El partido del Sevilla | Análisis

Todas las victorias valen

Informe Técnico

Informe Técnico / Departamento Infografía

Se podrá decir que sin brillo, sin avasallar al rival y con éste disfrutando de más ocasiones en el cómputo global (tampoco muchas), pero también que ganar cualquier partido cuesta muchísimo trabajo en el fútbol de la máxima competición, que Lopetegui tuvo que improvisar un sistema defensivo nuevo y que los partidos duran 90 minutos más el descuento, no lo que quiere el aficionado más o menos impaciente.

El Sevilla obtuvo un triunfo de doble valor por las dudas que se sacude –bastaba ver el grito de liberación de Lopetegui al pitar el final De Burgos Bengoetxea– y por las condiciones en las que llegaba a la cita en Balaídos. Fue a más el cuadro nervionense en la plomiza tarde viguesa, en la que fue práctico y efectivo, justo lo que se pide para ganar en una liga exigente como la española.

Defensa

Las bajas al unísino de Koundé y Diego Carlos eran un hándicap y Lopetegui lo resolvió, primero, reforzando el pasillo central con un falso extremo como Óliver Torres, quien venía a cubrir las continuas excursiones de Gudelj entre los centrales, una figura que siempre le dio a Lopetegui el serbio la posibilidad de generar superioridades, a veces en la salida del balón y a veces defendiendo en bloque medio o bajo. Esa fígura híbrida hacía que Fernando y Rekik se encontraran más protegidos y a la postre cumplió su cometido, al menos en fase defensiva, pues el Celta apenas se acercó al área de Bono y la única ocasión de la primera parte fue un tiro exterior de Denis Suárez.

Diferente fue en la segunda mitad, en la que las basculaciones defensivas no tuvieron toda la coordinación necesaria y eso dio origen a espacios libres en la zona próxima a Jesús Navas. Por ahí llegaron algunas opciones del Celta, como el mano a mano de Santi Mina con Bono.

Ataque

Lopetegui buscó control por dentro, pero finalmente no lo encontró con Óliver Torres por la izquierda sino con Suso por la derecha, a la antigua usanza. Ese Sevilla reconocible con el gaditano buscando el hueco y el tiro de su zurda hacia dentro y Ocampos en la izquierda fue el que salió al rescate en una tarde en la que el ataque estático no fue muy fluido por los escasos movimientos que se dieron. El gol llegó en una carambola, pero era evidente que con la salida de Suso el equipo de Lopetegui buscó más esos caminos en una fase en la que el Celta empezaba a desprotegerse por el centro en busca de dar un paso adelante.

Virtudes

Buena interpretación de nuevas formas de competir. Para el Sevilla era un reto estrenar un nuevo sistema defensivo y estaba muy presionado, pues cualquier error iba a ser una grieta por la que las críticas iban a entrar como una cuña.

Otra de las virtudes fue la efectividad. Máxima. Y eso se paga en el fútbol de élite.

Talón de Aquiles

Aunque cualquier partido es complicado, ello no es eximente para desear una mayor fluidez. Faltó profundidad y llegada, aunque las piezas en muchas de las zona del campo eran diferentes a las habituales.

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