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Koundé y los cantos de Madrid y Barça: deseos frente a deudas

Koundé realiza un poderoso salto ante Óliver Torres en un entrenamiento de la pasada campaña.

Koundé realiza un poderoso salto ante Óliver Torres en un entrenamiento de la pasada campaña. / Antonio Pizarro

Julen Koundé expresa cada vez más alto su deseo y el mercado del fútbol plasma cada vez más nítidas sus realidades. Entretanto, el Sevilla, uno de los cinco clubes europeos que mejor ha paliado la crisis del Covid-19 según KPGM, y único club español que ha crecido en este dificilísimo año 2021, según Brand Finance, mantiene elevadísimas sus expectativas con el joven central galo. Entre otras cosas porque se siente fuerte en ese mercado que ahora mismo está absolutamente varado, amenazando ruina por el acumulado de dos temporadas condicionadas por la crisis del coronavirus y con la Eurocopa en ciernes como compuerta que, por ahora, retiene el flujo de liquidez entre los grandes clubes.

José Castro volvió a reiterar cuál va a ser la intención del Sevilla en medio de un mercado que prevé "complicado". El verano, que ni siquiera ha empezado, va a ser larguísimo y los primeros movimientos son de cambios de clubes de agentes libre, sin traspaso. Que el Barcelona haya fichado sin coste a Agüero, que ni siquiera era ya titular en el Manchester City, y a Eric García, otro futbolista que ha jugado poco aunque tiene una gran proyección y estará en la Eurocopa, muestra el camino de por dónde van los tiros... por ahora.

En una entrevista a Marca, el dirigente utrerano dejó varias pistas, tanto de cómo está la situación financiera de los grandes como de cuál será la intención del Sevilla en este contexto en el que aún no se sabe qué público habrá en la siguiente temporada, ni qué ingresos por entradas, abonos, patrocinios, derechos televisivos... aunque éstos sí están más o menos fijados tanto por la Liga como por la Champions. Y en esta encuentra el Sevilla una fortísima inyección moral y crematística para mantenerse firme ante las tentativas, muy tibias por ahora.

"No vamos a cambiar nuestra forma de proceder de vender si lo estimamos oportuno. Es nuestro sistema y no lo vamos a cambiar. Creo que hemos estado cerca de metas importantes tras no vender el pasado verano, aunque esto tampoco es sinónimo de éxito", dijo como argumento.

La realidad es que el Sevilla tiene que ajustar su presupuesto después del año largo de Covid y de temporada y media sin público... y con la incertidumbre abierta de qué va a suceder. Y para eso cuenta con realizar una gran venta. Es decir, a Koundé no lo va a traspasar por una cifra que no supere con creces la oferta que ya rechazó de 55 millones de euros.

El club de Nervión se pensaría empezar a escuchar ofertas que se acerquen a los 70 millones, diez menos que los 80 que marca su cláusula. Pero tampoco va a ceder a la presión del futbolista por mucho que éste cacaree en Francia su intención de dar el salto ya a "un club aún más grande", que "pueda fijar a principio de temporada lograr títulos como objetivo, algo que el Sevilla, lógicamente, no hace, porque no está obligado a ello, aunque "aspire a todo", como se encarga de repetir su presidente.

"Hablamos de un régimen económico interno de LaLiga, que será un estudio a tener en cuenta para que todos los clubes puedan bajarse un poco ese importe (el de costes de plantilla) para que podamos seguir funcionando hasta que todo vuelva a funcionar", argumentó Castro, que dejó otra frase durante la reunión de la CAP de las Grandes Ligas: "Uno de los ponentes dijo sarcásticamente que 12 de los 15 clubes que querían la Superliga iban mal económicamente. Qué casualidad". Y dos de ellos son, claramente, Real Madrid y Barcelona.

En la prensa afín de los respectivos gigantes empieza a surgir el nombre de Koundé como deseo. Y también fórmulas extrañas para convencer al Sevilla, como abaratamiento incluyendo a otros jugadores, cambios de piezas... Liquidez no tienen. Está por ver además qué pasa con la sanción de la UEFA por su tozudez en perseverar con la Superliga. Y en Nervión no van a aceptar ni trueques ni presiones. El verano será largo y complicado.

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