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Dos tiras que facilitan la tarea

  • Una sevillana afincada en Cádiz ha patentado un sistema que persigue que los hombres dejen de tener problemas inoportunos a la hora de colocar un condón.

Poner un preservativo puede ser mucho más fácil gracias a un sencillo sistema que ha patentado en España una empresaria española y que, gracias a dos simples tiras, puede hacer que desde los ciegos a los nerviosos dejen de tener problemas inoportunos a la hora de colocar un condón.

María Angeles Machuca, una empresaria sevillana afincada en Cádiz, que ha patentado este sistema en España y que ultima los trámites para hacerlo en Europa, lleva tres años trabajando en este artilugio, que únicamente tiene ahora dos competidores en el mundo, una persona que lo ha creado en Estados Unidos y otra en China.

"Se le ocurrió a un amigo mío que es ingeniero de caminos, un día que estábamos charlando me dijo que había pensado que eso de los preservativos sería más fácil con dos tiritas. Yo pensé que era una idea genial y la desarrollé", cuenta la empresaria, de 54 años.

Machuca cree que la idea tiene futuro porque, "además de ser algo nuevo y diferente", "tiene mucha utilidad" ya que, dada su facilidad, dejará de convertir el momento de ponerse el preservativo en "algo aburrido", además de facilitar la tarea a muchas personas, "como los ciegos", que no tendrán más que abrir el paquete y encontrar las tiras.

"Además es mucho más higiénico", señala la empresaria, que asegura que en Estados Unidos "llevan ya más de un millón de preservativos vendidos" y que en China se ha convertido en "el producto estrella".

Ella, tras materializar a través de distintas pruebas el sistema, ha pasado todo el papeleo para lograr la patente en España y en Europa, dentro de un largo proceso en el que ha contado con una subvención del Ministerio de Industria de un total de 2.000 euros y en el que descubrió que había otras dos personas en el mundo a las que se les había ocurrido lo mismo.

Ahora está en el proceso de lanzar el producto al mercado europeo, aunque no le importaría vender la patente porque "la verdad que éste no es nuestro tema. Esto ha surgido como una diversión, como un juego, pero se puede llevar a la realidad".

Mientras tanto baraja posibles nombres para el artilugio y posibilidades de llevarlo a los consumidores con alicientes añadidos, como vistosos colores a juego con las cintas.

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