Ya quedó comentado en estas mismas páginas al término de la Liga que uno de los grandes logros de Julen Lopetegui había sido la forma en la que se han comportado disciplinariamente sus futbolistas. El contraste con las cinco temporadas anteriores, por coger el último lustro, es tremendo. Y, pese a que la temporada ha durado un año, de agosto a agosto, el Sevilla pudo alargar su racha en la Europa League: sólo ha tenido una expulsión y, además, ésta fue al final del partido en Valladolid (0-1).

Ocampos ha sido el único futbolista del Sevilla que ha tenido que abandonar el campo por sanción del árbitro. Fue en el minuto 90 del Valladolid-Sevilla y el equipo de Lopetegui pudo aguantar sin problemas el resultado a favor, aunque al argentino le cayeron luego tres partidos de sanción, uno por la roja y dos por dirigirse al árbitro diciéndole "sos un caradura".

Pero la forma de jugar del equipo, solidaria y siempre bien plantado en el campo, su capacidad y preparación físicas y las directrices de Lopetegui para evitar este tipo de salidas de tono perjudiciales evitaron que hubiera más expulsiones y sanciones. De hecho, fue la única no sólo en la Liga, sino en todo el largo año de competición.

En la Europa League, el Sevilla ha mantenido esa seriedad disciplinaria y apenas sólo Diego Carlos ha visto más de dos amarillas, cuatro, concretamente, debido a sus errores en los penaltis –aunque el del Manchester United puede ser discutible– en los partidos de cuartos, semifinal y final.

El resultado ha sido que el Sevilla ha podido jugar los 54 partidos de la durísima temporada con once jugadores en el campo, salvo aquella inocua excepción, bajo la premisa de la adaptación, ese lema que repite Lopetegui, que solicita centrarse en controlar lo que está bajo dominio del equipo.

El contraste con las anteriores temporadas es tremendo. El Sevilla ha visto cómo le expulsaban jugadores en partidos clave: la final de la Copa de 2018; la Supercopa de Europa de 2016 o los octavos de la Champions de 2017. En la temporada 18-19 hubo nueve expulsados; en la 17-18, cuatro; en la 16-17, siete; y en la 15-16, ¡trece! Evidentemente, la evolución en este aspecto con Lopetegui habla por sí misma.