Tánger se divide hoy en dos. Por un lado los aficionados del Barcelona, venidos de todas partes del mundo. Y por otro los aficionados Sevilla, que aunque en minoría, tendrán el apoyo de miles de seguidores del Real Madrid que viven en la ciudad marroquí.
La medina, llena de tiendas con las camisetas de las grandes estrellas, es un hervidero futbolístico por el que pasean muchos 'culés' y pocos sevillistas. "¡Vamos Sevilla!", exclama un vendedor con la camiseta del Real Madrid del malagueño Isco. Frente a él, otro comerciante le responde con claridad: "El Barça ganará por varios goles".
Ésta es una de las miles de conversaciones que se suceden estos días en Tánger, que se afana por preparar la ciudad para un partido histórico que se resume en una frase que pronuncia un sonriente guía turístico: "Hoy gana Marruecos".
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