Javier Tebas no quiere hacer ni una concesión al Barcelona en el problema de la Supercopa de España. El presidente de LaLiga continúa instalado en la premisa de que la competición oficial debe tener una total preeminencia sobre cualquier amistoso, por mucho prestigio internacional que tenga. De ahí que ayer, durante una comparecencia para presentar un patrocicio con Samsung, asegurara que las fechas de la Supercopa son inamovibles. Es decir, que el calendario fijado en su día, el 5 y el 12 de agosto para el primer torneo oficial del curso, "no es susceptible de modificación".
"Nosotros aprobamos un calendario que se mandó a la Federación, que cumplía lo que decía el convenio de coordinación (entre ambos entes), que son el 5 y el 12 de agosto. Ese calendario no es susceptible de modificación. Sí que estamos dispuestos a sentarnos a hablar, pero los partidos son el 5 y el 12", insistió el máximo responsable de la patronal de los clubes.
El problema es que el Barcelona no ha querido o no ha podido mover el partido amistoso que debe disputar en San Francisco el 4 de agosto, en la madrugada del 5 de agosto ya al jugarse a las 2:00 hora española, con el Milan. Se trata de uno de los partidos de la International Champions Cup, en la que también participa el Sevilla. El club de Nervión, sin embargo, ha negociado con la organización la suspensión momentánea de la fecha de su compromiso amistoso con el Chelsea, que se iba a disputar el 28 de julio, dos días después de su primer partido oficial, el 26 de julio: la ida de la Q2 de la Liga Europa.
Luis Rubiales, presidente de la RFEF, había sugerido jugar la Supercopa a partido único, o trasladarla al 12 y el 19, pero este último día coincide con la primera jornada liguera. Tebas, en cambio, se muestra inflexible.
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