Sevilla FC

Tópicos y corsés difíciles de asimilar

  • El Sevilla apenas se salta el guión de la clásica derrota en el Camp Nou

  • De la incapacidad a la esperanza con Jesús Navas de simple testigo

El aficionado de a pie está lejos de los sesudos teoremas de los entrenadores y sus extensos cuerpos técnicos. También lo está de las meticulosas ratios físicas sobre el reparto de esfuerzos en el trajín de partidos, las denominadas rotaciones. El aficionado de a pie hace comparaciones sencillas. Algunos llegan a extremos casi infantiles y se preguntan por qué corren tanto los futbolistas del Barcelona y tan poco los del Sevilla. Puede que todo sea ficticio, o sea, que en realidad nada sea real, nada de lo que rodea al fútbol superprofesionalizado. O sí lo es. Hay pautas basadas en esos estudios empíricos. Y hay realidades que parece imposible cambiar, como que el Sevilla pierda en el Camp Nou...

Hay que acudir a las estadísticas para dar con una pauta de comportamiento. Que el Sevilla pierda en el Camp Nou es un típico tópico del fútbol español (o lo que sea). Ahí están los datos: 74 visitas en Primera División, 57 derrotas. O sea, el 77%. El resto han sido 11 empates y seis raquíticas victorias, seis. La última, el día que Reyes, a sus 19 años, se subió a las barbas de Van Gaal: 0-3, diciembre de 2002. Desde entonces, frustraciones, goleadas humillantes, algún robo como el del 3-2 en septiembre de 2013 y un empate con Javi Varas parando un penalti a Messi en el minuto 95 en octubre de 2011.

Sólo Marcelino, con aquel empate, y Emery, con aquel polémico 3-2, casi se saltan el guion del tópico. Berizzo planteó un partido para romper esa fea tipicidad, y se aferró a varios corsés tácticos para ello. El entrenador argentino no pudo lucirse ante su predecesor, un Sampaoli que estaba en el palco y que en abril pasado fue goleado aquí mismo (3-0), donde terminó dando abrazos a las estrellas rivales, en una imagen que escoció a esos hinchas que comparan cosas. El Sevilla de Berizzo dejó otra frustrante derrota, ese vacío de la esperanza decepcionada, la que llegó con el empate tras el soberbio, imperial cabezazo de Pizarro, en pago a su buen partido.

El medio argentino secó a Messi y supo saltarse algunos corsés tácticos a los que parecían cosidos otros compañeros. N'Zonzi, por ejemplo, no lo acompañó como otras veces a la hora de saltarse las líneas, quizá por estar muy pendiente de Rakitic o quizá por no saber a dónde acudir en pleno desconcierto de la primera mitad.

Jesús Navas, en obvia baja forma, fue testigo directo del tópico de la derrota. Berizzo prefirió dejarlo en el campo y quitar a Sarabia, por el tópico del cansancio. Y luego llegó el tópico del cambio del 9 por el 9, otro corsé, cuando ni Muriel ni Ben Yedder parecen un típico 9. Tampoco lo era Kanoute, el mayor goleador sevillista del siglo, que fue expulsado instantes antes de que Javi Varas le parase un penalti a Messi. Porque para saltarse el corsé de la historia han de darse cosas extraordinarias.

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