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Amagar sin dar de verdad

  • Reacción sevillista tras un flojo primer tiempo, pero sin 'punch' para empatar

Amagar sin dar de verdad

Amagar sin dar de verdad

El Sevilla se vino de vacío de Barcelona con una sensación bastante agridulce. Después de una primera parte bastante floja, el cuadro de Eduardo Berizzo tuvo la actitud suficiente para llegar vivo hasta el final del partido, pero le faltó generar ocasiones de peligro reales dentro de su valentía para haberse podido traer, al menos, un empate, pues cuando dejó de pensar tanto en el rival fue cuando con Pizarro al mando, en el segundo acto, el cuadro de Nervión ofreció resistencia a un conjunto azulgrana que en los primeros 45 minutos había estado muy cómodo en el campo, con Messi, Rakitic e Iniesta a sus anchas ante un doble pivote (N'Zonzi-Pizarro) más preocupado de seguir sus marcas que de generar fútbol, función donde Banega estuvo demasiado fallón. Así, el argentino conectó poco con Muriel, que dejó buenas sensaciones, y tampoco estuvo acompañado por Sarabia ni Jesús Navas. Los cambios, dos de ellos obligados por molestias, tampoco modificaron el dibujo, sólo las piezas -¿por qué no pasó Sarabia a la derecha por un Jesús Navas gris?- y la tónica varió poco en un partido en el que el Sevilla fue de menos a más.

Defensa

En el primer acto, el Sevilla saltó al campo muy preocupado del rival -lógico sólo hasta cierto punto- y estuvo cerca de pagarlo caro, con tres ocasiones seguidas del Barcelona en los primeros cinco minutos. Messi campaba como quería por el borde del área aprovechando el hueco que dejaba el doble pivote sevillista y Jordi Alba y Semedo percutían una y otra vez por los costados de Corchia -siempre muy pendiente de Iniesta- y Escudero, quien estuvo poco afortunado a la hora de intentar controlar un balón que acabó en gol de Alcácer cuando su equipo se había despojado del acoso del rival.

Tras el regreso de la caseta, Kjaer acabó engullido y por problemas físicos fue cambiado por un Geis que no desentonó. Lenglet cumplió de forma aseada y los apuros llegaron ya con el Sevilla volcado en busca del empate.

Ataque

El Sevilla buscó la conexión de Banega con Jesús Navas, Sarabia y Muriel, pero sólo el colombiano ofreció peligro real y rozó el gol en dos ocasiones. Además, los de Nervión, con 2-1, estuvieron muy estáticos para generar peligro con el balón, de ahí que no gozaran de ninguna ocasión clara para haber empatado. Berizzo apostó por la entrada de hombre por hombre y dio una oportunidad a Nolito, con pocos apoyos siempre, pues Ben Yedder apenas apareció, Banega estaba desenchufado y por la derecha sólo Corchia, con sus internadas, creó algo de peligro. Así, el Sevilla vivió hasta el final y tuvo valentía, pero le faltó punch para haberle metido el miedo, de verdad, al Barça.

Virtudes

Llegar vivo hasta el pitido final.

Talón de aquiles

Sólo Pizarro estuvo más que entonado en un doble pivote en el que N'Zonzi pierde potencial por estar demasiado pendiente de las tareas defensivas.

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