En las semanas previas al partido ante el Villarreal, el último antes del parón liguero por los partidos de las selecciones nacionales, los que trataban de justificar la opción de destituir a Julen Lopetegui argumentaban que una de las razones esgrimidas por los dirigentes sevillistas eran que el nuevo entrenador pudiera aprovechar el parón en la Liga Santander para poder trabajar con la plantilla.

Se dijo en las ondas y se leyó en los medios cuando la realidad de esta semana de trabajo ha demostrado que es una auténtica falacia, puesto que el entrenador guipuzcoano, aparte de que con los resultados abortó tal posibilidad, sólo pudo trabajar con menos de la mitad del plantel.

Lopetegui acabó el jueves con los entrenamientos de una semana en la que las sesiones han tenido que estar cargadas de jugadores canteranos. El lunes, por aquello de que los que fueron titulares en el Ciutat de Valencia ante los de Emery, sólo pudieron entrenar en campo 4 futbolistas del primer equipo: Suso, Rekik, Rakitic y Januzaj. El resto, entre lesionados, jugadores descargando en el gimnasio e internacionales, no estuvieron a disposición del entrenador.

Los argentinos Papu Gómez, Montiel y Acuña, los serbios Dmitrovic y Gudelj, los daneses Dolberg y Delaney, los marroquíes Bono y En-Nesyri, el francés Nianzou y el brasileño Alex Telles no empezarán a regresar a los entrenamientos del Sevilla hasta mediados de la semana próxima, pues hasta martes y miércoles hay partidos de las selecciones, última ventana FIFA antes del Mundial de Catar.

Lopetegui ha dado descanso desde este jueves y hasta el lunes a sus jugadores, cuando comenzarán a preparar el duelo ante el Atlético de Madrid. Por lo tanto, el mismo problema se habría encontrado el nuevo entrenador en el caso de que los dirigentes del Sevilla se hubieran decidido por el relevo en el banquillo como solución para cambiar la dinámica y marcar el camino de una reacción en el juego y en los resultados tras el titubeante arranque de temporada.

El Sevilla tiene ante sí un mes de octubre muy duro con nueve encuentros en menos de un mes y seis de ellos en el Ramón Sánchez-Pizjuán y ante rivales fuertes como el propio Atlético, el Borussia Dortmund en la Champions, el Athletic, el Valencia y el Real Madrid en el Bernabéu al final de mes.

El equipo de Lopetegui se va a jugar su continuidad en la Champions y la opción de empezar a escalar puestos en la Liga hasta situarse cerca de los objetivos europeos que marca el club.