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La sustracción de estupefacientes en la jefatura La investigación judicial

Una unidad bajo sospecha

  • Los sindicatos policiales exigen la "máxima celeridad" en el arresto del culpable para no enturbiar la extraordinaria labor de la Udyco en la lucha antidroga

El malestar entre los 50 agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Sevilla sigue creciendo, a medida que pasan los días y sin que se resuelva el robo de los más de 100 kilos de cocaína y heroína que permanecían almacenados en unos antiguos calabozos de la Jefatura Superior de Blas Infante.

Desde un principio, cuando un juzgado de Sevilla detectó la sustracción de la droga al ordenar la práctica de un contraanálisis de un alijo, todas las sospechas se han centrado sobre los funcionarios de la Udyco. Las características del robo, que se ejecutó de forma gradual durante los últimos meses y sin forzar los tres cierres de seguridad que existen hasta llegar a las drogas, así lo acreditan y eso es precisamente lo que están analizando los agentes de la unidad de Asuntos Internos que desde hace varias semanas buscan al garbanzo negro que se ha detectado en uno de los grupos que ha cosechado importantes éxitos en la lucha contra el narcotráfico desde su creación.

Las investigaciones policiales están muy avanzadas pero todavía no se ha producido ninguna detención, un aspecto que algunas fuentes del caso atribuyen al hecho de que se están reuniendo las distintas pruebas de cargo contra la persona que puede ser considerada como responsable de la desaparición de la droga y su sustitución por otras sustancias.

El secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Manuel Espino, reclamó ayer a los investigadores la "máxima celeridad" a la hora de concluir la investigación y detener al sospechoso de la sustracción de la droga. El dirigente sindical señaló que los miembros de la Udyco son unos agentes "íntegros y honrados", por lo que, a su juicio, demorar la detención del sospechoso sólo contribuye a generar "más estrés" en estos funcionarios.

Manuel Espino también abogó por investigar dónde ha podido acabar la droga que procedía de distintas intervenciones policiales y que ha podido regresar al mercado negro, donde las sustancias sustraídas alcanzan un calor de unos cinco millones de euros.

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