Cuando el Sevilla cerró el acuerdo con el Manchester United para la cesión de Anthony Martial el equipo de Julen Lopetegui estaba a cuatro puntos del Real Madrid y tenía 11 sobre su ahora más inmediato perseguidor, el Barcelona. La idea era dar un salto de calidad, intentar estar preparado por si el líder enlazaba un par de tropiezos y el sueño de pelear por la Liga podía convertirse en una realidad. Pero lo cierto es que el delantero francés, al menos hasta el momento, ha resultado un fracaso en su rendimiento teniendo en cuenta el elevado coste de una operación de una naturaleza que escapaba a todas luces a las posibilidades de la entidad de Nervión.

Se acaban de cumplir -este mismo viernes- justo dos meses y Lopetegui incluso ha variado el esquema de juego para tratar de encajar a un jugador que, probado en distintos puestos, aún no ha demostrado la calidad que se le presuponía. Podríamos decir que incluso en algunos partidos el Sevilla ha perdido parte de su esencia en el plano ofensivo con tal de encajar a un Martial que no se ha enganchado como, por ejemplo, sí lo ha hecho el otro refuerzo en el mercado de invierno, el mexicano Tecatito Corona.

Con un coste que se acerca al millón de euros al mes y sin posibilidad alguna de que su aventura en el Sevilla continúe la próxima temporada, Martial ha gastado ya casi la mitad de su estancia en Nervión y la inversión no se puede catalogar de buena. Lopetegui no se ha cortado y ya le ha dado un palito al francés, del que necesita que se acrive. “Martial ha llegado en invierno, tuvo una lesión, le está costando un poco. A los que llegan en invierno les ha costado un poco, recuerdo a Suso al principio, a Papu al principio… Y lo que queremos es ayudarle para que nos dé su mejor versión porque la vamos a necesitar. Pero evidentemente él también tiene que meterse en el ritmo del equipo y entre todos trataremos de ayudarle para que así sea”, dijo el técnico vasco tras el empate sin goles del equipo nervionense ante la Real Sociedad.

Los pitos aparecen en Nervión

Ese día, el último encuentro antes del parón y en el que el público del Sánchez-Pizjuán le dedicó ya una pitada al francés, Lopetegui lo alineó como punta de lanza sacrificando a En-Nesyri, que esperaba en el banquillo, mientras Rafa Mir era baja por lesión. La afición sevillista es sabia y, si bien se ilusionó sobremanera con la llegada de un jugador calificado de nivel top en Europa y le ha dado el tiempo que ha creído necesario de margen, proyectó sobre él la frustración que le produce ver cómo se acercan los rivales en la tabla y, también, cómo se evapora la oportunidad de apretar la clasificación por arriba y ver si el sueño es posible.

Martial eligió el Sevilla con el objetivo de relanzar su nombre y su fútbol y poder reengancharse en los planes de Didier Deschamps para estar en el Mundial de Qatar, pero lo cierto que el delantero galo está de momento muy lejos de poder conseguirlo. Y no ha sido porque Lopetegui no le ha puesto las herramientas adecuadas. Desde su debut ante el Osasuna en El Sadar jugador cedido por el Manchester United ha jugado pegado a la banda izquierda, también en la derecha y lo ha hecho en punta como primera referencia en la delantera. El técnico guipuzcoano, además, ha introducido variantes en su esquema habitual, en algunos partidos movido por las bajas en el centro del campo, pero también para tratar de encajar a Martial, pasando del habitual 4-3-3 que mejor interpreta el modelo de Lopetegui, a un 4-2-3-1 en el que los extremos tienen más verticalidad y menos obligaciones defensivas en detrimento de una mayor proyección a veces de los laterales aprovechando los movimientos que los extremos a pierna cambiaba realizaban hacia dentro cuando, por ejemplo, han jugado Suso y Ocampos, los que mejor han sabido interpretar este tipo de juego.

Martial ha jugado en el Sevilla en estos dos meses un total de 8 partidos (5 de Liga y 3 de Europa League), 6 de ellos como titular, anotando sólo un gol (ante el Dinamo de Zagreb) y dando una asistencia (a Rafa Mir en el tramo final del partido ante el Elche), sufriendo una lesión a los 20 minutos de juego en Cornellà ante el Espanyol que le hizo perderse otros tres encuentros, frente a Betis y Alavés en la Liga y en la vuelta ante el Dinamo en Zagreb.