El fútbol español vive momentos cruciales. Esta martes, a partir de las 16:00, se reúne en el Congreso de los Diputados la Comisión de Cultura y Deporte que debe valorar el articulado del proyecto de la nueva Ley del Deporte que ha provocado un cisma no ya entre la mayoría de clubes y Real Madrid, Barcelona y Athletic Club (que siguen siendo clubes deportivos y no sociedades anónimas), sino entre LaLiga y el PP y el PSOE. Fútbol y política al más alto nivel, con muchos dedos acusadores señalando a Florentino Pérez como mano que dirige a los políticos. Y LaLiga también se reunió el 17 de octubre con el ministro del ramo, Miquel Iceta, y descartaron en un principio el parón.

El asunto concierne a la mayoría de los clubes que conforman LaLiga, es decir 17 de Primera División, salvo los tres mencionados, y 22 de Segunda División. Este grave cisma incluso puede llevar a una huelga de la patronal de clubes para que se pare la Liga esta jornada próxima, la decimosegunda, y cuando apenas quedan tres para el parón del Mundial en noviembre y diciembre.

En un principio, PSOE y PP habían aceptado las enmiendas al articulado para satisfacer las solicitudes de la mayoría de clubes, que entienden que la nueva ley puede socavar los derechos de la competición y de los equipos, que quedarían al pairo de arbitrariedades de los más poderosos, según su visión. Pero justo antes de la Comisión del Congreso que revisará el texto las retiraron ¿Cuáles son los asuntos de la discordia?

En primer lugar hay que destacar que detrás de todo está la amenaza latente de la Superliga, con la que el Real Madrid y el Barcelona pretenden tener más ingresos realizando una competición europea aparte con los grandes del Viejo Continente. Esto ya se derribó en su día, y ha sido rechazado por LaLiga y por la UEFA. Incluso el Gobierno y la Unión Europea se han posicionado en contra.

La amenaza de la Superliga

Pero en el nuevo articulado se suprime que LaLiga tenga potestad para realizar un informe vinculante por el que la RFEF puede retirar las licencias a los clubes que se salgan del carril, es decir, que algunos de los clubes que están bajo el marco regulador de la Federación podrían seguir jugando la Liga o la Copa del Rey mientras abren su participación a otras competiciones que no están reguladas por la UEFA. Verbigracia, la Superliga. La Unión Europea, después de que a Florentino Pérez le fallase su plan inicial de la escisión de la Superliga, ya recomendó que se articularan leyes para evitar tal desaguisado, que incentivaría el crecimiento de unas competiciones sobre otras: la Superliga se quedaría con el trozo grande de la tarta en detrimento de las ligas nacionales y la Champions o la Europa League.

El poder regulador de la RFEF

Asimismo, los clubes que amenazan con parar la Liga protestan ante la eliminación en el nuevo articulado del informe preceptivo y vinculante de la patronal de clubes, o sea LaLiga como institución, para que la Real Federación Española de Fútbol pueda realizar cambios y modificaciones en las competiciones bajo su amparo y su marco regulador: la Liga y la Copa del Rey. De esta forma, si sale adelante la nueva Ley del Deporte sin la enmienda que recuperaría ese informe vinculante, la RFEF podrá actuar de forma autónoma para modificar los reglamentos de las competiciones sin consultar a los clubes previamente.

La autonomía económica y el CVC

Otra enmienda que en principio iban a apoyar PSOE y PP está referida a la autonomía económica de los clubes que conforman LaLiga, los clubes profesionales de Primera y Segunda División. Con el nuevo articulado, por ejemplo, los clubes entienden que no podrían implantar una vía financiera como la que aprobaron con el fondo CVC para mejorar la gestión de los ingresos televisivos y dirigirlos, de forma consensuada,a las necesidades competitivas, económicas y de financiación de dichos clubes. Es decir, se desbarataría la posibilidad de la vía de financiación abierta con el CVC que fue como un maná en plena crisis de ingresos por el receso económico general y el de la pandemia del Covid-19 en particular. 

En particular, con la nueva ley desaparecería el artículo que blindaba la venta conjunta de los derechos comerciales de LaLiga, entre éstos los derechos de televisión, mientras que la Federación sí podrá seguir gestionando los derechos comerciales del fútbol no profesional.

Curiosamente, Real Madrid y Barcelona, también el Athletic, se salieron de ese consenso sobre el CVC, al entender que la mayoría gestionaba así los ingresos de forma consensuada menoscabando la capacidad individual de estos clubes de gestionar sus propios ingresos. Lo más paradójico es que el Barcelona, con sus famosas palancas financieras, abrió una línea de crédito similar a la del CVC con sus ingresos de los derechos televisivos de LaLiga, con la aquiescencia de Javier Tebas, que está claramente posicionado contra el articulado de la nueva Ley del Deporte.

La mano de Florentino

Muchos clubes y algunos medios de comunicación señalan a Florentino Pérez como el verdadero poder fáctico que está manejando a PSOE y PP para que apoyen el articulado íntegro de la nueva Ley del Deporte, desechando las enmiendas previstas en un principio para matizar esos aspectos que el resto de clubes entienden claves.

Tanto es así que incluso según El Confidencial, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, ha rechazado reunirse con los representantes de LaLiga para hablar de las enmiendas retiradas después de almorzar con el presidente del Real Madrid.

Reuniones en LaLiga

Esta semana será decisiva. Según lo que apruebe la Comisión de Cultura y Deporte del Congreso, paso previo para que el proyecto de la ley se lleve al pleno del Congreso para su aprobación, los clubes tomarán una decisión. En primer lugar está prevista una reunión este miércoles de la Comisión de la Liga para tratar el asunto y presentarlo ante la asamblea de LaLiga que se celebrará el jueves. Reunión a la que según algunas fuentes no se presentarán Real Madrid, Barcelona y Athletic. Si el articulado sigue tal cual sin las enmiendas, los 39 clubes podrían parar la Liga, con lo que no habría fútbol este fin de semana ya... 

Así, la Comisión de Cultura y Deporte del Congreso será decisiva, en cierta manera, porque la ley iría luego al Congreso y al Senado y aún podría haber rectificaciones en un proceso más amplio. Los partidos deben decidir si apoyan o no el articulado completo de la ley. Podemos se ha expresado en contra, pese a ser socio de Gobierno del PSOE. Según Relevo, Ciudadanos y Compromís sí apoyan una de las enmiendas, así como Podemos. Pero los votos de PSOE y PP son los que decidirán.