Después de unos días de oportuno descanso, el Sevilla empezó a trabajar para preparar el saturado y exigente calendario que le aguarda hasta que concluya el mes de abril, con cinco partidos de Liga, los dos de cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Bayern Múnich y la gran final de la Copa del Rey, precisamente ante su rivval del próximo Sábado Santo en el Ramón Sánchez-Pizjuán, el líder Barcelona (20:45).

Vincenzo Montella retomó el trabajo con su plantilla en una suave sesión vespertina en la ciudad deportiva, con 20 minutos de gimnasio y posterior trabajo en grupo en dos de los campos exteriores de la ciudad deportiva.

En espera de que retornen los internacionales, después de que hoy mismo concluya el calendario de amistosos fijado por la FIFA, el gran protagonista de la sesión de ayer fue Jesús Navas, que al fin se pudo ejercitar con normalidad junto a sus compañeros. Sin duda fue una gran noticia para Montella, el artífice de que el palaciego haya multiplicado su rendimiento al colocarlo en el lateral derecho desde que Corchia se lesionó en Cornellá.

El internacional y campeón del mundo había sorprendido por su excelente rendimiento en el costado de la zaga derecha, pero sufrió una rotura muscular ante el Atlético de Madrid, en la jornada 25ª, y no ha podido tomar parte en los partidos de Liga ante el Málaga, el Athletic, el Valencia y el Leganés, así como en la vuelta ante el Manchester United en Old Trafford.

Ahora, Vincenzo Montella tendrá que evaluar, en las cuatro sesiones matinales que tendrá con la primera plantilla entre hoy y el Viernes Santo, si Jesús Navas ha recuperado el tono físico mínimo para competir ante un rival de la máxima exigencia posible, como es el líder e invicto Barcelona de Valverde y de Messi.

Ese importantísimo partido ante el Bayern en Nervión, apenas tres días después de que el Barça comparezca, también va a condicionar los planes del entrenador italiano, que igual prefiere reservar a Navas para la Champions.