El final de la concentración en Lagos deja dos jugadores señalados. Uno es Munir El Haddadi, único jugador de la primera plantilla disponible al que Lopetegui no dio ni un minuto en el partido ante el Angers y que apunta a que su futuro está fuera del Sevilla. Y el otro es Marcao, cuyo estado físico ha sido una desagradable sorpresa y que, tras ser la única incorporación hasta la fecha, sorprende que aún no se haya puesto siquiera la camiseta del Sevilla en ninguno de los tres amistosos ni para sentarse en el banquillo.

La situación de Munir viene de antiguo. El hispano-marroquí no encaja en el 4-3-3 del vasco porque no es ni un 9 ni un extremo, sino un segundo punta con difícil adaptación al modelo de juego. Además, el de El Escorial es el último superviviente de la era Caparrós como director de fútbol y su altísima ficha, ya que llegó casi libre del Barcelona –el Sevilla pagó un millón porque le quedaban 6 meses de contrato–, es un problema.

El jugador se ha negado hasta ahora a salir, pero puede verse obligado a hacerlo. Lopetegui, desde luego, le manda todos los mensajes habidos y por haber. Algunos clubes se han interesado, pero hasta la fecha él siempre ha rechazado salir.

El tema de Marcao preocupa. las especulaciones empiezan a dispararse y el propio club da informaciones contradictorias. Su ausencia en los amistosos en principio se dijo que era por seguir un plan especial para ponerse al ritmo del grupo (es lo que dijo Lopetegui) y otras versiones hablan de una lesión, de la que se desconoce la localización y el estado.