan por La Flor de Toranzo, en Jimios esquina con Joaquín Guichot, desconocen esta historia. Trifón es una derivación de Triunfo Venancio por nacer el 1 de abril, festividad de San Venancio. El cántabro del valle del Pas, padre de Rogelio, cumplía años el mismo día que el autor del libro, sevillano de 1964, el año del gol de Marcelino a la Unión Soviética y de la coronación de la Macarena. Esto último le concierne mucho más, una palabra que llena las páginas de un libro que empieza y termina en el arco de la Macarena.Trifón se colocó en la tienda de ultramarinos El Reloj y en 1942 estableció la tienda La Flor de Toranzo junto a la calle San Luis, en la placita que da entrada a la iglesia de Santa Marina de la que sale el Resucitado. Allí estuvo la tienda hasta 1953. Rogelio recordaba cuando iba a uno de los dos cines que daban a la plaza del Pumarejo, el Esperanza y el Esperanza Viejo, también conocido como el Picaíto. Levantados en un edificio que se construyó, según el autor, “para tahonas reales en 1785 para abastecer de pan a la ciudad y al ejército”.

Los cuatro primeros Callejeos se los editó José María Toro en Guadalturia. La muerte del editor, representado por Pilar, su viuda, obligó al pediatra a optar por la autoedición. Al acto acudió Rafael Belmonte, en una de sus primeras presencias como nuevo portavoz adjunto del grupo municipal del PP en sustitución de María del Mar Sánchez Estrella. Apellido principalísimo el del concejal en el atlas del libro, nieto de Rafael Belmonte, médico y hermano del torero Juan Belmonte que nació en la calle Feria, como la que hay “quince o veinte calles semejantes, no son más”, por el mundo, tal como escribía Manuel Chaves Nogales en su libro Juan Belmonte matador de toros.

El doctor Ruiz Pérez forma parte de una fértil plétora de médicos escritores: Chejov, Baroja, Luis Martín Santos... Sin salir de Sevilla, Francisco Gallardo, Ismael Yebra, que le presentó sus Callejeos por San Nicolás y San Isidoro y estuvo en el palacio de los Marqueses, la estela de Juan Ramón Zaragoza Ruvira, médico que ganó el Nadal. Estuvo rodeado de amigos, familiares y colegas. Entre éstos, su maestro en la pediatría, Manuel García Martín, trianero aficionado por las cosas de la Macarena.

Ruiz Pérez es un sevillista que se crió en Heliópolis. El contrapunto de José el de la Tomasa, un bético que todos los días, cuando se asoma a la calle Feria lo primero que ve es el toldo de la Peña Sevillista Macarena. José Giorgio, nombre del cantaor, podría irse a vivir al Palacio de los Marqueses de La Algaba. Desde uno de los patios se ve el cartel de la Peña Cultural Bética Barrio de la Feria, con sede en la calle Arrayán, la misma donde se crió el mítico capitán del Sevilla Pablo Blanco, según la biografía del futbolista de Luis Carlos Peris, presente en el libro por su hermosa definición de Parras, “calle mayor del macarenismo”. Perpendicular a Relator, donde quedan dos vestigios antropológicos, la carbonería de Luis Astola y la taberna de Gonzalo Molina, personajes de novelas de Zola o de Blasco Ibáñez. La logística la llevó Esperanza Alcaide, de la librería El Gusanito Lector, faro de Gutenberg en Feria.

El Palacio debe su nombre a donJuan de Guzmán, primer señor de La Algaba. En el siglo XVII los Guzmanes dejan el palacio y se van a La Algaba. El séptimo marqués quedó sin descendencia y el marquesado pasó a la Casa de Alba. Después de la guerra, el palacio acogió el cine de verano Arrayán. El palacio da a la plaza Calderón de la Barca que captó Atín Aya en una foto de los ochenta de su libro Sevillanos. Macarena y Feria, mágicas pependiculares, aroma de armao.

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