La apasionada hinchada argentina está muy preocupada por el estado de salud de uno de sus mitos, el carismático Carlos Salvador Bilardo. El ex selecionador de Argentina en en el Mundial 86, en el que fue campeón, fue ingresado el jueves por la noche en una clínica privada de Buenos Aires. Entrenador del Sevilla en la temporada 92-93, en la que tuvo a sus órdenes a Maradona y a Simeone, el Narigón dejó una profundísima huella en Nervión pese a su efímero paso y a que ni siquiera logró clasificar al equipo para la UEFA en una temporada que levantó grandes expectativas.

Bilardo fue hospitalizado tras sufrir "un fuerte malestar" y un cuadro depresivo, precisó la agencia de noticias Télam. Lógicamente no podrá ir a comentar el Mundial, como tenía previsto. El Instituto Fleni, donde está internado, no emitió aún ningún parte médico sobre su estado de salud. Sin embargo, desde Argentina aseguran que padece hidrocefalia crónica del adulto, una enfermedad degenerativa relacionada con la demencia. E incluso que podrían tener que colocarle una válvula ventriculoperitoneal.

El estado de Bilardo, de 79 años, ha provocado un sinfín de mensajes de ánimo en las distintas redes sociales, sobre todo por parte de deportistas y aficionados argentinos. En su país, pese a las fuertes controversias que ha suscitado con otro icono como César Luis Menotti, tiene el respeto de haber sido el artífice del título mundial de 1986 y de subcampeón en 1990. El Sevilla, al que dirigió cuatro partidos también en 1997 antes de dimitir, fue su única etapa como profesional fuera de América, junto con una corta aventura en Libia.